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Bonig pide ayuda a Rajoy en su batalla en defensa de la libertad lingüística

Bonig eliminará el requisito lingüístico para la función pública. Rajoy arremete contra los "ayuntamientos del cambio a peor" de Madrid o Valencia. 

Bonig eliminará el requisito lingüístico para la función pública. Rajoy arremete contra los "ayuntamientos del cambio a peor" de Madrid o Valencia. 
Rajoy y Bonig con el nuevo alcalde de Alicante, Luis Barcala. | David Mudarra.

Isabel Bonig volvió a pedir ayuda a Mariano Rajoy en su batalla contra la política lingüística del Gobierno de la Comunidad Valenciana. Y el jefe del Ejecutivo recogió el testigo. Confirmó que el Gobierno está trabajando en un recurso contra la ley de Ximo Puig. "Queremos dialogar antes de recurrir, pero que nadie se lleve a engaño", dijo. Y se comprometió a defender la libertad en las escuelas.

El PP intentó sacar músculo político en uno de sus momentos más difíciles. Reunió a más de 1.300 simpatizantes en Alicante, de nuevo gobernado por un alcalde popular, Luis Barcala. El auditorio estaba lleno. "Siempre he defendido que el alcalde sea aquel que hayan votado más los vecinos, es una medida de calidad democrática", proclamó Rajoy."Obedece a una regla sencilla: el que gana gobierna", incidió, obviando en todo momento los líos internos que noquean a su partido.

Bonig enarboló la bandera de la libertad dejando claro su mensaje de aquí a las elecciones de 2019. Llegó a pedir la dimisión de Puig por esquivar la ley en materia lingüística. "Haga el favor de cumplir la ley y las sentencias", exigió al presidente regional. Le tildó de "acomplejado" por preferir "catalanes de segunda a valencianos de primera". "El PP dice no, no y no", añadió, y cargó contra la "senda de catalanización" del Ejecutivo.

En este sentido, la líder de los populares valencianos hizo un anuncio de precampaña. Si es presidenta, eliminará el requisito lingüístico para la función pública. "Será un mérito y no una imposición", aseguró, provocando la ovación de los suyos. Y, una vez más, pidió directamente a Rajoy que no mire para otro lado. "Te pedimos otra vez ayuda, y sé que la vamos a tener, para acabar con todo este entramado contra los padres y la libertad de educación de nuestros hijos", le trasladó.

Valencia no puede ser Cataluña

El presidente entró en la cuestión. Como en Baleares hace unas semanas, alertó de que la Comunidad Valenciana no puede seguir "el ejemplo de enfrentamiento" de Cataluña. Y vio "dudas muy fundadas sobre la constitucionalidad" de la ley de plurilingüismo de Puig, aunque antes de presentar el recurso hablará con él. "El Gobierno estará siempre con la ley" y "siempre con la libertad de los padres para elegir la lengua vehicular de sus hijos", insistió. "Así de claro", zanjó el presidente.

Rajoy atacó con dureza a los denominados gobiernos del cambio. Se refirió a las ciudades de Madrid, Valencia o Barcelona y resumió la gestión de sus consistorios: "Mala gestión, calles más sucias y el amiguismo adueñándose de la red de contrataciones". Arreciaron los aplausos. Habló de "coalición de despachos" y aseguró que, en vez de solucionar problemas, los crean. Ni una mención directa sobre Ciudadanos, partido al que tampoco mentó en Palma de Mallorca.

Como siempre que va a Levante, el presidente sacó a colación el tema del agua y avisó de que el pacto de Estado del agua que se pretende alcanzar no puede "liquidar" los acuerdos previstos como el trasvase Tajo-Segura.

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