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La belleza democrática de las Corinas y la fealdad ética de Pedro Sánchez

Cómo contrasta el encanto del impulso moral de la Venezuela libre que está emergiendo en el seno de una dictadura con la grotesca y malcarada deriva de la democracia española.

Cómo contrasta el encanto del impulso moral de la Venezuela libre que está emergiendo en el seno de una dictadura con la grotesca y malcarada deriva de la democracia española.
La ganadora del Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, asiste a la inauguración de la exposición oficial del Premio Nobel de la Paz en el Centro Nobel de la Paz este jueves, en Oslo. | EFE

Cuando terminó el discurso que María Corina Machado escribió y que su hija, Ana Corina Sosa Machado, pronunció en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo tuve la inmediata percepción de que había nacido una nueva y luminosa estrella política en la democracia venezolana. Hacía tiempo que no escuchaba palabras tan profundas, tan sentidas, y tan moralmente elevadas, pero, además, tan bien dichas y tan dignamente expresadas. Y me dije: "Esta chiquilla, de querer, podría continuar la tarea de su madre."

Por si fuera poco, es ingeniera industrial y de operaciones con máximas calificaciones y habla cuando menos inglés y francés, además de español. En 2013 participó en un Programa Conjunto de la Universidad de Michigan y la Universidad Jiao Tong de Shanghái y estudió un Máster en Administración de Empresas en la Escuela de Negocios de Harvard. Ha trabajado en Price Waterhouse y ahora es directora de personal de Celonis, empresa de desarrollo de software. Sólo hay que recordar a algunas ministras y "charos" españolas para sonrojarse de su feminismo palabrero.

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