El Rey aparecía ligeramente apoyado en su mesa de despacho sin apenas motivos navideños que adornaran el set escogido para la ocasión. De las fotografías que se adivinaban en la estantería junto a él prácticamente sólo era reconocible una del príncipe Felipe y la princesa Letizia.
Con traje azul y corbata verde, el Rey habló de economía y de política con ninguna alusión a los escándalos que han rodeado a la Corona durante este año. A continuación se recogen algunas claves de su breve discurso Nochebuena 2012.
- Ausencia de Autocrítica: Era uno de los discursos más esperados de Su Majestad. Y lo era por haber sido 2012 un año especialmente movido en la Casa Real. La cacería de Bostuana, Corinna y –sobre todo- los escándalos de corrupción que rodean a Iñaki Urdangarín, han golpeado notablemente la credibilidad de la Corona y su apoyo popular. En cambio, en el discurso de este año Su Majestad no ha hecho ninguna alusión a estos asuntos. Y eso que el año pasado llegó a afirmar que "todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar".
- Sin mención al heredero: Pese a que en otras ocasiones no ha dudado en alabar el trabajo de su hijo, el príncipe Felipe, como heredero a la Corona, en esta ocasión no ha tenido ni una sola palabra o alusión al mismo.
- Sin mención a Cataluña: Hoy mismo Artur Mas se ha proclamado presidente de la Generalidad de Cataluña prometiendo fidelidad "al pueblo de Cataluña". Lo hace tras pactar con ERC la convocatoria de un referéndum ilegal el próximo año. Este asunto no tocaba en el discurso del Rey.
- Persecución al Castellano: No mencionó el desafío separatista de Mas, pero en cambio alabó las diferentes "culturas" y "lenguas" que integran España, pero no hizo ninguna mención a la persecución que el castellano sufre en territorios como Cataluña o el País Vasco.
- Toque a Rajoy: El Rey ha querido enfatizar y ha repetido que "no todo es economía" en la salida de la crisis. Una alusión que no deja de llamar la atención, máxime cuando el mensaje de Rajoy durante su campaña electoral en la oposición y durante su acción de Gobierno ha sido precisamente priorizar por encima de cualquier otro asunto "la economía".