
Escribano EM&E y Rheinmetall-Expal han presentado en las últimas horas al Ministerio de Defensa una nueva propuesta para el programa SILAM (Sistema Lanzador de Alta Movilidad) con tecnología nacional y europea, tras haberse rechazado el proyecto inicial por contener un importante componente de tecnología israelí. La misma ha sido entregada en la Dirección General de Armamento y Material (DGAM).
Según la documentación presentada, la propuesta se estructura en varias fases para el desarrollo de un sistema de artillería lanzacohetes concebido desde su origen como un programa íntegramente español. El planteamiento incluye la entrega progresiva de capacidades, con el fin de reducir riesgos tecnológicos y permitir una adaptación continua a los requisitos operativos definidos por las Fuerzas Armadas.
El proyecto contempla la fabricación de lanzadores operativos y de pruebas, así como vehículos específicos de municionamiento, reconocimiento y puesto de mando. A ello se suma el desarrollo y la calificación de cohetes de entrenamiento y guiados, un aspecto clave para dotar al sistema de autonomía operativa y garantizar el control nacional sobre los elementos críticos del programa.
Ambas empresas han subrayado que el trabajo conjunto con el Ministerio de Defensa ha permitido analizar en profundidad las capacidades industriales existentes en España y ajustar la propuesta a ellas. El objetivo es acelerar la madurez tecnológica del sistema, asegurar su sostenibilidad a largo plazo y evitar dependencias externas que puedan condicionar su empleo o su mantenimiento futuro.
El programa SILAM es clave para la modernización del Ejército de Tierra y permite recuperar una capacidad militar que se perdió en 2011 cuando se dieron de baja los sistemas Teruel. El Gobierno asignó el programa a Escribano EM&E y Rheinmetall-Expal (antigua Explosivos Alaveses) y contaba con un presupuesto total de 714 millones de euros, aprobado en septiembre de 2023, incluyendo un paquete asociado de 27 aeronaves no tripuladas.
El programa iba según el calendario programado, incluso se llegó a entregar el pasado mes de septiembre el primer demostrador en el Regimiento de Artillería Lanzacohetes nº63 del Ejército de Tierra, en Astorga (León). Pero el hecho de que su base fuese de tecnología israelí hizo que el Gobierno de Pedro Sánchez rechazase el prototipo y anulase ese mismo mes el contrato tal y como estaba configurado hasta ese momento.

