
El Mundo
"El Gobierno usa reuniones privadas por la Presidencia de la UE para atacar a Feijóo ante Bruselas". Y luego se pregunta el sinvergüenza de Sánchez por qué no le queremos. Porque eres un mal bicho, tío. "Diplomáticos constatan un tono electoral excesivo en algunas citas, mientras Sánchez utiliza los fondos europeos como elemento de campaña". Sí, Calviño no hace más que amenazar a los españoles con que o votamos a Sánchez o nos quedamos sin fondos. A la cárcel, tendrían que ir.
Nos cuenta David Vigario cómo se le bajaron los humos a la chica de Teodoro y Casado en Extremadura." El 'viernes negro' de Guardiola en Madrid: reprimenda de Aguirre y quejas en Génova y un conato de renuncia". "Las recriminaciones que le soltó en persona la ex presidenta de Madrid, la indiferencia de Isabel Díaz Ayuso y la frialdad en el resto de los barones mermaron su fortaleza".
Venía muy flamenca ella después de que toda la izquierda política y mediática la pusieran por las nubes. "La que era una jornada de éxito para celebrar los grandes resultados, con el estrellato de Ayuso, se torna para el PP en un ambiente amargo con el lío de Extremadura. María Guardiola esta vez no hace declaraciones y accede al edificio a toda prisa, evitando a la prensa, cumpliendo así las primeras órdenes que recibe de la dirección de su partido: menos foco mediático y rebajar la tensión con Vox. La presión contra ella es tremenda. Se palpa en el ambiente. Y ya en el acto no hay mejores noticias. Primero, en la colocación por el protocolo: la sitúan, entre el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Monzón, y el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, precisamente dos barones que han pactado con Vox. La tensión se palpa y, en general, con alguna excepción, la actitud es cuanto menos fría contra ella. Los saludos son muy gélidos".
Y encima Aguirre la cogió por banda. "No sólo lo estás haciendo mal en Extremadura, es que además estás perjudicando a Feijóo". Y un segundo rapapolvo a continuación: "Y no olvides que la mayoría de los votantes de Vox vienen de nosotros", le dijo. Poco le dijo. "Guardiola se dio cuenta en Madrid de que el descontento en su propio partido contra ella es generalizado. A la salida del acto, el último jarro de agua fría. A su paso, mientras anda a toda velocidad para marcharse de la Casa de Correos, una mujer mayor, simpatizante del PP, la insulta gravemente". Al parecer, en el viaje de vuelta a Extremadura cayó en que se había equivocado de partido, pero Podemos no está para repartir cargos. Y agachó la cabecita. Y claro, se acabaron las alabanzas de la izquierda. "El PSOE arremete contra Guardiola: "Ha pasado de ir de Agustina de Aragón a darse cuenta de que puede perder el sillón"". Pues como vosotros, no hay más que ver a Sánchez haciendo bolos por todos los programas de Atresmedia que se ha brindado para mantenerle en el poder.
Por cierto que El Mundo muestra su preocupación por la agresividad de Sánchez con los medios que no le hacen la pelota en su gira por Atresmedia. "Si la convicción democrática se cimienta en el respeto al pluralismo informativo, resulta extraordinariamente preocupante el discurso mediante el cual el presidente del Gobierno achaca la debilidad electoral del PSOE a una conspiración mediática, económica y política de la derecha basada en «mentiras, manipulaciones y maldades» que inoculan «veneno» contra él. La estrategia recuerda a la que empleó Donald Trump contra la prensa crítica, con la diferencia de que es el propio Pedro Sánchez quien tilda de «trumpistas» a sus discrepantes". ¿Esto no es denunciable?
Maite Rico dice que "está claro que el género de la entrevista a políticos no se da bien en este país. Ruge la maquinaria monclovita. Objetivo: humanizar a contrarreloj a Pedro Sánchez. Con Wyoming habló de lencería y con Évole tocaba mostrarse vulnerable, como ya hiciera en 2016". Lo alucinante es que todavía alguien le crea. "La noche del domingo, Sánchez volvió a ser el héroe incomprendido y abnegado, inclusivo y resiliente. Atacado "por los poderes establecidos", como el prócer Pablo Iglesias, aunque para poder establecido, la jefatura del Gobierno. El problema lo tienen los demás. Su error es sólo uno y siempre el mismo: ser demasiado bueno y no defenderse del malvado contubernio de "la-derecha-política-económica-mediática". "Ha estado achantado", apuntó Évole, que pasó al "usted" y por momentos ejercía de coach. ¡Achantado! ¡Sánchez!". Manda huevos.
"A diferencia de su entrevista de hace siete años, ahora todo el mundo conoce a Sánchez. Ya es notorio que no tiene escrúpulos, que se conduce con la mentira, que ha corroído el sistema de contrapesos del Estado, vetado a la prensa, infringido con tesón la ley de transparencia y la ley electoral, enchufado a la familia y llevado al país a un deterioro institucional sin precedentes. Todo eso es el sanchismo: lo mismo el trumpismo. Una manera marrullera, victimista y despótica de entender el ejercicio del poder". ¿Pero ya nos hemos olvidado de lo que representa Sánchez, que ni siquiera reconoció el resultado de las urnas? Y mientras, el PP cargándose su campaña. Espabilen.
