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Nikos Galis, el anotador implacable

En su aniversario, recordamos la figura de uno de los mejores jugadores europeos de todos los tiempos.

En su aniversario, recordamos la figura de uno de los mejores jugadores europeos de todos los tiempos.
Nikos Galis, tras proclamarse campeón del Europeo de 1987. | Archivo

Este domingo 23 de julio cumple 66 años Nikolaos Georgalis. Es decir, Nikos Galis. Considerado uno de los mejores baloncestistas europeos de todos los tiempos. No le hizo falta jugar en la NBA. De hecho, muchos consideran su llegada frustrada a los Boston Celtics como uno de los grandes errores históricos de la franquicia. Su dominio en el baloncesto europeo -especialmente en el de selecciones, llevando a Grecia a ganar su primer Eurobasket- le reservará un lugar en la leyenda del baloncesto. Para siempre.

Iba para boxeador

Nikos Galis no nació en Grecia. Lo hizo en Estados Unidos. Concretamente en Nueva Jersey, el 23 de julio de 1957. Sus padres sí eran griegos. Habían emigrado al país de las oportunidades.

Y las primeras oportunidades para el joven Galis fueron en el boxeo, deporte que practicaba su padre. Sin embargo, la insistencia de su madre para que practicara una actividad menos agresiva hizo que Nikos se dedicara al baloncesto. Qué gran favor nos hizo a todos…

Fue en el equipo universitario Union Gill donde empezó a llamar la atención, trasladándose pronto al equipo de la Seton Hall University, donde se mantuvo durante cinco temporadas. Llegó a promediar 27,5 puntos por partido en su mejor curso, siendo el tercer máximo anotador de la Liga Universitaria solo por detrás de Balder y de un tal Larry Bird.

Tenía 22 años, y había llegado el momento de dar el salto a la NBA. Pero todo se le puso en su contra. Su representante, Bill Manon, le dejó de lado en el momento más importante para centrarse en lo que iba a ser un bombazo musical en Estados Unidos: Diana Ross. Aún así, consiguió un contrato con los Boston Celtics, que le eligieron en la posición número 68 del Draft. Un número muy bajo a tenor de sus cualidades y de las cifras promediadas. Pero un contrato en la NBA al fin y al cabo.

Pero justo cuando iba arrancar la pretemporada sufrió una lesión en el tobillo que provocó que el club finalmente no contara con él.

Profeta en su tierra

Dada la situación en la que se encontraba, Galis decidió regresar a su país de origen, y firmó por el Aris de Salónica. Fue ese un matrimonio perfecto: el club heleno gozó del momento más dorado en su historia, y Nikos vivió sus mejores años a nivel de club. 8 títulos de liga, 6 Copas de Grecia y 3 presencias en la Final Four lo demuestran. Sin duda, contribuyó a ello la compañía en el equipo de Panagiotis Giannakis, otro de los mejores jugadores europeos del momento.

A nivel individual, la ametralladora nunca bajó de los 30 puntos por partido de media en las 13 temporadas en las que estuvo en el club de Salónica. Su mejor registro se produjo en el 81, cuando anotó 62 puntos en el encuentro que enfrentó al Aris con el Ionikos. Curiosamente, en aquel encuentro hubo un jugador rival que le superó con 73. Giannakis. Pronto se convertiría en su compañero de equipo. En esa misma temporada llegó hasta los 61 puntos frente al Iraklis, y 57 ante el Pallacanestro Venezia en la Copa Korac.

En 1992, y tras un conflicto con el nuevo presidente del Aris, fichó por el Panathinaikos, lo que fue considerado como un alivio por su afición, temerosa de que se marchara al PAOK, el rival eterno y que quería apostar fuerte por él.

