
Navantia y la Armada han firmado la orden de ejecución para la construcción de dos nuevos Buques Hidrográficos Costeros (BHC), un paso clave tras completar la fase de diseño técnico. Estos buques, de 47 metros de eslora, representan una modernización significativa para la flota hidrográfica, sustituyendo a las antiguas unidades de la clase Antares por embarcaciones mucho más avanzadas.
Gracias a su alto grado de automatización, cada buque podrá operar con apenas 30 tripulantes, una cifra muy reducida para su misión especializada. La dotación mínima se debe al diseño eficiente y a los sistemas automatizados para las tareas de navegación, levantamiento hidrográfico y recolección de datos marinos. Este diseño optimizado permite además mejoras en los costes operativos de las embarcaciones.
Estos BHC costeros podrán permanecer en alta mar durante quince días sin reaprovisionamiento, con una autonomía estimada de hasta 3.000 millas. Su capacidad de operar a gran distancia y durante períodos prolongados facilitará misiones de reconocimiento y cartografía incluso en zonas alejadas de la península, reforzando la presencia estratégica de la Armada en áreas costeras.
Parte del equipo de diseño incluye sistemas no tripulados: cada buque llevará un vehículo ROV (vehículo operado a distancia), un USV (vehículo de superficie no tripulado) y una embarcación auxiliar para realizar mediciones hidrográficas. Estos aparatos permitirán mapear el lecho marino y analizar la columna de agua con precisión, sin exponer la tripulación a riesgos innecesarios.
Navantia construirá las nuevas unidades en su astillero de San Fernando, en la provincia de Cádiz. Este proyecto no solo moderniza la flota hidrográfica de la Armada, sino que también impulsa la industria naval local. Se estima que durante los próximos cuatro años se generarán alrededor de 700 empleos directos, indirectos e inducidos gracias a esta adjudicación.
En cuanto a sus funciones operativas, los BHC permitirán a la Armada realizar cartografía náutica oficial, recopilar datos sobre el medio marino y el fondo marino, y supervisar posibles riesgos para la navegación o el patrimonio sumergido. Estas tareas son esenciales para actualizar las cartas marinas y garantizar la seguridad marítima, especialmente en zonas costeras estratégicas.
Finalmente, el programa se considera un éxito tras superar su primera fase crítica. La Armada y Navantia avanzan ahora hacia la revisión de diseño preliminar (PDR), que podría completarse a principios del próximo año. Si todo va según lo previsto, los nuevos BHC estarán en proceso de construcción en San Fernando y se convertirán en un pilar clave de la capacidad hidrográfica española.
