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Los objetivos de PP y Vox el 28-M: así será la batalla electoral en la derecha

Las estrategias de ambos partidos difieren. Mientras que el PP evitará a Vox, los de Abascal se mantienen en la confrontación.

Las estrategias de ambos partidos difieren. Mientras que el PP evitará a Vox, los de Abascal se mantienen en la confrontación.
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal | EFE

Las próximas elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo serán claves para el futuro de los partidos políticos en España. El PSOE de Pedro Sánchez tendrá que hacer frente a los comicios asediado por los escándalos, el PP tendrá que demostrar si el llamado "efecto Feijóo" da sus frutos, Vox medirá su implantación territorial, Podemos se jugará su futuro con Sumar pisándole los talones y Cs hará todo lo posible por sacar algún tipo de representación.

A dos meses de ese examen electoral, los dos principales partidos de la derecha, Partido Popular y Vox, analizan en qué territorios pueden hacerse fuertes y qué comunidades pueden arrebatar al PSOE. También ultiman sus estrategias de cara a esa cita con las urnas.

Con un PP fuerte a nivel territorial tras la grave crisis que sufrió el partido hace un año, desde Vox aspiran el próximo 28-M a tejer la ansiada estructura territorial de la que carece en estos momentos, para ganar poder y conseguir ensanchar su base, y que los populares ya tienen. Algo que en Génova consideran una "importante ventaja" ya que en todos los pequeños municipios (como es el caso de Castilla y León) tendrán papeleta electoral, algo complicado para Vox.

Los objetivos del PP

Recuperar para el PP la Comunidad Valenciana y la ciudad de Valencia es uno de los grandes retos a los que se enfrenta Feijóo. La ciudad del Turia lo dan "por hecho" pero la comunidad la ven más complicada ya que los resultados de las encuestas dan un empate técnico con la izquierda encabezada por Ximo Puig. De ahí que en la agenda de Feijóo, esta región sea una de las que más va a visitar en los próximos dos meses.

Por otro lado, el PP también cree tener posibilidades en La Rioja, donde confían en recuperar el Gobierno arrebatándoselo a la socialista Concha Andreu, y en Castilla La Mancha, donde esperan que la campaña sea decisiva para decantar la balanza a la derecha igual que en Extremadura.

Los populares dan por hecho que lograrán mantener sin dificultad la Comunidad de Madrid y Murcia, dos regiones en las que confían en acercarse tanto a la mayoría absoluta que no sea necesario un pacto con Vox para gobernar después.

Además de Valencia, los populares confían también en recuperar alcaldías tan simbólicas como la de Sevilla o Palma de Mallorca, manteniendo otras como la de la capital o la de Zaragoza.

La estrategia con Vox se parecerá mucho en estas elecciones a la que mantuvo el presidente andaluz, Juanma Moreno, con Macarena Olona en sus últimos comicios: "Centrarse en las propuestas del PP, fijar como objetivo claro la izquierda y no bajar al barro con Vox".

Vox se fija en Murcia, C-LM y la Comunidad Valenciana

Estabilizados en los 45 o 50 escaños en el Congreso, según recogen todas las encuestas, un mal resultado para el partido de Abascal en las autonómicas y municipales podría acabar lastrando sus opciones a nivel nacional, verdadero objetivo en el medio plazo. De ahí la importancia que dan en Vox al 28M.

A pesar de quedarse muy por debajo de las expectativas en Andalucía, tras protagonizar una campaña electoral desconcertante en la que se volcaron en atacar al PP, o del conflicto abierto con su socio de Gobierno en Castilla y León por la cuestión del aborto, que puso en riesgo la coalición, el partido de Abascal ha optado por mantener su estrategia de confrontación. Una táctica que no emplearon hace dos años en Madrid ni en Cataluña, donde obtuvieron buenos resultados.

Los de Abascal aspiran a superar los 900.000 votos en mayo, doblando el porcentaje obtenido en 2019 hasta superar el 5% de apoyos. Más importante, si cabe, es el reto de entrar en gobiernos municipales y autonómicos de la mano del PP.

Las auténticas joyas de la corona son Murcia o Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, donde hay opciones de desbancar a la izquierda. Aunque en ningún caso Vox tiene opciones de gobernar en solitario, el partido ha decidido atacar a su potencial socio de coalición en respuesta al permanente ninguneo de Alberto Núñez Feijóo, al que Santiago Abascal ha tendido la mano en reiteradas ocasiones sin obtener nunca un gesto amable.

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Ambas formaciones interpretan que la mejor manera de crecer es marcar perfil propio y distanciarse para no ahuyentar a potenciales votantes. Una estrategia que entraña varios riesgos, como el de desmovilizar al electorado de derechas, cansado de las guerras fratricidas entre PP y Vox; también podrían tensar demasiado la cuerda y que acabe rompiéndose, lo que dificultaría después llegar a acuerdos postelectorales, tanto por las fricciones surgidas entre ambos, como por el cambio de discurso que tendrían que asumir ante los ciudadanos.

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