En el verde todo parecía que iba a ser maravilloso: uno de los jugadores más grandes en la historia del país, en el equipo de mayor relevancia. Pero no fue así. Galis sólo logró una Copa Griega y una participación en una Final Four, en 1993. En los comienzos de la tercera temporada se enfrentó a su entrenador, Kostas Politis, por no introducirlo en el quinteto inicial en un partido de Liga, y decidió retirarse. Fue un choque entre dos egos demasiado fuertes, que desembocó en una salida por la puerta de atrás.

El Europeo, su territorio

Pero si los números de Galis a nivel de club fueron buenos, aun sin lograr la ansiada Copa de Europa, fue con la selección griega donde vivió sus mayores logros. Basta recordar que Nikos fue el máximo anotador en todos los Europeos y Mundiales que disputó desde 1983. Esto es, el Eurobasket de 1983 (33 puntos por partido), el Mundial de 1986 (33,7 ppp), el Eurobasket de 1987 (37 ppp), el Eurobasket de 1989 (35,6 ppp) y el Eurobasket de 1991 (32,4 ppp).

Sin duda, su culmen llegó en el europeo de 1987, disputado en casa. Grecia presentaba un equipo de ensueño, con jugadores de la talla de Giannakis, Christodolou, Kambouris, Fassoulas y el propio Galis, pero nadie, menos ellos, vislumbraba el éxito que les aguardaba. Y máxime cuando quedaron encuadrados en el mismo grupo que Yugoslavia, la Unión Soviética y España. De hecho, se clasificaron como cuartos, con derrota incluida ante los nuestros. No sería más que un espejismo.

En cuartos de final los helenos se deshicieron, no sin dificultad, de la Italia de Walter Magnifico. El siguiente rival sería nada menos que la Yugoslavia de Petrovic, Djordjevic, Kukoc, Paspalj, Divac… Un equipo hecho para ser imbatible, pero que no pudo con el killer de New Jersey en uno de los encuentros más bonitos que se recuerda en el panorama europeo. El resultado final fue de 81 a 77 para los helenos, quienes conjuntaron una agresiva y demoledora defensa con los 30 puntos de Gallis, en lo que fue un espectacular duelo con Drazen Petrovic.

En la final esperaba la URSS, la misma que al año siguiente se cargaría a Estados Unidos en los Juegos de Seúl, cambiando el baloncesto olímpico para siempre. Volkov, Marčiulionis, Valters y el gigante Tkachenko eran sus estrellas, con Sabonis lesionado. Pero nada pudieron hacer ante Galis, quien se superó a sí mismo para terminar anotando 40 puntos. Al final, victoria local por 103 a 101, después de una prórroga. Grecia se proclamaba por primera vez campeona de Europa, y Gallis, obviamente, fue elegido MVP del campeonato.

Dos años más tarde volverían a enfrentarse en un Europeo, en esta ocasión en las semifinales, y de nuevo la victoria cayó del lado heleno, con nuevo recital de Nikos (45 puntos), aunque quien sí tuvo ocasión de vendetta fue Yugoslavia, que actuaba como local, y que se impuso en la final por 98 a 77.

En el Eurobasket de 1991, disputado en Italia, Grecia sólo pudo ser quinta, después de caer en el primer grupo. Ya en 1993 los helenos buscaron cambios para mejorar el papel anterior, y entre esos estuvo el no volver a contar con Galis. Este hecho, unido al enfrentamiento con su equipo, el Panathinaikos, hicieron que el jugador se retirase de una manera algo decepcionante.

Nikos Galis sería incluido en el primer ranking Hall of Fame de la FIBA, y en 2017 se convertía en el sexto jugador no NBA incluido en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame.

Sus 32,8 puntos de media en sus 753 partidos disputados a lo largo de su carrera. Sus records históricos de anotación en todas las competiciones. El haber llevado a Grecia a tocar el cielo con su memorable actuación en el Europeo del 87… aval suficiente para ser un semidios en el país heleno. El ídolo de Giannis Antetokounmpo. Una leyenda eterna del baloncesto.

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