
El bruxismo es una patología en la que, de forma inconsciente, se aprieta la mandíbula haciendo rechinar o crujir los dientes y puede suceder tanto de noche como de día. De hecho, se podría incluso considerar que el bruxismo es una forma de descargar tensiones emocionales y vitales. Sin embargo, el estrés no es el único motivo que lleva a padecer este problema. Tanto es así que una incorrecta alineación de los dientes, malos hábitos alimenticios o de sueño, e incluso posturas erróneas al caminar o sentarse, también pueden llevar a apretar los dientes de manera compulsiva e inconsciente.
Más concretamente, las personas que padecen de bruxismo, aprietan fuertemente los dientes superiores con los inferiores, moviéndolos de atrás hacia adelante y viceversa. Habitualmente, este "vicio", acaba por producir el desgaste de las piezas dentales. Además, dependiendo de la capacidad para identificar sus causas se denomina primario, cuando existe una causa identificable, o secundario, cuando no se puede determinar la razón tras el bruxismo.
No obstante, el bruxismo debe llamarse actividad muscular masticatoria rítmica (AMMR), según proponen últimamente ciertos autores internacionales. Pero hay que saber que el bruxismo como tal no constituye una patología, es mas bien una respuesta fisiológica que se suele producir durante el sueño, ante los cambios de fase. También se producen episodios de actividad muscular diurna pero no suelen presentar ritmicidad y deberían encuadrarse más en situaciones de perdida del control motor que otra cosa.
¿Cuáles son las causas?
En la actualidad los especialistas difieren sobre las causas que originan este problema, aunque apuntan al estrés como el principal desencadenante. Dicho esto, hay otros factores que pueden contribuir a su aparición:
- La postura. Si por trabajo se tienen que pasar horas sentado, o bien por adoptar malas posturas sin darse cuenta, los músculos de las cervicales, así como los de la cabeza, se sobrecargan. Éstos a su vez, tienen un efecto en la mandíbula. El motivo es que los músculos que se encargan de cerrar la boca, se desarrollan más que los que se encargan de abrirla, creando una descompensación en la articulación temporomandibular.
- La alineación de los dientes. La mala oclusión, ya sea dental o a nivel mandibular, puede activar una respuesta muscular que empeore el bruxismo. De hecho, existe un gran número de personas con enfermedades periodontales que sufren bruxismo, dichas enfermedades incluyen problemas de encías, o en el hueso, entre otras.
- El tipo de alimentación y los hábitos del sueño. Ambos influyen en el estado psicológico y afectan en la conciliación del sueño. Este simple hecho, puede empeorar los episodios de bruxismo.
Origen del bruxismo
El origen y la regulación del bruxismo es de tipo central, es decir, las interferencias oclusales, o la maloclusión no provoca, ni empeora, ni perpetua, el bruxismo y por tanto, su tratamiento, ya sea mediante ortodoncia, cirugía o derivado no mejora los episodios de bruxismo.
Además, es importante saber que el dolor musculoesquelético causado por bruxismo suele ser por la aparición de puntos gatillo en la musculatura masticatoria en la gran mayoría de los casos. Los casos que desarrollan patología articular, como por ejemplo la luxación discal por falta de congruencia de las estructuras articulares son un porcentaje de casos nada despreciable y que requieren tratamiento antes de que los tejidos sufran mas tensión y la situación sea de peor pronostico.
La investigación reciente concluyó que ni interferencias oclusales ni factores relacionados con el esqueleto facial orales tienen un papel en la etiología del bruxismo. Otros estudios sugieren que el bruxismo del sueño es secundario a despertares durante el sueño definidos por un aumento de la actividad cardíaca y respiratoria autónomo, que tiende a repetirse 8-14 veces por hora de sueño. Esto sugiere que existe algún mecanismo relacionado con las transiciones de etapa del sueño que influyen en las neuronas motoras de bruxismo.
