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Errejón y Montero, el mejor ejemplo de la casta universitaria

Montero creó el puesto de investigador, lo dotó del mayor rango de salario, llamó a su amigo Errejón y luego le permitió no pisar la Universidad.

Montero creó el puesto de investigador, lo dotó del mayor rango de salario, llamó a su amigo Errejón y luego le permitió no pisar la Universidad.
Efe.

Pablo Iglesias y los suyos, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, han basado buena parte de su discurso como líderes de Podemos en furibundos ataques a "la casta" política que vive de las corruptelas para perpetuarse en la moqueta de la cosa pública. Denuncian la existencia de lo que llaman "las puertas giratorias" que permiten a aquellos que han tenido responsabilidades públicas retirarse en grandes puestos en las empresas privadas con quienes tuvieron relación desde la administración.

Unas denuncias que bien podrían haberse aplicado ellos mismos a la luz del sueldo que cobraba Errejón de la Universidad de Málaga. Cada dato nuevo que se conoce sobre el caso, así como las explicaciones que ofrecen sus protagonistas, más describen esa casta universitaria que vive y cobra de la Universidad Pública española merced a las grietas que ésta deja abiertas para disponer del presupuesto público.

Este miércoles, el diario El Mundo recoge algunos detalles más sobre el contrato de investigador que "ganó" Errejón tras ser el único candidato. También incluye declaraciones del jefe investigador, el amigo y compañero de Errejón en la directiva de Podemos, Alberto Montero. Por último, recoge la opinión de expertos laboralistas sobre el caso en cuestión.

Horario completo y máximo nivel de salario

De los detalles del contrato, lo más destacado es que, según cuenta El Mundo, Montero reclamó para Errejón la jornada completa para la plaza que le iba a adjudicar, lo que supone el máximo nivel de salario. Es decir que el hecho de que Errejón estuviera obligado por contrato a cumplir 40 horas semanales de 8:00 a 16:00 y hacerlo en el Departamento de Derecho Financiero, Economía Política y Filosofía del Derecho de la Universidad de Málaga -o fuera de él siempre que se debiera a las exigencias propias de la investigación- era una condición indispensable para que su sueldo mensual fuera de 1.800 euros brutos mensuales. Según se ha publicado, Errejón sólo se pasó en dos ocasiones por la Universidad.

Montero llamó a sus amigos para el puesto

En declaraciones a El Mundo y sin ningún tipo de empacho, el jefe investigador que diseñó el proyecto a medida de Errejón, Alberto Montero, no duda en reconocer que "a Íñigo (Errejón) se lo comenté yo, sí, y también a otros amigos que tengo de Ciencias Políticas desempleados". Considera Montero que en estos casos, cuando surge una "oportunidad de trabajo como el proyecto que puso en marcha, lo normal es avisar a los amigos o conocidos que están en paro". En cualquier caso, y pese a que niega que diseñara el puesto a la medida de Errejón y de tener amigos en paro, sólo se presentó el fulgurante líder de Podemos.

La propia rectora de la Universidad de Málaga, admitía casi sin querer que la polémica beca era un puesto hecho a medida de Íñigo Errejón, al decir que se trataba de un "perfil muy particular el que se necesitaba, un doctor en Ciencias Políticas con experiencia en la administración pública y con temas de vivienda". Tanto, que ahora tendrán que "ampliar el perfil" para encontrar un sustituto.

Un comportamiento "anormal"

Los expertos consultados por El Mundo indican que uno de los problemas que presenta el caso es que el único responsable de contratar, fiscalizar y denunciar el trabajo de Errejón es su amigo Alberto Montero, jefe investigador, lo que le da una importante manga ancha para crear el puesto a su medida, adjudicárselo y luego permitirle no aparecer por la universidad.

Por otro lado, aunque los mismos expertos creen que "incumplir el horario" es un asunto de menor importancia, modificar verbalmente un contrato para permitir que ese incumplimiento del horario sea la tónica habitual, es decir que pueda hacerse en casa, "abre la puerta a comportamientos discrecionales y abusos del Derecho", por lo que recomiendan hacerlo siempre por escrito. "Una inspección de trabajo no lo hubiera consentido", dicen y concluyen con que "es una actuación anormal, especialmente cuando se trata de dinero público, sometido a una exigencia de control mucho más estricta".

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