
El último informe del Observatorio de la Vida Militar (OVM) confirma un dato preocupante para la Defensa: se reducen las solicitudes para ingresar en las Fuerzas Armadas justo cuando España necesita reforzar sus efectivos. La intención del Gobierno es aumentar 20.000 efectivos en una década. La tendencia afecta tanto a oficiales como a suboficiales, y amenaza con agravar los problemas de personal que ya sufren numerosas unidades.
Según el documento remitido a las Cortes Generales, las peticiones para acceder a las academias militares de oficiales disminuyeron un 8,5 por ciento en 2024. Pasaron de 3.269 aspirantes el año anterior a 2.993, lo que reduce la ratio de 4,59 a solo 3,55 candidatos por plaza. Hace apenas tres años, en 2021, esa ratio era de 6,25, una caída que el Observatorio de la Vida Militar califica de "significativa".
El descenso es aún más acusado y grave en el acceso a las escalas de suboficiales. Aunque el número de plazas ofertadas fue similar al del año anterior, la proporción de solicitantes bajó de 6,8 por plaza en 2023 a 4,7 en 2024. Incluso quedaron vacantes diez plazas de las 219 convocadas. En 2021 la ratio llegaba a 8,37. "La tendencia descendente es constante", alertan los redactores del informe.
En tropa y marinería la situación es distinta, pero no menos preocupante. El Ministerio de Defensa amplió la oferta de plazas —de 6.826 a 8.062—, pero el aumento de solicitudes no compensó el incremento. La ratio apenas pasó de 4,3 a 4,2 aspirantes por plaza. Es decir, se ofertan más vacantes, pero sin suficientes jóvenes dispuestos a ocuparlas.
El informe subraya que, pese a los esfuerzos del Ministerio por reforzar la capacidad operativa, las Fuerzas Armadas mantienen un equilibrio precario. A 1 de enero de 2025, el número total de militares en activo era de 116.739, apenas 329 más que el año anterior. "El incremento de efectivos es mínimo frente a la creciente demanda de personal por parte de las misiones internacionales", advierte el documento.
Las causas del desplome, según el OVM, son múltiples: retribuciones insuficientes, escasas perspectivas de promoción y una política de movilidad que complica la vida familiar. En las visitas a unidades, los militares entrevistados repitieron las mismas quejas: sueldos bajos —1.100 € un soldado, 2.100 € un teniente—, dietas desactualizadas y ayudas a la vivienda prácticamente inexistentes.
El Observatorio también destaca la falta de incentivos para la permanencia. Entre la tropa y marinería, el 35 por ciento de los efectivos mantiene un compromiso inicial temporal y solo el 17 por ciento ha logrado una relación permanente. "Muchos abandonan antes de los 45 años ante la incertidumbre laboral", señala el documento, que recomienda revisar el modelo antes de que se agrave la fuga de personal.
La paradoja es evidente: mientras aumenta el despliegue exterior -de 12.054 a 16.809 militares en misiones internacionales en un año-, las Fuerzas Armadas tienen cada vez más dificultades para reclutar y retener efectivos. Más del 14 por ciento del personal en activo estuvo desplegado fuera de España en 2024, una cifra récord que presiona aún más a las plantillas.
El OVM reitera que la situación se repite año tras año sin cambios significativos. Las retribuciones "siguen siendo muy bajas", las ayudas del INVIED para vivienda son limitadas y la movilidad geográfica genera graves problemas familiares. "Muchos militares se ven obligados a vivir separados de sus familias o a rechazar destinos por motivos económicos", recoge el informe.
En su conclusión, el Observatorio de la Vida Militar reclama medidas urgentes y estructurales para evitar un deterioro irreversible en el reclutamiento. Pide revisar los salarios, mejorar la conciliación y hacer más atractiva la carrera militar para los jóvenes. De no hacerlo, advierte, España corre el riesgo de quedarse sin el relevo generacional necesario para mantener operativas sus Fuerzas Armadas.

