Menú

Mas se burla de Rajoy y le ofrece "diálogo" para pactar una consulta "a la británica"

Denuncia "ataques cibernéticos" mientras la Generalidad delata a los coordinadores comarcales del 9-N en su propia web

El presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha comparecido por primera vez después del 9-N para rentabilizar la participación y remarcar las condiciones para una "nueva oferta de diálogo" con el Gobierno de Mariano Rajoy. Negociar "un referéndum a la canadiense o a la británica" es el objetivo de Mas y el contenido de la misiva que ha enviado a Rajoy. A partir de ahí, del "diálogo", todo está abierto y Mas se reserva varias cartas en la manga. La primera, una ronda de contactos con los partidos del "derecho a decidir", el "bloque soberanista" según la terminología oficial, para calibrar las posibilidades que se abren tras el "éxito" del "proceso participativo".

Mas no cuenta ni con el PP de Cataluña ni con Ciudadanos, pero sí ha invitado a esa ronda al PSC, que ayer se mostraba partidario de una reforma constitucional para satisfacer el "encaje de Cataluña en España". Es la renovación del "Pacte del Tinell", del "cordón sanitario", la normalización institucional del enemigo, ajeno al círculo político catalán.

En la línea que viene siendo habitual, la rueda de prensa de Artur Mas se prolongó durante más de hora y media, tiempo que aprovechó en primer lugar para anunciar que el Gobierno de la Generalidad ayudará a las familias que no puedan pagar el recibo de la luz. Era el golpe de efecto frente al recurso del Gobierno contra la disposición autonómica que exime del pago de esa factura a unas ochocientas familias en riesgo de exclusión social en toda Cataluña. Después, denunció los "graves ataques cibernéticos" sufridos por la Generalidad durante el sábado y el domingo. "Profesionales", matizó. Comenzaba así, pasadas las 13:30 horas, la comparecencia. Dichos "ataques", afirmaba Mas, habían puesto en riesgo el sistema de emergencias médicas y el acceso a los historiales clínicos de los catalanes. Afortunadamente, la acción del funcionariado evitó males mayores, contaba. Coincidían esas palabras de Mas con la publicación en Libertad Digital de la dirección en internet donde la Generalidad "delata" a los responsables de la organización del 9-N por comarcas.

A partir de ahí y de agradecer a los funcionarios y voluntarios su trabajo, de reivindicar y explotar el 9-N, de ratificar la promesa de la paga extra, Mas exigió a Rajoy negociaciones para un referéndum y manejó tanto la opción de agotar o extender en todo lo posible la legislatura (pese a reprochar a ERC que pese al compromiso cumplido del 9-N no le preste su apoyo) como la de convocar unas plebiscitarias bajo una lista única. Todo está abierto y es posible. "No voy a marcar rutas o calendarios antes de hablar con todo el mundo", disertaba Mas mientras aprovechaba las preguntas de los periodistas para sacar pecho del cumplimiento de sus promesas, augurar la derrota del PP en las próximas generales, criticar a Rajoy, repartir los méritos por la organización del 9-N y a asegurar que "no hemos hecho nada ilegal".

Sobre este particular y en tono burlón utilizó las mismas palabras de Rajoy cuando dijo que el 9-N "no es una consulta ni desde luego un referéndum; en realidad no sé qué es" para demostrar que el Ejecutivo autonómico no ha hecho nada ilegal o fuera de sus competencias. "Si hasta lo ha reconocido el propio Rajoy", remachaba el gag Mas.

Pasadas las tres y cuarto de la tarde concluía una rueda de prensa de la que se desprenden cuatro cosas: que Mas ha enviado una carta a Rajoy; que la Generalidad tiene graves problemas informáticos; que Ciudadanos y el PP están proscritos y que, de momento y respecto a unas elecciones autonómicas, el presidente de la Generalidad y ya líder único del separatismo se lo tomará con calma. El proceso continúa.

Temas

En España

    0
    comentarios