

Así se empieza un disco: veinte arranques inmejorables
Si, como reza el tópico, la primera impresión es la que cuenta, aquí hay una veintena de discos en los que quedarse a vivir por la bendita culpa de su canción inicial. Encontrarán aquí comienzos tonantes, de los que agarran del cuello y zarandean; persuasivos, de los que hipnotizan y, en ocasiones, conducen a lugares oscuros, o incluso descacharrantes, de los que invitan a sonreír mientras se mueven las caderas. Todos, históricos, reconocibles e inimitables, llevan la rúbrica de los grandes: AC/DC, Led Zeppelin, Nick Cave & The Bad Seeds, Héroes del Silencio… A ver qué les parece esta gramola de arranques. No requiere de monedas para que suene.

“Like a Rolling Stone”, Bob Dylan (Highway 61 Revisited, 1965)
Una de las etapas más fascinantes de la historia musical de Bob Dylan es la “Trilogía del Mercurio”. Entre 1965 y 1966, grabó tres discos imbatibles: Bringing it All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde. Sólo con esa trilogía se puede sostener una carrera. “Like a Rolling Stone” es el pepino con el que arranca Highway 61 Revisited. Surgió de un poema escrito en diez folios. “Un día”, como contó el autor, “estaba en el piano con el papel y cantando How does it feel?”, y brotó el milagro. El alma musical de la canción no se entiende sin el riff de órgano que se marcó Al Kooper. Qué himno contra la arrogancia de un tipo que, por entonces, no podía ser más arrogante. Bendito sea.

“Sunday Morning”, The Velvet Underground & Nico (The Velvet Underground & Nico, 1967)
El disco de la banana comienza con este delicado, sugestivo e inquietante tema acreditado a Lou Reed y a John Cale, y en el que la alemana Nico, empotrada en la banda por sugerencia/instigación de Andy Warhol, hace los coros. “Watch out”, reza el estribillo, “the world’s behind you, / there’s always someone around you who will call, / It’s nothing at all…”. Un arranque apropiadísimo para un disco de sexo, drogas –y más drogas, y más drogas…– y rock&roll.

“Come Together”, The Beatles (Abbey Road, 1969)
Quizá la línea de bajo que se marcó Paul McCartney en el “Come Together” de John Lennon, en la primera canción del último disco grabado (Let it Be es anterior, si bien vio la luz después) del glorioso cuarteto de Liverpool, sea la más conocida, reconocible, imitada e inimitable de toda la música popular. El autor, en 1980: “Es uno de mis temas favoritos de los Beatles, o uno de mis temas favoritos de Lennon, digámoslo”. La BBC la censuró alegando que hacía publicidad de Coca-Cola.

"War pigs", Black Sabbath (Paranoid, 1975)
El segundo disco de Black Sabbath es uno de los más influyentes de la historia del rock y prácticamente todas sus canciones son auténticos cañonazos cargados de virtuosismo y energía por una banda que estaba en un evidente estado de gracias. La primera de ellas, War pigs, tiene un inicio totalmente mítico y a partid de ahi avanza como una carga de caballería durante sus casi ocho minutos de duración.

Inmigrant song, Led Zeppelin (Led Zeppelin III, 1970)
Después del éxito mundial de su segundo disco – que también podría estar en esta lista con su brutal Whole lotta love –, los cuatro integrantes de Led Zeppelin tenían una papeleta compleja que resolvieron con la brillantez de lo que eran: unos genios. Su tercera entrega quizá no sea su disco más carismático, pero es excelente y su primera canción es una contundente y frenética descarga de puro rock.

"Entre dos aguas", Paco de Lucía (Fuente y caudal, 1973)
Corría el año 1973 cuando Paco de Lucía saltó las fronteras del flamenco para darle una nueva dimensión al estilo musical más español y, de paso, llevarlo por todo el mundo. Lo hizo con esta canción que desde sus primeros compases nos anuncia algo diferente: un bajo eléctrico, una percusión con un toque latino... y a partir de ahí un virtuosismo que parecía imposible hasta ese momento.

Station to Station, David Bowie (Station to Station, 1975)
Después de varios discos de enorme éxito pero todavía en una efervescencia creativa que mantendrá al menos hasta la llegada de los 80, Bowie se transforma en el Thin White Duke y lanza Station to Statio,n, un disco perfecto que empieza con una especie de espiral psicodélica que lleva a los 10 minutazos de uno de los mejores temas de la carrera de uno de los grandes genios de la historia de la música popular, ni más ni menos.

La leyenda del tiempo, Camarón de la Isla (La leyenda del tiempo, 1979)
Si Paco de Lucía había abierto una brecha para que el flamenco abrazase otros géneros, transcendiese y se modernizase, quién mejor que su amigo y discípulo Camarón –uno de los mejores cantantes de la historia no del flamenco sino de toda la música popular– para seguir ese camino y hacerlo con esta brillantez en el primer tema de un disco que rompió esquemas.

“Hells Bells”, AC/DC (Back In Black, 1980)
Cuatro campanazos –gong, gong, gong, gong– y el riff de Angus Young inauguran una canción magnífica con la que arranca el primer disco de los AC/DC tras la muerte de su anterior cantante, Bon Scott. Brian Johnson, su sustituto, digan lo que digan los puristas, no le desmerece. Y en este himno que, como avisa, no hace prisioneros ni perdona vida alguna, bien lo demuestra.

“Summer On A Solitary Beach”, Franco Battiato (La Voce del Padrone, 1981)
Una marea precede a un arpegio magnético y a un Battiato que hipnotiza desde una playa solitaria, suplicando al mar que le lleve lejos, sobre las olas, para naufragar. El genio siciliano toca los cielos con La Voce del Padrone, vendiendo más de un millón de copias en Italia y conquistando las listas en Alemania, Francia y España.

