
Los responsables de comunicación de la Generalidad quieren dejarlo todo listo para que quienes comparezcan ante la prensa no tengan problemas. A tal efecto, ha elaborado unas "normas de régimen interior para el desarrollo de las ruedas de prensa en el palacio de la Generalidad" que dictan entre otras medidas que "las ruedas de prensa se desarrollan en lengua catalana, si bien, una vez finalizadas, se abrirá un turno para que se puedan formular y responder preguntas en otros idiomas".
Los responsables de estas normas, de la dirección general de Comunicación del gobierno regional, eluden deliberadamente referirse al idioma español en su "catálogo" y de manera implícita lo relegan al turno final, ya terminada la comparecencia, en el saco de los "otros idiomas".
Hasta el presente la costumbre era que se podía preguntar en catalán o en español y la respuesta venía dada en el idioma en el que se había hecho la pregunta. Además, al final de las ruedas de prensa, televisiones y radios solían pedir que tal o cual declaración se repitiera en español. La anterior portavoz del gobierno catalán y al tiempo consejera de Presidencia, la posconvergente Meritxell Budó, llegó a negarse a contestar preguntas en español y trató de reducir el turno para este idioma a una mera repetición de lo dicho en catalán al término de las comparecencias.
Ese intento ha quedado ahora plasmado en unas normas de "etiqueta" periodística con las que el gobierno catalán dice que pretende que sus ruedas de prensa "se desarrollen con todas las garantías de seguridad para sus participantes y con pleno respeto de los principios y reglas establecidos en los códigos deontológicos de la profesión periodística, así como para reforzar el derecho constitucional a la información y proteger otros derechos constitucionales también merecedores de protección".
Así, llega a sostener que "en las ruedas de prensa no se pueden utilizar expresiones injuriosas, vejatorias ni cualquier otra que pueda lesionar los derechos de las personas y/o provocar daño o descrédito a entidades públicas o privadas". Lo que se entiende por "expresiones injuriosas" o "vejatorias" queda al criterio del Govern.
"Adhesión" firmada
Por si no fuera suficiente, la Generalidad pide a los periodistas que cubren esas comparecencias que firmen su "adhesión" a dichas normas en un documento en el que debe constar el DNI y a qué medio representan.
El vicepresidente de la entidad constitucionalista Impulso Ciudadano y catedrático de derecho internacional privado, Rafael Arenas, considera que con estas normas "las preguntas que supongan de manera encubierta una crítica a la Generalidad estarán prohibidas". También ha criticado el arrinconamiento del español a la parte final de las ruedas de prensa.
La elaboración de estas normas de régimen interno tiene su origen en el veto al periodista Xavier Rius por parte de la Generalidad. Rius, director del e-noticias, logró que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) revocara la prohibición de acceder a las ruedas de prensa.
Este periodista desató las iras de la portavoz del ejecutivo catalán, Patrícia Plaja, quien no tiene rango de consejera, por preguntar en torno a la polémica protagonizada por dos individuos que hicieron chistes de índole sexual con la reina Letizia y la princesa Leonor. "¿Usted imagina que yo le dijera ahora que lo que me gustaría es que me la chupara o que me la chupara un menor?", fue la pregunta de Rius que causó la atropellada reacción de la Generalidad.
Para intentar evitar en la medida de lo posible las preguntas incómodas, la Generalidad trata de restringir la actividad de los periodistas y se reserva la potestad de determinar qué cuestiones, expresiones o temas colisionan con otros derechos, que no llega a citar, tan dignos de protección como el derecho a la información.



