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El diccionario Pericay de Ciudadanos: Rivera, Arrimadas, Cayetana, Bauzá, el coaching y los 'hervívoros'

El fundador de Ciudadanos y exportavoz naranja en Baleares relata en un libro su experiencia en la primera línea política.

El fundador de Ciudadanos y exportavoz naranja en Baleares relata en un libro su experiencia en la primera línea política.
Albert Rivera y Xavier Pericay, en un mitin. | EFE

El escritor Xavier Pericay (Barcelona, 1956) afincado desde hace más de una década en Palma de Mallorca, es uno de los quince intelectuales que fundaron Ciudadanos en 2005 y el de todos ellos que mayor actividad política ha tenido en el partido, como portavoz durante la pasada legislatura autonómica en el Parlamento de Baleares y como responsable de Educación en la Ejecutiva del partido naranja durante el mismo periodo de tiempo. Una experiencia que plasma ahora como mejor sabe, por escrito, en el libro ¡Vamos? que la editorial Sloper pone a la venta estos días.

Pericay pertenece a la estirpe de quienes como Mario Vargas Llosa en Perú (la cita inicial del libro es del Nobel) o el canadiense Michael Ignatieff, cuyo libro Fuego y cenizas le sirve de confesada inspiración, cambiaron el mundo de la escritura por el de la política, fracasando en el empeño de manera absoluta, como Vargas Llosa, que perdió las elecciones presidenciales peruanas de 1990 frente a Alberto Fujimori, o parcial, como Ignatieff, que no llegó a primer ministro de su país aunque sí ejerció como diputado.

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El cartel del candidato Pericay, en 2015.

Nuestro protagonista ejerció las responsabilidades referidas pero sorprendentemente unas elecciones primarias le apartaron por apenas 19 votos de seguir haciendo política en Baleares y terminarían precipitando su salida del partido en 2019, un año que acabó con la dimisión de Albert Rivera tras el batacazo electoral naranja del 10-N.

Entre la anécdota, el relato en primera persona de momentos decisivos en la convulsa reciente historia de Ciudadanos y la reflexión e incluso reivindicación de la actividad política, sin eludir sus miserias, ¡Vamos? llega a las librerías como adelantado contrapunto del libro que el propio Rivera publicará el mes que viene relatando los mismos hechos. A modo de diccionario, Libertad Digital les ofrece las perlas más jugosas de una obra que ya está levantando mucha polvareda. Como excepción, y siguiendo una vieja tradición en Ciudadanos, la primera entrada corresponderá al ex presidente del partido, por orden alfabético del nombre de pila.

(A) Albert Rivera

Pericay le conoce desde la remota fundación del partido. Relata una comida en noviembre de 2006, poco después de la sorpresiva entrada de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña, con otros dos de los más importantes fundadores la formación, Arcadi Espada y Albert Boadella. Los tres le ofrecieron, sin éxito, colaboración para su primer discurso, en el debate de investidura de José Montilla. "No hubo manera. Su respuesta fue dubitativa, huidiza, propia de quien no está por la labor de aceptar lo que le ofrecen pero tampoco se atreve a rechazarlo de viva voz. No me cabe la menor duda de que aquel día Rivera tenía ya formado el propósito de desprenderse de la tutela que nuestra condición de abajofirmantes del primer manifiesto podía conferirnos".

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Albert Rivera, el día de su dimisión. | EFE

Asegura que su relación, ya una década después, era de respeto mutuo y le equipara con Nicolás Sarcozy, sobre todo por el retrato que del expresidente francés hizo Yasmina Reza en su libro El alba, la tarde o la noche. Pero le describe como un líder impregnado de adanismo y cesarismo, un perfil reforzado por su sanedrín (véase entrada): "Bastaba a menudo con que una iniciativa no hubiera sido cocinada por él o con su beneplácito para que fuera descartada". Y juzga muy negativamente su actitud de los últimos meses: "En un país donde hasta un Rey [Juan Carlos I tras el incidente cinegético de Botswana] ha pedido perdón a los ciudadanos […] la soberbia le impidió [a Rivera] hacer lo propio a quien no era más –y no es poco– que el político con mayor futuro del país. Una soberbia que le acompañó, por desgracia, hasta el final".

Álvarez de Toledo, Cayetana

Las breves pero sustanciosas páginas dedicadas a la actual portavoz parlamentaria del PP sorprenderán a muchos. Pericay narra, seguramente de muy buena fuente, cómo fue en 2015 la primera opción de Rivera como candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, donde finalmente terminaría recalando el hoy vicepresidente del Gobierno autonómico, Ignacio Aguado.

