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¿Qué puede facilitar la pérdida de memoria?

La pérdida de memoria puede ser algo temporal, habitual o permanente. Tiene diferentes causas y puede trabajarse. ¿Qué puede causarla?

La pérdida de memoria puede ser algo temporal, habitual o permanente. Tiene diferentes causas y puede trabajarse. ¿Qué puede causarla?
Persona mayor haciendo un sudoku. | Cordon Press

La pérdida de memoria puede definirse como un olvido patológico: Excesivos problemas para aprender algo nuevo, para recuperar recuerdos del pasado, o para acordarse de sucesos a corto plazo. Hay que destacar que la pérdida de memoria, también conocida como amnesia, es un trastorno habitual a medida que las personas se hacen mayores, ya que es común ir olvidando ciertas cosas con el tiempo, no obstante puede pasar a cualquier edad porque tiene múltiples causas. De hecho, la pérdida de memoria puede producirse por un período corto de tiempo y luego resolverse, este fenómeno se conoce como pérdida de memoria transitoria. Sin embargo, dependiendo de la causa, la pérdida de memoria puede no desaparecer y empeorar con el tiempo.

Hay que saber que la pérdida de memoria es un fenómeno complejo que puede ser resultado de varios factores interrelacionados. Tanto es así que a medida que se envejece, es natural experimentar cierto grado de deterioro cognitivo, lo que puede manifestarse en la dificultad para recordar nombres, eventos pasados o detalles cotidianos. Sin embargo, existen diversos factores que pueden acelerar o facilitar este proceso, tanto en personas jóvenes como en adultos mayores.

El cerebro humano emplea diferentes estructuras para trabajar con diferentes tipos de memoria. Las dos modalidades principales de memoria son: la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo.

  1. La memoria a corto plazo retiene información limitada durante una pequeña cantidad de tiempo.
  2. La memoria a largo plazo almacena durante mucho tiempo una gran cantidad de información compleja, de hecho, es lo que se suele entender como "memoria". A su vez, hay dos tipos de memoria a largo lazo: La memoria no declarativa o implícita que es la que recuerda, entre otras cosas, montar en bicicleta o conducir y la memoria declarativa o explícita, utilizado para recordar experiencias personales o el conocimiento sobre el mundo, por ejemplo, cómo se llama un familiar, dónde dejé las llaves, quién gobierna mi país, qué ha ocurrido hace cinco minutos o hace cinco meses.

Qué es la pérdida de memoria y los síntomas

Cuando se olvida algo, lo habitual no es que se pierda el recuerdo en sí, sino que el cerebro no encuentre el camino hasta ese recuerdo. Los olvidos patológicos se denominan amnesias. Algunos síntomas de pérdida de memoria pueden ser:

  • Perder objetos personales frecuentemente
  • Tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas
  • Hacer las mismas preguntas en una conversación, o contar varias veces la misma historia
  • No recordar si se ha hecho algo, como por ejemplo, tomar un medicamento
  • Desorientarse o perderse en lugares conocidos
  • Confundirse de año, o de día de la semana
  • Tener dificultades para recordar citas o eventos
  • Problemas para seguir instrucciones o tomar decisiones.

Tipos de pérdidas de memoria

  1. La pérdida de memoria transitoria consiste en el olvido de una información que, tras un tiempo de amnesia, vuelve a la memoria. Si uno es incapaz de recordar un nombre, pero una hora más tarde se recuerda, o si uno es incapaz nada más despertar de recordar lo ocurrido la noche anterior tras haber ingerido mucho alcohol, serían pérdidas de memoria transitorias.
  2. La pérdida de memoria permanente sería la información que se pierde y uno no es capaz de recuperar. Si uno no es capaz de recordar, aunque otra persona lo repita varias veces, dónde se han dejado las llaves de casa o se olvida que ha venido alguien de visita, se puede hablar de una pérdida de memoria permanente.

Causas de la pérdida de memoria

Hay diversos factores que pueden conducir a pérdidas de memoria involuntarias, tanto en jóvenes como en ancianos. Muchos de estos factores no son debidos a un mal funcionamiento de la memoria, sino a interferencias de otras capacidades cognitivas, como la atención, o de ciertas sustancias, como algunos medicamentos.

