
El titular del Juzgado de Instrucción nº 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, ha ordenado a la Guardia Civil una entrada y registro en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) donde se encuentra el Comité Técnico de Árbitros (CTA) que preside Luis Medina Cantalejo.
Fuentes del caso consultadas por Libertad Digital afirman que el objetivo de esta diligencia es recabar documentación sobre el caso Negreira. Concretamente, las actas arbitrales sobre ascensos y descensos de los colegiados, así como las calificaciones de los informadores para evaluar a los árbitros.
Los agentes han accedido con varias cajas con el objetivo de incautar la citada documentación. La entrada de los investigadores ha pillado por sorpresa a los trabajadores de la RFEF, que acababan de comenzar su jornada laboral.
El instructor ya denunció la existencia de una corrupción sistémica en el Comité Técnico de Árbitros (CTA). El magistrado afirmó que "se presume por pura lógica que el FC Barcelona no pagaría al Vicepresidente Negreira en torno a 7 millones de euros desde el año 2001 si no le beneficiara, pero no por la bondad de los informes en sí mismos, sino por la condición de Negreira como miembro de la terna de vicepresidentes del CTA, cuya función no era simplemente representativa, como ha indicado el Sr. Medina Cantalejo, actual presidente del CTA, sino que ejercía funciones de relevancia significativa en la calificación y designación de los árbitros".
Recordamos que el juez investiga en el marco del caso Negreira el pago del Barça de 7,3 millones de euros al que fuera vicepresidente del CTA, entre 2001 y 2018. Según la Fiscalía, el Barcelona pagó a Negreira para que realizase "actuaciones tendentes a favorecer al FCB en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el Club, y así en los resultados de las competiciones".
La "mano Negreira"
Tal y como desveló LD el pasado mes de marzo, en el Comité Técnico de Árbitros (CTA) siempre se habló de una mano negra en los ascensos y descensos de los colegiados, era la mano Negreira. Negreira tenia acceso a todos los informes de evaluación de los colegiados y podía manipularlos, decidiendo quién ascendía y quién descendía. Por lo tanto, podría influir claramente en el ascenso de los árbitros más afines. Principalmente, se ponían en descenso con nota baja a los árbitros que cumplían edad en detrimento de que existieran más plazas de ascenso. Así se protegía a los árbitros de Primera División con sus astronómicos salarios.
En los citados informes de evaluación las notas normalmente oscilaban entre el 6 y el 8,5, además existía el factor corrector que era la dificultad del partido. En el caso de los árbitros de Segunda división B, estos podían ver sus informes, pero jamás los del resto al no ser públicos. Para los árbitros asistentes que querían subir a 2ª División, se hacía una preselección de unos 25-30 árbitros y la clasificación final se conocía uniendo los informes de evaluación y unas pruebas realizadas en Madrid que eran físicas y teóricas. Era un amaño porque juntaban en la clasificación general los informes y las pruebas, en lugar de publicar la clasificación general de los informes y luego el curso de ascenso con las notas finales del curso.
Según el artículo 174.3 del Reglamento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el delegado-informador debía "informar y calificar" la actuación del árbitro en cada partido a través del modelo oficial aprobado por la RFEF. Concretamente, los delegados-informadores debían evaluar la actuación técnica del árbitro, el control del partido, su personalidad, el régimen disciplinario y su condición física. Dichos parámetros se concretaban en una nota, teniendo en cuenta esta escala de evaluación: 9,0–10: Actuación excelente; 8,5–8,9: Altamente encomiable actuación; 8,0–8,4: Actuación correcta/eficiente; 7,8–7,9: Normal (con un error claro importante); 7,5–7,7: Satisfactorio (con importantes puntos a mejorar); 7,0–7,4: Decepcionante (por debajo de las expectativas); 6,0–6,9: Muy insatisfactorio (pobre actuación) y 5,0–5,9: Inaceptable (muy pobre actuación). En función de las notas de cada partido, se elaboraba la clasificación de los árbitros.
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