Burning down the house
Después de que su anterior disco, Remain in Light, fuese un éxito comercial y tuviese una influencia brutal en la música de los primeros 80, Talking Heads lanzaron Speaking in Tongues, un disco de similar calidad pero quizá un poco más accesible que empieza con Burning down the House, una descarga de compleja pero vibrante energía y con el sonido único que la banda había logrado tras años de carrera.

“Born in the USA”, Bruce Springsteen (Born in the USA, 1984)
La batería de Max Weinberg y el sintetizador de Roy Bittan introducen en el trueno con el que arranca el séptimo álbum de estudio de Bruce Springsteen. La canción, que había sido descartada para su anterior trabajo, el acústico Nebraska, e inspirada en el libro Nacido el 4 de julio, las memorias del excombatiente Ron Kovic, es una reivindicación de los soldados que regresaron de Vietnam y fueron condenados al ostracismo amnésico por parte del Gobierno estadounidense. Fantástica pieza del Boss y de la E Street Band.

“Venezia”, Hombres G (Hombres G, 1985)
“Io sono il capooone deeeella maaaafiaaaa, / Io sooono il figlio della miiia maaaaamma…”. “Venezia”, la primera canción del primer LP de los Hombres G, se encuentra entre las tres o cuatro canciones más populares de la banda que lidera David Summers, y eso es mucho decir teniendo en cuenta lo que han calado en la cultura popular española algunos de sus temas. Contó el cantante que, por entonces, “todos los veranos había artistas italianos que traían una canción que era el hit del verano. Entonces yo quería hacer un hit de verano. Pensé que había que hacerla en italiano para que fuera un hit”. Objetivo conseguido.

Welcome to the jungle, Guns N'Roses (Appetite for destruction, 1987)
Guns N’Roses eran unas estrellas del rock antes de ser estrella del rock y quizá por eso su primer disco, Appetite for destruction era la obra de una banda madura musicalmente hablando. Y su primera canción, este Welcome to the jungle, era desde los primeros compases un ejemplo perfecto de lo que los chicos de Axl Rose y Slash ofrecían durante todo el disco: riffs poderosos, mucha personalidad, sentido del espectáculo y, por supuesto, buenas canciones. Pese a la calidad y punch comercial de la banda el disco tardó un año en meterse en las listas de ventas, pero de ahí subieron al cielo: ha vendido más de 30 millones de copias.

The Lazarus heart, Sting (...Nothing like the sun, 1987)
A mediados de los 80 Sting estaba en su mejor momento como solista: acababa de grabar un excelente disco en directo –Bring on the night– y reunió a un plantel de músicos y técnicos excepcionales para grabar ...Nothing like the sun, un disco de canciones espléndidas y que tiene una calidad de grabación que casi cuarenta años después sigue llamando la atención. Su primer tema, The Lazarus Heart es un ejemplo perfecto de esas virtudes y del aire deliciosamente jazzistico de todo el disco.

“Entre dos tierras”, Héroes del Silencio (Senderos de traición, 1990)
El rasgueo primero y el punteo después de Juan Valdivia introducen al oyente en uno de los mejores discos de la historia del rock en español. Chute de oxitocina misterioso y bravo, “Entre dos tierras” es, junto a “Maldito duende”, el principal estandarte del cancionero de Héroes del Silencio. La interpretación vocal de Bunbury es sublime. Desde hace unas semanas, se escucha en los anuncios de una compañía de seguros.

Hey hey, my my, Neil Young & Crazy Horse (Weld, 1991)
No es una casualidad que Neil Young eligiese este tema brutal para empezar su salvaje disco en directo Weld, al contrario, es toda una declaración de principios: distorsión al máximo – tan alta que suena mal, de hecho –, riffs contundentes y una banda que suena como un auténtico martillo pilón y que nos recuerda que no hace falta ser un virtuoso ni tocar bien, que el rock es otra cosa y, por supuesto, nunca morirá.

Airbag, Radiohead (Ok Computer, 1997)
Muy pocas bandas – ¿ninguna? – ha dado un giro a su estilo y su carrera como el que dio Radiohead con OK Computer, el disco que les llevó más allá del estrellato: a ser considerados una de las bandas más influyentes del mundo y desde el que han desarrollado una carrera de calidad excepcional, aunque a costa de un éxito comercial que sin duda podría haber sido aun mayor. Airbag es la primera canción del grupo y es un excelente mix de guitarras potentes, la voz de Tom Yorke y un montón de sonidos muy distintos que juntos tejían algo que hasta entonces no se había escuchado.

“Get Ready for Love”, Nick Cave & The Bad Seeds (Abattoir Blues / The Lyre of Orpheus, 2004)
La batería de Jim Sclavunos da el pistoletazo de salida a ese trueno salvaje que es “Get Ready for Love”, primera pieza del doble Abattoir Blues / The Lyre of Orpheus, primer álbum de los Bad Seeds sin el alemán Blixa Bargeld como guitarrista estrella. Nick Cave reunió a los suyos, ascendió a Warren Ellis y parió uno de sus mejores trabajos discográficos. “Get Ready for Love” es un rugido con el que insta a estar listo para el amor, que “se arrastra silenciosamente / llamando a cada niño y niña”, y a alabarlo. Un temón.

“Dulce introducción al caos”, Extremoduro (La ley innata, 2008)
Una canción magnífico del mejor disco de Extremoduro. Robe Iniesta e Iñaki Antón rompieron en 2008 un silencio que duraba seis años desvelando esta “Dulce introducción al caos”, un trocito de una canción dividida en seis partes llamada La ley innata. “Cómo quieres que escriba una canción, / si a tu lado no hay reivindicación...”. En el solo de guitarra, se cuela Bach.
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