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La amarga primera victoria de Pedro Sánchez... hasta el 24 de mayo

En Ferraz confiaban en una pírrica victoria que eliminara de un plumazo sus expectativas electorales. No ha ocurrido.

No era el escenario ideal previsto por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ni tampoco la mayoría absoluta que en palabras de un dirigente del PSOE andaluz haría "mañana nos vamos a Madrid todos con las maletas como Paco Martínez Soria". Pero en el PSOE de las crisis de liderazgos, basta con ganar unas elecciones para dar un sonoro golpe en la mesa.

En clave interna, el 22-M arroja el mejor escenario para Susana Díaz a dos meses de unas elecciones municipales y autonómicas y a cuatro de las primarias para elegir al candidato socialista a La Moncloa. Difícilmente el 24 de mayo, podrá contar Sánchez con un resultado electoral semejante, en el que la irrupción de Podemos no destruya los porcentajes de un PSOE que se mantenga en los resultados de hace tres años en número de escaños, como ha logrado la baronesa socialista.

Tras siete meses de rencillas internas, cuestionamientos constantes de su liderazgo como secretario general y dejando caer la idea, a través de sus voces susanistas en Madrid, de que ella misma podría dar un paso adelante en las primarias de julio frente a Pedro Sánchez, Susana Díaz no ha logrado mayoría absoluta pero seguirá siendo presidenta, frena las expectativas de un Podemos que deja de ser la verdadera fuerza emergente y no ha perdido "la voz de autoridad frente a Pedro", como esperaban desde la dirección federal.

En ello confiaban en Ferraz, en una victoria pírrica que les permitiera apuntarse el tanto del primer éxito electoral socialista bajo el mandato de Pedro Sánchez, pero que eliminara de un plumazo las aspiraciones nacionales de la Khaleesi del PSOE. Pero eso no ha ocurrido.

Fallaron los cálculos de un PSOE nacional que ha denunciado "la verdadera cara de Susana Díaz en esta campaña electoral" y "su error" de "hacer grande a Podemos" mencionándole en los mitines mientras la formación de Pablo Iglesias bajaba en las encuestas. En Ferraz también fallaron los cálculos nublados por unas tensiones con la presidenta que quiso limitar la presencia de Pedro Sánchez a tan sólo dos días. Y funcionó.

Susana Díaz sigue llevando la fortaleza institucional y electoral del PSOE y en palabras de un dirigente regional andaluz "que empiece a temblar Pedro con lo que puede pasar en las municipales y autonómicas" del 24 de mayo. Las comparaciones son odiosas, pero en el PSOE pueden ser letales.

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