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Verstappen supera a Alonso e iguala a Senna

Max Verstappen celebra su título mundial en Qatar.
Max Verstappen celebra su título mundial en Qatar. | EFE

Max Verstappen ha ganado en la noche de Qatar su tercer título mundial. Le valía con ser sexto, pero el holandés quiso celebrar su tercer Mundial consecutivo desde el podio, del cual sólo se ha bajado una vez esta temporada, en Singapur. Ha ganado todas las carreras a excepción de tres y se ha hecho con el título cuando todavía restan cinco grandes premios para cerrar la temporada. Se ha convertido, además, en el primer piloto en proclamarse campeón en una carrera al esprint.

La segunda posición en Losail le ha valido a Verstappen para entrar en el selecto grupo de los tricampeones del mundo junto a grandes como Aytorn Senna o Nicky Lauda, superando además los dos títulos de Fernando Alonso. En Fórmula 1, sobre todo en los últimos tiempos, el coche tiene mucho que decir en la victoria y el triunfo de los pilotos; si bien esta vez no ha sido distinto, el talento de Verstappen ha marcado la diferencia adaptándose a un coche con el que, por ejemplo, su compañero Checo Pérez ha tenido algún que otro problema.

Joven, descarado, frío, extremadamente ambicioso y perfeccionista hasta la enfermedad. Éste es Max Verstappen, un hombre hecho en los circuitos de kart bajo la dura batuta de su padre, también piloto de Fórmula 1. Para Verstappen padre, sólo había una opción que su hijo siguiera sus pasos y no sólo los ha seguido sino que le ha superado con creces. Max es uno de esos deportistas que da miedo cuando mira, que tiene claro su destino y cuya ambición le desbordó en los primeros años, cuando no dejaba de visitar la puzolana o los alerones del resto de pilotos. Depurado el carácter y ampliada la experiencia, Max se ha convertido en un tiburón. Un depredador nato que no se conforma con ganar, sino que necesita la pole y la vuelta rápida y pese a que ya tiene el título en el bolsillo seguro que querrá seguir batiendo marcas y seguir ganando las carreras que quedan hasta el final de temporada.

Es, sin duda, la horma del zapato del otro ganador en la sombra, Adrian Newey, que ha vuelto a hacer magia diseñando un traje, un coche a medida. Lo consiguió hace una década con Sebastian Vettel y lo ha vuelto hacer con un piloto mucho mejor que el alemán y que aspira a superar al hoy retirado tetracampeón del mundo.

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