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'La cigarra del octavo día'

Thriller japonés: madre sí hay más que una

Este best seller japonés es la historia de las relaciones personales y familiares alteradas, del verdadero amor fraternal.

Este best seller japonés es la historia de las relaciones personales y familiares alteradas, del verdadero amor fraternal.

Los chicos no lloran y por el mismo postureo social los periodistas no deberíamos hacerlo tampoco por cosas así. Por un libro que trata de la huida esquizoide de la secuestradora de un bebé. Pero las cosas no son tan sencillas. Fue inevitable y visceral. Vivo, emocionante, ágil, cruel..., así es este thriller, que si contara con mayor difusión mediática, estaría destinado a convertirse en el superventas del momento.

La cigarra del octavo día (Galaxia Gutenberg) de la escritora Mitsuyo Kakuta (Yokohama, 1967) es una madre estéril que decide recuperar su maternidad frustrada cometiendo un delito, una venganza, pero con mucho amor y muy poca locura, más allá del hecho de colarse en el apartamento de su examante, casado y adúltero, y arrebatarle el bebé al matrimonio. El talento de la autora consiste en que todos acabamos siendo Kiwako, así se llama la protagonista. La huida por Japón, los cambios de nombre, la soledad, la búsqueda de refugio, incluso ingresando en una secta con tal de mantener con ella a esa niña, llamada Kaoru, limpiando un prostíbulo… Y en todos esos extraños lugares latiendo el sano e indestructible hogar de estas dos desconocidas.

Portada del libro y dedicatoria de la autora

El libro tiene dos partes. La primera se centra en el viaje desesperado y en los monólogos interiores, las dudas morales, de la secuestradora. El miedo al futuro. La segunda es la experiencia de la víctima, de la niña, cuando ya es adulta, el recuerdo de aquellos años de niñez que marcarán para siempre su vida. El miedo al pasado.

La familia es de lo poco que no puedes elegir, los hijos en algunos casos (dejémoslo en algunos), son conscientemente buscados, reflexionados (apasionante debate). La Cigarra del octavo día plantea precisamente el otro punto de vista. La felicidad que no está en el hogar real, sino en el errante, en el falso, en el delincuente. Porque el amor hace la familia…, y madre no hay sólo una. Hasta tal punto de que la niña llega a sentirse extraña al volver con su verdadera familia, secuestrada por unos padres naturales que dejan mucho que desear.

Otro de los asuntos que trata el libro es el del distinto rasero social y cultural que aún hoy en día existe entre hombres y mujeres en el país oriental. Pero no es un libro para mujeres (es ya bastante lamentable plantear que exista un tipo de literatura de género). La historia de Kiwako y Kaoru se publicó por entregas en la prensa nipona y fue devorada por todos lectores. En 2007 dio el salto a la televisión y luego al cine. Mitsuyo Kakuta, una superventas que ha recibido una docena de premios, estuvo hace unos meses en España invitada por el Festival Getafe Negro y ahora sus novelas empiezan a traducirse al español.

Con todo, el título contiene la metáfora más hermosa de la historia. La de la cigarra. "Pasan siete años bajo tierra y sólo viven siete días cuando salen al mundo". Reflexiona Kiwako: "La primera vez que la escuché me impresionó mucho que esperasen tanto tiempo para vivir una vida tan corta". ¿Cuánto tardamos en arrancar con nuestros deseos, cuánto luchamos por alcanzarlos, cuánto riesgo soportamos? ¿Cuál es el precio de nuestra comodidad? Ahora se usa la expresión esa de "salir de la zona de confort". ¿Será mejor ser una cigarra común para evitar pagar el precio de ser la cigarra del octavo día, el siguiente al séptimo? "La cigarra del octavo día puede ver cosas que las demás no ven. Quizá no quiera, pero después de todo no es tan terrible. No hay necesidad de cerrar los ojos", concluye otro personaje de la novela.

Una novela con más lecturas y significados, con islas a las que huir para ser feliz.

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