"La oferta [la de encabezar la lista autonómica de Ciudadanos en Madrid] provenía del propio presidente del partido, por lo que puede decirse que era seria. Tan seria como Cayetana, que la había rechazado por no tener que enfrentarse electoralmente al Partido Popular de Esperanza Aguirre, al que todavía estaba afiliada. Aun así, y ante la insistencia del propio Albert, se había mostrado abierta a considerar otras formas de colaboración. Aquello, sin embargo, no había tenido continuidad. Al parecer, alguien había reparado en la participación del marido de Cayetana en la salida a Bolsa de Bankia, y aunque no pesara sobre él acusación ninguna de corrupción, ello había bastado para truncar la operación. Sin mediar explicaciones por parte del hacedor de la oferta. Sólo con un silencio sostenido. La educación, qué le vamos a hacer, no ha sido nunca un atributo de los máximos dirigentes de este partido".

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La portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo | David Alonso.

Pese a ese desencuentro, "la sombra" de Álvarez de Toledo "siguió planeando sobre Ciudadanos" ya que, relata Pericay, "su acendrado liberalismo hacían que muchos cuadros, afiliados y simpatizantes del partido expresaran sin tapujos su admiración por ella, al tiempo que se preguntaban por qué no formaba ya parte de la familia ciudadana. La respuesta la ofreció un día el inefable secretario de Organización [véase Hervías, Fran]: 'Porque podría convertirse en una amenaza para Albert'". El perfil de la doctora por Oxford, además, no encajaba con la particular visión de Ciudadanos que Pericay atribuye a parte de la cúpula riverista: "Cayetana poseía otra tara, a ojos del secretario de Organización. Cayetana leía. Y no sólo leía, ¡también escribía! Algo incompatible con la cultura de partido que él propugnaba".

Arrimadas, Inés

Curiosamente, la actual líder in pectore de Ciudadanos aparece como un personaje casi secundario, siempre muy vinculada a Rivera. Se destaca su afición conjunta al coaching (véase entrada) así como su espantada de Cataluña junto a otros dirigentes como Fernando de Páramo (véase Sanedrín) o José María Espejo, si bien considera que sus circunstancias personales justifican ese salto a la política nacional en Madrid.

(B) Baronías

Un concepto de máxima actualidad, pues es como Arrimadas describe la propuesta de partido que impulsa, de cara al V Congreso de Ciudadanos en marzo, el crítico Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León. Pericay admite que votó por ese modelo en el IV Congreso de Coslada (Madrid) al tiempo que asegura que se equivocó. De hecho, considera que esa estructura y no el abandono de la socialdemocracia en el mismo cónclave de 2017, como sostienen otros, explica la actual crisis del partido.

"En esas tablas de la ley [los estatutos que establecían direcciones autonómicas dependientes de la nacional], Ciudadanos se conformaba como un partido fuertemente jerarquizado, de una verticalidad que para sí hubieran querido, pongamos por caso, los mismísimos sindicatos franquistas. Era, en realidad, el único de los grandes partidos nacionales con una estructura tal. (Eso sí, la resurrección de Vox al año siguiente lo liberaría de semejante excepcionalidad)".

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El vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea. | EFE

Más adelante concluye que "…la estructura surgida de aquel congreso ha impedido la existencia de contrapesos políticos en el seno del partido, lo que ha favorecido sin duda el ejercicio de un poder absoluto –cesarismo, lo han denominado algunos– encarnado en la figura de su presidente, y del que se ha desprendido un sistema de relaciones rayano en el culto a la personalidad". Y es que para el ex portavoz en Baleares y fundador del partido, "con la excusa de luchar contra la aparición de hipotéticas baronías territoriales se haya ido creando una vasta y perversa red de tiranías territoriales".

Bauzá, José Ramón

El expresidente de Baleares con el PP y hoy eurodiputado por Ciudadanos es, sin duda, uno de los villanos del libro. Huelgan acotaciones: "Como comentó algo más tarde un veterano periodista del lugar, de Bauzá sólo hablan bien los que no le conocen. En su propio partido lo tildaban de mentiroso y en lo que podríamos denominar la sociedad civil lo más benigno que se oía era arrogante. Así las cosas, ¿qué podía reportar para una formación como Ciudadanos, paladina de la nueva política, su fichaje?".

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El eurodiputado de Ciudadanos, José Ramón Bauzá. | David Alonso

Pericay intentó en vano frenar su incorporación: "…Viendo que Bauzá seguía sobrevolando como un moscón la política del partido, aproveché un breve encuentro con Albert para hacerle partícipe de las mismas reservas sobre su fichaje que ya había trasladado en su momento a Villegas [José Manuel]. Tampoco sirvió. Albert, al igual que había hecho José Manuel al darme la noticia, me dijo que no me preocupara, que Bauzá no iba a intervenir en la política balear. Está claro que no conocían el paño. Ni el balear, ni, sobre todo, el del propio Bauzá".