  • Falta de estimulación mental: Mantener la mente activa a través de la lectura, los rompecabezas, los juegos mentales y el aprendizaje continuo ayuda a mantener las conexiones neuronales y fortalecer la reserva cognitiva, lo que puede retrasar el declive cognitivo relacionado con la edad.
  • La edad: Con el paso del tiempo, el cuerpo humano sufre cambios y también lo hace el cerebro, es por ello que, al envejecer, a muchas personas les cuesta más aprender cosas nuevas, no recuerdan cierta información tan bien como antes o tienen muchos pequeños despistes. También suele hacer aparición la demencia senil, que produce pérdidas de memoria. Con la edad, la capacidad de aprendizaje y la calidad de la memoria puede deteriorarse aun sin la presencia de ninguna patología. No obstante, cuando estos problemas empiezan a ser más severos de lo normal, se puede estar hablando de un deterioro cognitivo leve o, si es más grave, de una demencia.
  • Problemas emocionales en personas mayores: Es habitual que las personas mayores se sientan solas por haber perdido a seres queridos, o no se sientan útiles al dejar de trabajar. Con estos cambios es normal que una parte de los ancianos sufran trastornos emocionales, como depresión. Esto puede hacer que los ancianos deprimidos aumenten sus olvidos y puedan confundir sus síntomas con Alzheimer u otro problema de memoria. Hay que destacar que la depresión puede provocar problemas de memoria severos tanto en mayores como en jóvenes, pero en ancianos es imprescindible realizar un diagnóstico diferencial adecuado para distinguirlo del Alzheimer.
  • Problemas emocionales: El estrés, la ansiedad y las emociones intensas, como la ira, pueden hacer que se centre la atención en esos estímulos amenazantes y se reste importancia al resto de cosas, provocando olvidos, descuidos y desconcentración. El estrés crónico es otro factor que puede desencadenar la pérdida de memoria. El motivo es que el estrés libera hormonas como el cortisol, que en niveles elevados puede dañar las células cerebrales y afectar negativamente la formación y consolidación de recuerdos. La falta de sueño adecuado también juega un papel crucial, ya que durante el sueño profundo se consolida la información en la memoria a largo plazo.
  • Causas de salud: Los efectos secundarios de algunos medicamentos, una mala alimentación carente de vitaminas B6, B9 y B12 pueden provocar pérdidas de memoria transitorias, el abuso de alcohol, los problemas de tiroides, riñones o hígado, la falta de oxígeno en el cerebro, los trastornos craneoencefálicos, tratamientos para el cáncer, tumores o infecciones cerebrales, problemas emocionales y la ansiedad.
  • Las enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión, pueden dañar los vasos sanguíneos y afectar la circulación cerebral, lo que a su vez puede perjudicar la función cognitiva. Además, algunas condiciones neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer, están intrínsecamente vinculadas con la pérdida de memoria a medida que progresa el daño en el cerebro.
  • Estilo de vida: La falta de actividad física regular puede afectar negativamente la circulación sanguínea al cerebro, disminuyendo la oxigenación y nutrientes esenciales para su funcionamiento óptimo. Además, una dieta pobre en nutrientes clave, como ácidos grasos omega-3 y antioxidantes, puede influir en la salud cerebral. El consumo excesivo de azúcares y grasas saturadas también ha sido relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
  • Mala alimentación: Una dieta poco saludable que no aporte la cantidad necesaria de vitaminas B1, B6 y B12 puede causar problemas de memoria y concentración, pues estas vitaminas ayudan a mantener saludables las células nerviosas y los glóbulos rojos.
  • Falta de sueño: Durante las horas de descanso, el cerebro almacena los recuerdos y activa el sistema glinfático para eliminar todos los desechos que se encuentran en el cerebro y así mantener el funcionamiento óptimo del sistema nervioso central cuando estás despierto. Si el sistema glinfático no puede hacer su trabajo correctamente, el cerebro no será tan efectivo para recordar las cosas al día siguiente.
  • Consumo de alcohol y drogas: El consumo excesivo de alcohol y drogas provoca deficiencia de la vitamina B1, lo que aumenta la falta de concentración y la pérdida de memoria. Algunos medicamentos también pueden tener efectos secundarios que pueden afectar a la memoria, sobre todo los antidepresivos, ansiolíticos o pastillas para dormir. Por estas razones, mezclar alcohol y drogas con medicamentos podría agravar los problemas. El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo también son perjudiciales para la memoria. El alcohol puede dañar directamente las células cerebrales y afectar la función cerebral, mientras que los componentes químicos del tabaco pueden restringir el flujo sanguíneo al cerebro.

Consejos para combatir la pérdida de memoria

  • Establecer hábitos saludables: Seguir una dieta completa y equilibrada, descansar las horas suficientes y tener un sueño reparador, evitar el consumo de alcohol y drogas, realizar ejercicio o tener una vida social sana son algunas de las rutinas más importantes.
  • Entrenar el cerebro: El cerebro es un músculo y para que se mantenga en forma hay que entrenarlo, por eso con las actividades de entrenamiento cerebral se le puede ayudar a fortalecer las conexiones neuronales para que sean más resistentes al deterioro. Leer, escuchar música y juegos como el ajedrez, las cartas o el sudoku estimulan la capacidad de atención, percepción, memoria, decisión y acción.
  • Organizar las actividades: Hacer listas de todas las tareas que hay que llevar a cabo o un calendario con todas las citas u otros eventos es una gran ayuda contra la pérdida de memoria. Actualizar esas tareas y citas marcándolas como ya realizadas o como pendientes podrá ayudar a recordar información. Además, hay que evitar hacer muchas cosas a la vez, para recordar más tarde lo que el cerebro está reteniendo. También se pueden reservar lugares para guardar objetos concretos, por ejemplo, dejar las llaves siempre al lado de la puerta, o las gafas junto a la cama.
  • Participar en actividades físicas y hacer ejercicios: Varios estudios han asociado el ejercicio aeróbico (por ejemplo, caminar rápido) con un mejor funcionamiento del cerebro, a pesar de que se necesitan más investigaciones científicas para afirmar con seguridad si el ejercicio puede ayudar a prevenir o retrasar la demencia. El ejercicio también ayuda a aliviar las sensaciones de estrés, ansiedad y depresión.
  • Limitar el uso de alcohol. A pesar de que algunos estudios sugieren que el uso moderado de alcohol tiene beneficios para la salud, tomar mucho alcohol o tomar cantidades excesivas de alcohol en periodos muy cortos de tiempo puede causar pérdida de la memoria y daños permanentes en el cerebro con el paso del tiempo.

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