Síntomas del bruxismo
Esta afección odontológica provoca el desgaste del esmalte dental, dolor dental y mandibular, además de alteraciones de la articulación temporomandibular y cefalea. Además, si el dolor suele ser muy intenso, puede interrumpir el sueño y esto evitará que se descanse correctamente. Por lo general, las personas que padecen de bruxismo pueden experimentar los siguientes síntomas:
- Rechinar o apretar los dientes durante la noche o incluso en el día
- Desgaste del esmalte dental
- Dientes aplanados, fracturados, astillados o sueltos
- Dolor y sensibilidad dental y dolor mandibular
- Músculos de la mandíbula cansados o rígidos, o mandíbula trabada que no se puede abrir o cerrar por completo
- Alteraciones de la articulación temporomandibular
- Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
- Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro
- Dolor en el oído sin ser un problema de oído
- Dolor de cabeza
- Alteración del sueño
Señales de alerta de que es bruxismo
- Dolor facial y mandibular: El dolor en la mandíbula, la cara o el cuello es uno de los síntomas más comunes del bruxismo. Este dolor suele ser más intenso por la mañana, ya que es durante la noche cuando la actividad de apretar los dientes es más frecuente.
- Desgaste dental: El bruxismo puede causar un desgaste excesivo en los dientes, lo que se manifiesta como dientes desgastados, fracturados o astillados. El dentista puede notar este desgaste durante un examen dental de rutina.
- Sensibilidad dental: Debido al desgaste dental, es común que las personas con bruxismo experimenten sensibilidad dental, especialmente a temperaturas frías o calientes. Esto puede hacer que consumir alimentos o bebidas sea incómodo.
- Marcas en la lengua o las mejillas: Algunas personas con bruxismo pueden desarrollar marcas o mordeduras en la lengua o las mejillas debido a la presión excesiva ejercida por los dientes.
- Fatiga en la mandíbula: La fatiga muscular en la mandíbula es otra señal de bruxismo. Las personas pueden notar que su mandíbula se siente cansada o rígida después de despertarse por la mañana.
- Dolor de cabeza: El bruxismo crónico puede llevar a dolores de cabeza, en particular, dolores de cabeza tensionales que se originan en la tensión muscular en la mandíbula y la cabeza.
- Dolor de oído: El bruxismo puede irradiar dolor hacia el oído, lo que puede causar molestias y zumbidos en los oídos.
- Sonidos nocturnos: Si se comparte cama con alguien es posible que a la otra persona le moleste el sonido del rechinar de los dientes durante la noche.
- Trastornos del sueño: El bruxismo puede estar relacionado con otros trastornos del sueño, como el insomnio o la apnea del sueño, lo que puede causar somnolencia diurna y fatiga.
Qué provoca la aparición del bruxismo
Muchas dolencias físicas tienen componentes psicológicos que pueden influir en la vulnerabilidad de una persona a la enfermedad, así como su capacidad de recuperación. Los niveles de estrés y características de la personalidad a menudo se consideran como el inicio, factores predisponentes y la perpetuación de varias enfermedades.
El lugar de trabajo ofrece un entorno único en el que el estrés y la personalidad juegan un papel importante en el rendimiento. Variables de personalidad incluyen el estilo de afrontamiento del individuo tanto en la percepción y técnicas de afrontamiento. Algunas personas son menos resistentes al estrés y, por tanto, sufren más las consecuencias físicas y psicológicas.
Tanto es así que resultados de investigaciones anteriores apuntan a la posibilidad de un vínculo entre el bruxismo y el ambiente de trabajo, en especial las estrategias de afrontamiento de las demandas relacionadas con el trabajo estresantes. Algunas personas, por supuesto, pueden estar expuestos a altos niveles de estrés no relacionado con su trabajo, pero siguen afectando el bruxismo.
Lo más importante es tener muy presente que las causas del bruxismo son fundamentalmente dentales. El dolor muscular asociado a bruxismo, aparece con mayor frecuencia por lo que sucede durante el día con la musculatura y no tanto con lo que sucede durante la noche. Con esto se quiere decir que la perdida de control motor diurna, durante la vigilia es la que provoca el dolor muscular en mayor medida.