Vivimos en tiempos felices para los amantes de los cómics de superhéroes y como no, aparte de las viñetas que llevan décadas dándonos alegrías a los lectores, también tenemos desde hace mucho tiempo un carrusel inagotable de películas basadas precisamente en estas historias. La última en estrenarse, por ejemplo, Doctor Extraño en el multiverso de la locura. Precisamente ahí y en la serie de Disney Plus, WandaVision, hemos visto qué puede ocurrir en universos y realidades paralelas o alteradas.
En ese contexto, Libertad Digital nos trae de la mano de Panini y Marvel la reseña de uno de los eventos más importantes que tuvieron lugar en el mundo de los cómics y que ha sido nuevamente publicado en el formato Must Have de Panini. Su propio nombre lo indica, Must Have, es decir, "debes tener". Y la realidad es que esta Dinastía de M es un clásico de este mundo que se antoja imprescindible en la comicteca de cualquier amante de los tebeos.
Mucha gente se hará la siempre recurrente y lógica pregunta para aquellos que ponen sus ojos por primera vez en el universo de los cómics: "¿Puedo leer esta historia y enterarme de lo que pasa si vengo del cine, de las series o de un conocimiento ‘primario’ del tema? La pregunta, como digo, es lícita y nosotros no tenemos ningún problema en contestarla las veces que sea necesario. ¿Se puede leer Dinastía de M sin ser un amante experimentado de estos cómics? Sí. Lógicamente te faltarán detalles y se disfruta más con un conocimiento previo de obras como Vengadores Desunidos, pero la historia te irá guiando y contextualizando si eres visitante neófito. Sobre todo con el formato Must Have, que trae historias o eventos importantes que se pueden disfrutar con mayor o menor conocimiento del tema. Dicho esto os voy a explicar cuál es mi opinión de este cómic y por qué podéis leerlo teniendo 1000 cómics en vuestra casa o ninguno.
Antes de entrar en más detalles, apartado técnico: tapa dura, 216 páginas, guion de Brian Michael Bendis y dibujo de Olivier Coipel. Contiene House of M 1-8. Editorial: Panini Cómics. 18 euros.
Argumento principal: la distopía mutante
Aquí no voy a ser original y citando a David Hernández Ortega en el prólogo del propio cómic, la genialidad del mismo está basada en que es una distopía o lo que es lo mismo, una representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana. Aquí manda la Bruja Escarlata. Aquí mandan los mutantes. Aquí la guerra contra los humanos la habría ganado Magneto. Ojo, esto no es ningún spoiler sino el punto de partida de esta historia. Resumen muy rápido (hecho también en el propio cómic): el sufrimiento de la vengadora Wanda Maximoff ha terminado por enloquecerla, los Vengadores han pagado las consecuencias de ello con muertes y la desunión del grupo y ahora es momento de decidir si hay que matar a Wanda o luchar a la desesperada por salvarla.
Ese es el punto de partida de esta historia. Hay que evitar que Wanda, uno de los personajes más machacados y maltratados de la historia de las viñetas, destruya el mundo con sus poderes mentales, pero claro, ¿qué puede ocurrir cuando alguien capaz de alterar la realidad se ve amenazada de muerte? Así es, puede ocurrir lo peor. Wanda, influida o no, eso ya se verá, volverá a alterar la realidad y esta vez creará una distopía donde el mundo ya no lo manejan los humanos sino los mutantes. En concreto, el dominio lo tendrá la dinastía de Magnus. La dinastía de Magneto, su padre.
Sinceramente creo que con este atisbo leve del argumento ya se pueden imaginar la locura de cómic que tenemos entre manos. La realidad, alterada. Nuestros héroes y heroínas, divididos y viviendo vidas que no son las suyas. Todo ello coronado con la difícil decisión de elegir entre ayudar a una amiga o matarla por el bien el común. En ese panorama desolador, un personaje importante se dará cuenta de lo que está pasando en esta realidad inventada y a partir de ahí la historia se irá desarrollando de manera eficaz, dinámica y muy madura.
Decisiones vitales, debates morales y mucho sufrimiento
Como suele ocurrir cuando se pone delante de cualquier persona una realidad diferente a la que vive, es la propia persona la que tiene que ver cómo ha cambiado su vida y si, en algunos casos, quizá sea mejor esta versión de la misma que la que estaba viviendo de verdad. Ese tema se trata mucho en este cómic. Los superhéroes siempre tienen dramas y momentos vitales terribles que marcan su personalidad y aquí volveremos a ver en primera persona ese sufrimiento en personajes míticos como Spiderman, por ejemplo. ¿Vale la pena luchar por volver a una realidad en la que tus seres queridos ya no están? Ahí radica uno de los debates morales de esta obra de Bendis.
Este es un cómic maduro. Muy adulto. Un cómic con mucho sufrimiento en sus viñetas y que llevará al límite al carrusel inagotable de héroes y heroínas que están presentes en esta obra de Brian Michael Bendis y Olivier Coipel. El guion consigue mostrar todo el sufrimiento del que vengo hablando y el dibujo refleja a la perfección el dolor y las dudas en las caras de los protagonistas. En resumen, no estamos hablando de un cómic de "fueron felices y comieron perdices". No, aquí pasan muchas cosas mentalmente complicadas y cuando sobrevuelas sus páginas con una lectura que invita al dinamismo, salvo en la parte central donde quizá se ralentiza un poco, te das cuenta de por qué se habla de Dinastía de M como otro evento que supuso un antes y un después para Los Vengadores y la Patrulla X.
Para concluir, estamos a fin de cuentas ante otro punto de inflexión en La Casa de las Ideas (Marvel) que no defraudará. Como último apunte y sin spoilers, sus últimas páginas son una salida de Fórmula 1. Si parpadeas te lo pierdes. Un clímax tan vertiginoso como lo inesperado de su final. Bienvenidos a Dinastía de M. Bienvenidos a la era de los mutantes.