
Hoy en día, todos los seres humanos, a partir de una edad razonable, disponemos de un dispositivo móvil para conectarnos a Internet y mantenernos informados. Uno de los grandes problemas que esto conlleva es que, para poder estarlo, necesitamos conectarnos a una red Wi-Fi o tener una conexión a través de datos móviles que nos permita acceder a Internet fuera de las conexiones Wi-Fi.
Uno de los grandes problemas que se presentan es la limitación de datos móviles, pues muchas de las tarifas contratadas por las personas suelen tener un límite de gigas establecido. Si se sobrepasa dicho límite, esto supone un sobrecoste.
Por ello, muchas personas se ven obligadas en ciertas ocasiones a utilizar una red Wi-Fi pública para poder mantenerse conectadas, ya que no disponen de más datos móviles. Pero también hay otros muchos casos en los que las personas prácticamente no tienen más opción que conectarse a estas redes públicas.
Este es el caso de quienes estudian en institutos, universidades o incluso bibliotecas, donde estar todo el día conectados a su propia red móvil supondría un gran consumo de gigas, lo que equivaldría también a un coste económico elevado. Lo mismo sucede en los trabajos donde existe la posibilidad de conectarse con sus propios portátiles y necesitan de una red Wi-Fi para mantenerse en línea.
También ocurre en aquellas cafeterías habilitadas para que las personas teletrabajen desde allí mientras disfrutan de un café o una pausa en su jornada laboral, donde, para poder seguir conectados, necesitarán la conexión pública del local.
En muchas tiendas, negocios e incluso edificios, también nos vemos obligados a hacer uso de las redes Wi-Fi públicas debido a que la conexión móvil es mala, inestable o incluso inexistente. Esto puede deberse a que nos encontramos en lugares subterráneos o con alta densidad de personas, donde las redes móviles se saturan y no responden. Para poder mantenernos conectados, no queda más opción que recurrir a la red pública.
Uno de los principales lugares donde ocurren estas situaciones son los aeropuertos. En muchas ocasiones, al tratarse de países o continentes distintos al nuestro, nuestra compañía de red no dispone de servicio en esos lugares, y, por lo tanto, para poder acceder a Internet necesitamos utilizar la red pública habilitada por el propio aeropuerto.
Las redes públicas un blanco fácil para los ciberdelincuentes
El problema de todo esto es que estas redes públicas de Wi-Fi son uno de los mayores atractivos para los ciberdelincuentes, pues a menudo carecen de medidas de cifrado y seguridad adecuadas.
En muchos casos, los ciberdelincuentes recrean una red Wi-Fi para hacerla parecer la legítima de un edificio o servicio. De este modo, cuando las personas se conectan, los estafadores pueden robar contraseñas, datos personales e incluso datos bancarios.
¿Buscando desesperadamente una red #WIFI?🛜
Conéctate de forma segura con estos #consejos ⬇️⬇️⬇️ pic.twitter.com/elq5qYgISz
— Policía Nacional (@policia) November 14, 2024
A su vez, también pueden infiltrarse en su dispositivo móvil a través de la red pública, pudiendo ver todo lo que hace mientras está conectado a ella. Incluso podrían llegar a ver y copiar las contraseñas que introduce, con el fin de llevar a cabo robos de identidad o fraudes financieros.
Consejos de la Policía Nacional
Para prevenir esto, desde la Policía Nacional han dado una serie de consejos para garantizar una conexión segura a través de las redes Wi-Fi públicas:
- Antes de conectarse, pregunte al personal el nombre exacto de la red Wi-Fi.
- Siempre que pueda, conéctese a redes que comiencen por "https" en lugar de "http", pues son más seguras, y la conexión aparecerá con un candado cerrado.
- Mientras esté conectado, evite las compras en línea, las transacciones bancarias o el inicio de sesión en sus cuentas.
- Mantenga sus dispositivos y aplicaciones siempre actualizados para una mayor seguridad.
- Se recomienda el uso de un antivirus.


