
Desde hace un tiempo la editorial ECC ha tomado la decisión de prescindir de la grapa en la mayoría de sus publicaciones. Se salva Batman y poco más. Para adaptarse mejor al mercado ECC ha optado por publicar algunas series por arcos y no por grapas, es decir, tenemos un tomo en tapa blanda con seis episodios que forman un arco concreto. Eso ha pasado con este Pingüino de Tom King que, ya desde su inicio en España, aterriza en tapa blanda.
En este caso hablamos de una etapa que nace de lo visto en el Batman de Chip Zdarsky y Jorge Jiménez, pero que se puede leer de manera individual sin haber estado al corriente de la cabecera principal de Batman. Este Pingüino, ojo spoilers y atentos si no queréis enteraros de algo porque os vais a acercar al caballero oscuro de Zdarsky, fingió su muerte a manos de Batman para meter el problemas a Bruce y de paso poder desaparecer y vivir una vida más tranquila. Sorpresa: no será así. Una agente del gobierno, no sabemos por qué motivo, le obligará a regresar a Gotham para ser el Pingüino despiadado que todos conocemos y a partir de ahí comienza todo.

Enseguida más detalles, pero antes análisis técnico del cómic: guion de Tom King, dibujo de Rafael de la Torre y Stevan Subic, contiene The Penguin núms. 1-6 USA, editorial ECC, rústica tapa blanda, 144 páginas y un precio de 19 euros.
Vamos con la reseña
El Pingüino a lo Padrino de la mano de Tom King
Si la figura de un poderoso criminal que tiene influencia en la vida social de una ciudad y que cuenta con contactos que podrían tener información de absolutamente todo en las más altas y bajas esferas, recuerda de por sí a la mafia, este Pingüino de Tom King, más refinado y estilizado, recuerda muchísimo al Padrino (Vito Corleone). Aún más, por supuesto, porque este personaje siempre ha tenido mucho que ver con el mundo de la mafia y las típicas historias de criminales, aunque a veces le ha faltado elegancia y sofisticación. Aquí la tiene.
Salvando las distancias con Don Vito Corleone, King coge al Pingüino y lo sitúa en primer lugar en un señor mayor, jubilado y que disfruta de una vida plácida en su retiro. Eso sí, continuamente el mal humor de la gente le hace tener que contenerse para no sacar su lado oscuro y convertirse de nuevo en ese Pingüino asesino que puede morderte el cuello o matarte a paraguazos. Esto ya se ve en la primera grapa donde hay un momento maravilloso en el que le están cogiendo las medidas en un sastre y una mala elección de las frases hace que dicho sastre crea que el Pingüino va a matarle a él y a toda su familia. Le tiene tanto miedo que se imagina lo peor. Ahí volveremos a ver el ejercicio de contención de este Vito Corleone jubilado que, por dentro, estaría encantado con volver a matar como siempre lo ha hecho. Ahí entrará una agente del gobierno que le devolverá a la rueda por un motivo que aún se desconoce.
King consigue que durante el inicio del tomo la tensión sea palpable. Se respira un ambiente de mal rollo y de oscuridad contenida que hace que en todo momento el lector esté pendiente de la explosión de ira del Pingüino. Cómo narra eso Tom es maravilloso y además logra que el tono noir y mafioso del dibujo de Rafael de la Torre establezca un combo perfecto para lo que se está contando. Por otro lado, Tom King introduce un misterio inicial. Una situación entre Batman y el Pingüino que se va deslizando poco a poco y que es la típica fórmula del "cómo han llegado ahí". Eso hace pensar en una cabecera relativamente larga en la que se puedan ir deslizando cosas y que está ligada a la que ahora mismo sigue comandando Zdarsky.
El apartado gráfico, ambiental, noir y muy interesante:


Por último, si le tengo que poner un ‘pero’, este tomo se antoja un arco que en todo momento es de presentación. Un claro recorrido por un personaje que debe ir recuperando su sitio en lo más alto de la villanía de Gotham. Eso sí, las dos primeras grapas y la última, esta dibujada por Stevan Subic, son espectaculares. En cuanto a velocidad de lectura, no es demasiado densa para ser King, aunque sí tiene bastantes reflexiones y momentos donde el lector pone la ‘cámara’ delante de un personaje y, en primera persona, le escucha soltar su parrafada.
Conclusión: parece que Tom King muestra un camino más natural que lo visto en Calle Peligro, donde quizá veíamos un producto para más cafeteros. Las dos primeras grapas y la última, a modo de origen del Pingüino, son geniales. Eso sí, estamos ante una presentación de seis grapas con un arco completo. Pinta bien, pero habrá que ver qué nos ofrece una vez finalizada la presentación. Pica la curiosidad, sinceramente. Si gustan, disfruten de la lectura.