(C) Coaching

Con la Iglesia hemos topado, parece decir Pericay, que relata algo por otra parte sabido, la influencia que el coaching llegó a tener en la vida del partido, por influjo directo de Rivera. Los cargos del partido tenían que asistir obligatoriamente a sesiones, lo que provocaba no pocas situaciones curiosas.

Si bien Pericay defiende como "provechosas" las sesiones formativas sobre las maneras de atender a la prensa (una de las cosas que más impone al político novato) impulsadas por Arrimadas, quien se ocupaba por entonces del área de formación, su opinión cambia sobre el coaching, que confiesa haber descubierto durante su etapa como dirigente naranja. "…Ya no rindió los mismos frutos. Por no decir que no rindió ninguno. Debí suponerlo en la primera de las sesiones cuando Juan Carlos Girauta, antes incluso de entrar en la sala donde debía celebrarse, echó mano de no recuerdo qué excusa para escaquearse. O cuando al poco de empezar, Nart [Javier] se levantó diciendo que aquello no iba con él. Me imagino que tanto ellos como yo teníamos un problema de incredulidad […] En realidad, todo aquello tenía una explicación. Albert había descubierto el coaching, Inés tras él, y los dos estaban convencidos de que los demás no podíamos sino beneficiarnos de la experiencia".

(E) Electrones libres

Se trata de una definición que el secretario de Organización [véase Hervías, Fran] hace de un determinado tipo de dirigente naranja, en concreto el que tuvo un pasado magenta, como miembro de UPyD. Y está de plena actualidad porque entre los que así eran llamados está Francisco Igea, el actual cabecilla de los críticos.

"Y lo mismo podía decirse de los que habían optado por la abstención [en la votación sobre si mantener o no el veto al PSOE, véase Sanjuanada] –Nacho Prendes [exvicepresidente del Congreso, recientemente purgardo por la Gestora], Marta Martín [diputada por Alicante, la única que sigue como tal desde 2015, fuertemente elogiada por Pericay por su trabajo en el área educativa del partido] y Orlena de Miguel [exdiputada por Toledo, purgada junto a Prendes]- en el partido no había sitio para los descreídos, pero tampoco para los agnósticos; sólo cabían los fieles […] Al fin y al cabo, un electrón libre es el que tiende a separarse del átomo y a ir a su bola, como se dice vulgarmente. O sea, lo más opuesto al modelo de organización que tanto él [Hervías] como Villegas habían diseñado para el partido".

(H) Hervías, Fran

El todavía responsable del área de Organización del partido, ahora en la Gestora, sale servido, como se dice coloquialmente, del libro de Pericay, que de hecho atribuye a su poder y al de las personas que colocaba en cada organización territorial, el origen de su caída como candidato en Baleares, en unas primarias que perdió contra todo pronóstico.

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El responsable de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías. | EFE

"Por supuesto, sólo Hervías estaba facultado para decidir quién era tóxico y quién no. Del mismo modo que sólo él sabía a quién convenía aupar a un cargo de responsabilidad y a quién no. Para ello no manejaba baremo alguno. Le bastaba con el cumplimiento de un requisito: la fidelidad al partido, esto es, el grado de obediencia a la figura del secretario de Organización que el candidato al cargo acreditara".

Hervívoros

Se trata de los "acólitos" de Hervías, que según el relato de Pericay habría creado una especie de camarilla en la organización. El autor les define aludiendo de nuevo a la escasa, y al parecer proclamada, afición del responsable de Organización a la letra impresa. "El pensamiento, a su juicio [el de Hervías], constituía un peligro, en la medida en que era una bomba de relojería susceptible de estallar en cualquier momento y causar importantes estragos. En consonancia con ello, Hervías se jactaba de no leer libros. De ahí que a la hora de rodearse de acólitos su predilección recayera en los culturalmente yermos, o sea, en los bien llamados hervívoros , en tanto en cuanto no comen carne de libro".

En el libro se recuerda la campaña en redes que ese grupo protagonizó poco después de la dimisión de Rivera en defensa del trabajo del secretario de Organización: "En los textos de los tuits se ponía el énfasis en valores tales como el trabajo hercúleo del homenajeado, concretado en el número de kilómetros recorridos para implantar el partido en España, o se le comparaba con los futbolistas Casemiro y Busquets por su sorda labor destructiva –para entendernos: si estos cortaban jugadas, él hacía lo propio con las cabezas–".

(O) Operación Talento

Pericay se refiere así, con un nombre que recuerda al célebre concurso Operación Triunfo, a la agresiva política de captación de políticos del PP y el PSOE en la que se embarcó Rivera a partir de 2018, cuando en pleno encuentro de todos los cargos territoriales en El Escorial, saltó la noticia de la candidatura de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona.

