España fue uno de los países europeos que más tardó en dar luz verde al envío de material militar a Ucrania para ayudar en su resistencia ante el invasor ruso. Una vez decididos, también fue de los que más tardó en decantarse por el envío de material ofensivo, pues los dos primeros contenían solo material netamente defensivo. Sólo cuando el Gobierno de Pedro Sánchez vio que eran casi los únicos de la UE y la OTAN que no enviaban armamento se decantaron por hacerlo.
El Gobierno evita informar sobre las armas que está enviando a Ucrania
En total, han sido once las aeronaves con bandera española que han dejado material de apoyo a las fuerzas ucranianas en Polonia, junto a la frontera con este país, principalmente en la base aérea militar en Rzeszów ó Resovia, donde es recibido por los militares ucranianos y conducido, por los canales logísticos que tienen establecidos, hasta la parte de Ucrania donde se requiere o necesita el empleo de ese material.
Estos vuelos han despegado desde las bases de Torrejón de Ardoz (Madrid), Los Llanos (Albacete) y Morón de la Frontera (Sevilla). Y no van a ser los únicos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció ayer martes nuevos envíos. Lo adelantó en el Congreso de los Diputados, durante su intervención de respuesta al discurso que su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, realizó ante las Cortes Generales. No especificó ni cuántos, ni cuándo ni qué material portarían.
El primero de esos nuevos envíos tuvo lugar este miércoles. Como de costumbre, sin datos sobre su carga. Esto está siendo una constante. Ni La Moncloa ni el Ministerio de Defensa están aportando datos claros de qué material se está enviando. Desde el departamento de Margarita Robles piden "discreción" y enmarcan los pocos datos facilitados en "motivos de seguridad". Ni siquiera dicen a qué aeródromo polaco vuelan los aviones, aunque la propia Polonia no tenga problemas en decirlo.
De momento se sabe que tres de los vuelos españoles contenía exclusivamente material defensivo, de autoprotección, sanitario e humanitario. Es decir, chalecos antifragmento, cascos, raciones de combate, utensilios médicos para el combate, trajes NRBQ (contra la guerra nuclear, radiológica, bacteriológica y química), raciones de combate y un vehículo blindado RG-21 en configuración de ambulancia.
Los otros ocho aviones transportaron material ofensivo. Es aquí donde la información es más bien escasa. Del primer envío se supo que había 1.370 lanzagranadas contra carro, 700.000 cartuchos de munición y un número no determinado de ametralladoras ligeras. No se dijo oficialmente qué tipo de lanzagranadas, aunque se sabe que han sido Alcotan C90. Tampoco el tipo de ametralladoras ligeras. Hubo una polémica en torno a que fuesen Cetme Ameli, pero esto fue negado por Robles.
A partir de ahí, silencio prácticamente absoluto sobre ese material ofensivo que se está mandando. Una situación opuesta a la de otros países aliados -tanto norteamericanos como europeos- y que trasmite más sensación de opacidad gubernamental que de una cuestión de "discreción" o "seguridad". Y es que fuera de nuestra fronteras sí se está informando con más o menor detalle del material militar que se está enviando a Ucrania.
Estados Unidos, por ejemplo, informó hace unos días del nuevo material que quiere enviar al Gobierno de Kiev en próximas fechas. Incluía 100 drones kamikaze Switchblade 300; 800 misiles antiaéreos Stinger; 2.000 sistemas antitanque Javelin; 6.000 sistemas antitanque AT-4; 5.000 rifles; 1.000 pistolas; 400 ametralladoras; 20 millones de balas, proyectiles de mortero, y granadas; 25.000 chalecos antibalas; y 5.000 casos, entre otros elementos. Un nivel de detalle a años luz del español.
Dentro de Europa, mucho más específica es también la información facilitada por Holanda, que ha detallado ya el envío de 200 misiles antiaéreos Stinger; 50 lanzacohetes contracarro Panzerfaust 3; 100 rifles de francotirador con 30.000 piezas de munición; 3.000 cascos de combate y 2.000 chalecos antifragmento; 30 detectores de metales y dos robots guiados por cable para la detección de minas; dos radares de vigilancia del campo de batalla y cinco de localización de armas.
También es mucho más explicativa la información proporcionada por Finlandia. Un país neutral al que Rusia amenazó con "consecuencia militares" si se incorpora a la OTAN. Su Gobierno ha detallado la entrega de, al menos, 1.500 sistemas antitanque, 2.500 fusiles de asalto, 150.000 cartuchos para fusiles de ataque, 70.000 paquetes de raciones de combate,2.000 chalecos antibalas, 2.000 cascos, 100 camillas y equipo para dos estaciones de atención médica de emergencia.
Italia, Reino Unido, Polonia, Alemania, República Checa, Luxemburgo, Eslovaquia, Lituania, Suecia, Croacia o Dinamarca son otros países que han facilitado una información más extensa que la española o, por lo menos, si no han detallado todo lo que realmente han enviado, sí han aportado detalles mucho más concretos que España del contenido de los vuelos de material que sí han hecho públicos.
Sin embargo, hay otros países que siguen también los pasos españoles en cuanto a la falta de detalle sobre los envíos que se están realizando a Ucrania. Es el caso de Francia, por ejemplo, que anunció el envío de sistemas defensivos -aunque desde el Eliséo pusieron como ejemplo de ellos a los misiles anticarro-, así como de combustible, pero en ningún caso ha entrado a especificar en detalle qué es lo que ha mandado al Gobierno de Kiev.