La Lonja del Mar ha sido literalmente tomada. Acordonada por la Policía y los Mossos y rodeada por las protestas de los CDR que bloqueaban las tres posibles vías de llegada al lugar en que se ha celebrado el Consejo de Ministros extraordinario de Barcelona. Sin embargo, mientras en el interior del edificio se escuchaban las caceroladas y gritos de protesta con proclamas contra la Policía Nacional y por la libertad de los presos, el Gobierno ha vendido a lo largo del día "tranquilidad y normalidad".
"Hay más gente en un Barça-Madrid", han llegado a decir fuentes gubernamentales para restar importancia a los"hechos aislados" que, dicen, se han producido como la agresión a un periodista que, a juicio del Gobierno, "no son representativos del clima en Barcelona".
De hecho, los miembros del Gobierno consultados sostienen que"había más protestas en Sevilla" en las inmediaciones del Consejo de Ministros del pasado 26 de octubre que fue rodeada por dos protestas simultáneas del colectivo Jusapol y los funcionarios de prisiones.
En privado, el Ejecutivo pone como muestra el botón de la llegada del presidente del Gobierno: "Hemos venido andando, 300 metros sin problema" desde el Hotel Duquesa de Cardona, señalan, obviando el enorme cordón policial del lugar de desplazamiento del presidente y su numerosa escolta.
Las citadas fuentes sostienen que "no es para tanto" el despliegue policial y que "es falsa" la cifra de 9.000 policías que se ha difundido en los medios de comunicación porque "solo en Barcelona hay destinados 8.000" policías y mossos encargados de misiones de esta naturaleza y "lo importante son los que han venido expresamente de Madrid, que son menos de 1.000".