Luego vendrían el ya citado Bauzá, el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, hoy consejero de ese mismo gobierno autonómico pero por parte del partido naranja, la exportavoz del PSOE Soraya Rodríguez, ahora eurodiputada tras haber concurrido como independiente en la lista de Ciudadanos o el más sonado de todos esos casos, aunque finalmente frustrado, la exdirigente del PP de Castilla y León, Silvia Clemente.

"Aquella OT nacida en El Escorial fue olvidándose del talento y quedándose en mera operación. […] Pronto se vio que lo que se perseguía era mucho más el desgaste del adversario constitucionalista, llámese PP o PSOE, mediante el fichaje de políticos en activo o en la reserva deseosos de cambiar de aires por los motivos que fuesen –en general, los de querer perpetuar su carrera y el sueldo resultante al amparo de otros colores–".

(P) Parlamentando

El gerundio da título a uno de los capítulos del libro en el que Pericay describe su experiencia entre 2015 y 2019 en el Parlamento de Baleares. Allí vivió el señalamiento por ser, supuestamente, un obseso enemigo de su Cataluña natal y de su lengua, de la que es un profundo conocedor como filólogo y traductor de Josep Pla.

Sambenito del que participaban tanto la presidenta autonómica, la socialista Francina Armengol como hasta una funcionaria de la cámara que llegó a lucir un lazo amarillo en la solapa. Pero pese a ello, realiza un encendido elogio, no exento de melancolía, de la labor del diputado: "Se comprenderá, pues, que esos cuatro años de parlamentarismo supusieran para mí una suerte de regreso a mis tiempos escolares. Aprendí mucho, tanto escuchando a los demás como penetrando por mi cuenta en toda clase de asuntos de los que poco o casi nada sabía. Lástima que las circunstancias internas del partido me impidieran presentarme luego al examen final, que no es otro, al cabo, que el de las urnas".

(R) Roldán, Toni

No hay excesivas referencia al exportavoz económico del partido pero sí al día de su sonada dimisión [véase Sanjuanada] que desató definitivamente la crisis interna. Pericay le tuvo como ‘jefe’ al ser el político catalán responsable de programas y el autor del libro de la parte educativa del mismo.

No parece que lo recuerde como una buena experiencia: "Mi referente en el Comité Permanente de entonces era Toni Roldán, secretario de programas. Pero Toni, que no se caracterizaba precisamente por sus grandes dotes organizativas, andaba casi siempre saturado y no daba abasto" algo que provocaba, según relata, que muchas iniciativas de esa área "se hacían públicas y hasta se tramitaban parlamentariamente sin que hubieran podido ser debatidas" con los consiguientes "berrinches" de Rivera "cuando discrepaba de alguna de ellas, por no compartirla o, las más de las veces, por considerarla inoportuna".

(S) Sanedrín

Una vez dentro de la Ejecutiva del partido, Pericay echó a faltar en ese órgano mayor "participación" y "transparencia" porque "existía un sanedrín reducidísimo que movía los hilos de la acción política y organizativa del partido. Nada, cuatro personas a lo sumo: Rivera, Villegas, Hervías y Páramo, con el añadido ocasional de Arrimadas, Espejo, Girauta o Carlos Cuadrado, el responsable de finanzas –como se ve, todos de matriz catalana–. Y, entre esos cuatro, ni que decir tiene que la palabra de Dios era la palabra de Dios".

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Rivera con su cúpula, en una de las reuniones de la Ejecutiva de Ciudadanos. | EFE

No sólo eso sino que, denuncia Pericay, ese reducido grupo hurtaba en ocasiones información sensible, en concreto la carta en la que uno de los principales fundadores del partido, Francesc de Carreras, comunicaba a la Ejecutiva nada menos que su baja como militante el 9 de abril de 2019. "No llegó nunca a sus verdaderos destinatarios pues fue retenida y ocultada por el secretario general" relata Pericay.

Sanjuanada, La

El concepto da título a un capítulo del libro. Fue el día de San Juan, 24 de junio, de 2019, cuando Toni Roldán dimitió y el sector encabezado por Luis Garicano plantó cara rompiendo por primera vez la unanimidad sobre el veto al PSOE. Curiosamente, y de ello esa parte del libro se resiente notablemente con respecto a las demás, Pericay estaba en el extranjero en un viaje programado con antelación y ni siquiera pudo participar de manera telemática.

Su reconstrucción de los hechos es, forzosamente, más periodística, y pone de relieve la que sin duda ha sido la Ejecutiva más tensa de la historia reciente del partido: "La propuesta de Luis Garicano y Javier Nart a favor de abrir conversaciones con el PSOE de Sánchez para evitar que la investidura dependiera del dictado de nacionalistas e independentistas fue replicada con una dureza nunca vista hasta entonces por Albert y el resto del sanedrín". Pericay admite que la dimisión de Roldán y la manera de comunicarla, con una rueda de prensa ese mismo día en el Congreso, exacerbó los ánimos de la cúpula riverista.

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