Ana Obregón ha abierto -con su reciente maternidad- el melón de la gestión subrogada en España. Un debate que las familias que se han formado siguiendo este modelo llevan muchos años queriendo poner encima de la mesa. Es una realidad que ha de ser regulada, reclaman desde Son Nuestros Hijos. La asociación lleva 15 años luchando por los derechos de esos niños, que ahora están siendo estigmatizados por la izquierda.
Las declaraciones de la ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmando que la gestación subrogada es "violencia contra las mujeres" han caído como un jarro de agua fría en el seno de estas familias, que -por cierto- son muchas más de las que podemos llegar a imaginar, como demostraremos a lo largo de estas líneas. No hay cifras oficiales pero sí datos que nos ayudarán a hacernos una idea del volumen del que podemos estar hablando.
La asociación comenzó a hacer sus estimaciones en 2010. Habían pasado cinco años desde la aprobación del matrimonio homosexual en España y cada vez eran más las parejas gays que recurrían a la gestación subrogada para ser padres. "Dimos visibilidad a algo que hasta entonces estaba escondido", asevera el vicepresidente de Son Nuestros Hijos, Antonio Vila-Coro. Él y su marido tienen una niña de 13 años que nació gracias a esta técnica de reproducción asistida.
1.000 al año, sólo en EEUU
Según explica en declaraciones a Libertad Digital, cayeron en la cuenta de que el consulado de España en Los Ángeles publicaba todos los años una serie de estadísticas que recogían el número de personas inscritas en la demarcación consular y también los nacimientos de españoles residentes en esa zona, así que esto podía darles una cantidad aproximada de los niños que podían haber nacido por gestación subrogada.
Hicieron el cálculo con los datos que tenían de los años 2007, 2008 y 2009. "Estamos hablando de 2010, don Inocencio Arias era cónsul de España en Los Ángeles. Y ya entonces la tasa de natalidad era de más del 50/1000, la más alta del mundo", exclama Vila-Coro. "Mas alta que la de Nigeria... Una barbaridad". Como señala el vicepresidente de la asociación, es obvio que ese "exceso de natalidad, respecto a la mentalidad típica de España, se debe a la gestación subrogada".
Sólo en la demarcación consular de España en Los Ángeles (sur de California y los estados de: Arizona, Colorado y Utah), nacían de 300 a 500 niños españoles cada año. Y no es más que una de las diez demarcaciones que España tiene en el país. De aquella, Son Nuestros Hijos estimó que unos 1.000 casos al año correspondían a niños nacidos por gestación subrogada en EEUU y -como nadie se ha preocupado de contabilizarlos de forma oficial- esa es la cifra que "hoy sigue saliendo en las televisiones y en todos sitios".
Esa cantidad tiene que ser muy superior a día de hoy, 13 años después de la primera estimación de la asociación. Pero, aún dando por bueno que siguen entrando en España 1.000 niños al año procedentes de gestaciones subrogadas en Estados Unidos, a esa cifra habría que sumarle la de los pequeños que nacen gracias a esta técnica de reproducción asistida en otros países del mundo. Lo que es obvio es que "no son 3.000 niños (como se ha dicho)" si no que "hablamos de miles y miles de niños".
"Desde entonces hasta ahora, se ha popularizado muchísimo más la gestación subrogada. Hay muchos más padres y madres que recurren a ella. También hay nuevos destinos", señala Vila-Coro. Hay que tener en cuenta que "se abrió como destino Tailandia, después México, después Ucrania, después Georgia, ahora Colombia... Y hay un montón de niños por gestación subrogada que han nacido fuera de Estados Unidos".
El modelo propuesto
La asociación siempre ha tendido la mano a la clase política para debatir y dar solución a los problemas a los que se enfrentan los padres que han recurrido o quieren recurrir a la gestación subrogada en España. Tanto es así que incluso proponen un modelo concreto de regulación que iría en la línea del que hay en Estados Unidos y sobre el que se podría empezar a trabajar.
LLegados a este punto, cabe recordar que la subrogación gestacional (o gestación por sustitución, como también la recoge la ONU) es una técnica de reproducción asistida en la que una mujer dona su capacidad gestacional. En ningún caso -y esto es muy importante- la gestante puede aportar carga genética al futuro bebé. A ella se le implanta en el útero un embrión que ha sido fecundado in vitro (en laboratorio, fuera del cuerpo).
El óvulo podrá pertenecer a la madre (o una de ellas, en el caso de que se trate de una pareja formada por dos mujeres) o a una donante que ha de ser distinta de la gestante. En lo que se refiere al esperma, procederá del padre (o uno de ellos, en una pareja gay) o de un donante. De manera que la carga genética podrá ser: de ambos progenitores, de un progenitor y un donante, o bien de dos donantes.
A partir de ahí, el modelo propuesto por la asociación se basa en dos principios fundamentales. El primero y más importante es que parte de "la libertad de la mujer para tomar decisiones sobre su cuerpo". En este caso, para decidir cuándo y cómo se queda embarazada, si quiere o no gestar a los hijos de otra persona. "Esto es lo que en medicina y en bioética se entiende como autonomía", subraya Vila-Coro.
De aquí que los defensores de la gestación subrogada no entiendan que esta técnica sea criticada por aquellos que se muestran a favor del aborto, bajo el lema de "nosotras parimos, nosotras decidimos". Huelga decir que hablamos de decisiones que "tienen que estar informadas". Es decir, "nunca tomadas desde el engaño". Se trata de decidir "si quiero donar mi capacidad de gestar, siendo informada de cuáles son los riesgos del embarazo", a una familia que no puede tener hijos por sus propios medios.
El segundo principio es que la gestación subrogada -la donación- se debe producir en el marco de la medicina reproductiva. "Esto es un tratamiento de fertilidad, una técnica de reproducción asistida, en la que interviene una donación de la capacidad reproductiva", que -dicho sea de paso- es una de las tres posibles donaciones existentes en este campo, junto con la de óvulos y la de esperma (ambas perfectamente aceptadas socialmente).