El País
"Las 72 horas que llevaron a Guardiola a cambiar el tono con Vox en Extremadura: "Aquí los grupos de WhatsApp son un incendio"". ¿Y qué esperaba? ¿Para qué cree que la votaron? "Al concluir el acto de la Puerta del Sol, Guardiola salía por la puerta principal, justo por debajo del reloj que ofrece las campanadas cada 31 de diciembre. Aquí, dos o tres señores increparon a la presidenta popular extremeña, que iba acompañada del secretario general del PP extremeño, Abel Bautista, y su jefe de prensa. "¡Sinvergüenza!", vociferó una señora. "¡Soluciona lo de Extremadura!", añadió otro". Tampoco es para tanto. "¿Significa esto que Guardiola quiere integrar ahora a Vox en su Ejecutivo? Fuentes cercanas a la presidenta extremeña se remiten al texto íntegro, donde se habla de llegar a un acuerdo programático con la ultraderecha. "El comunicado no es interpretable", aseguran estas fuentes. "Hay una voluntad de diálogo, no se está diciendo nada más". Es decir, que su plan seguirá como al principio". Pues tendrá que irse del PP.
Ignacio Sánchez Cuenca critica el antisanchismo, como no podía ser de otra manera. "Un ciclo de nacionalismo español, que venía gestándose desde hace tiempo, ha dado como resultado un clima político negativo para el Gobierno que pasa por encima de la gestión y que presenta al Ejecutivo como un peligro para la democracia". "No sé qué sucederá el 23 de julio, pero estoy bastante seguro de que, cuando pase el tiempo, recordaremos con cierta vergüenza ajena la campaña incivil contra el sanchismo, construida sobre el fantasma de la anti-España". No habéis entendido nada. El antisanchismo es simplemente el rechazo a la mentira para llegar al poder, a la mentira para mantenerse en el poder, el despotismo de este sinvergüenza, un insensato sin escrúpulos, un embustero crónico y sí, un peligro para la democracia.
Y Sánchez (hasta en la sopa) estuvo ayer en la SER, en casita. "Pedro Sánchez: "Siento que hemos retrocedido 20 años en 20 días"". Estamos volviendo a la normalidad. "El presidente del Gobierno ve en la constitución de las Cámaras autónomas salidas del 28 de mayo y los pactos —ya concretados o en negociación— de PP y Vox el "tráiler de una película tenebrosa"". Su problema es que esa mayoría de españoles a los que él ha ignorado, insultado y pateado han vivido cinco años una película tenebrosa.
ABC
"El PP ya ha perdido quince días de campaña en sus enredos con Vox". Dice el editorial que "le corresponde al presidente de los populares establecer una hoja de ruta fija y que resulte reconocible a su electorado. Mientras se esté hablando de las negociaciones del PP con Vox no se estará poniendo el foco en la gestión del Gobierno de Sánchez y en la erosión institucional de los últimos años. Un partido con vocación de Gobierno y con la experiencia del Partido Popular debería exhibir un liderazgo y un control de los tiempos mucho más firme que el que, hasta ahora, está siendo capaz de demostrar". Ensalada de tortas a Feijóo. A ver si espabila el gallego.
Isabel San Sebastián atiza a Vox, que también se está luciendo. Menudos personajes está poniendo en las instituciones el partido de Buxadé. "El partido de Abascal se ofusca con cuestiones de moral o de nomenclatura tan ajenas al sentir de la mayoría como los excesos que por el extremo opuesto han llevado a Podemos al borde de la extinción. Porque la violencia contra las mujeres es una dramática realidad que ha de ser erradicada, más allá del modo en que se denomine. Porque el colectivo LGTBI está tan integrado en nuestra sociedad que ya no debería ser objeto de debate alguno. Porque los inmigrantes no están en el centro de nuestras preocupaciones, especialmente cuando se trata de menores a los que es preciso educar y no criminalizar. Porque la religión, sea cual sea, ha de permanecer al margen de la esfera pública". Exacto.
Dice Ignacio Camacho, otro que anda despistado, que "hay ciudadanos desconcertados por el baile de los pactos: entre los que quieren acuerdos con Vox y los que no". Vamos a ser claros. Todos sabemos que para echar a Sánchez es necesario pactar con Vox. Los que quieran echar a Sánchez que se guarden los remilgos. A ver si ahora Bildu va a ser más aceptable que Vox. Y se acabó el debate.
"En cambio, la campaña victimista de Sánchez le ha permitido al PSOE recuperar un poco de aliento. El presidente va de gira por los medios cantando la nana de Goytisolo sobre el lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Se proclama objeto inocente de una fobia irracional, de un odio cavernícola que lo señala como réprobo, y aunque la impostura parezca difícil de colar está cosechando un cierto éxito porque el adversario no sale de su enredo". Para matarlos, de verdad. Sánchez deslegitima e insulta a todo aquel que no se arrodilla ante él. O Feijóo y Abascal echan a Sánchez o desaparecerán ellos.
La Razón
"El PSOE «pasa» del plan para lavar la imagen de Sánchez". "Moncloa tira de los ministros y de sus recursos ante la apatía del partido. No ven posible evitar el cambio, pero sí frenar la fuga de voto". Morodo no cree, o eso dice, que la campaña de Sánchez en Atresmedia esté dando resultado.
"Ésta no es una campaña de programa, sino de estrategia de comunicación, que, además, parece diseñada por alguno de los «gurús» externos del presidente con el doble objetivo de victimizar a Sánchez y, al mismo tiempo, humanizarle. Esto lo aderezan con el discurso de la conspiración, en lo que parece una copia, desde la izquierda, del «trumpismo» que tanto critican Sánchez y sus socios". "Las actuaciones mediáticas de Sánchez tampoco están sirviendo para que recuperen el ánimo en su partido. Creen que está dando «sensación de desesperación y de nerviosismo», que puede retener algún voto de izquierdas, pero que ya no tiene capacidad de construir una mayoría para poder seguir gobernando". Pues no está el patio muy animado en la derecha. Han pasado de la euforia a la depresión por culpa de una boba podemita que se les ha colado en Extremadura.
Marhuenda recuerda a Sánchez que "a la política se viene llorado". "Esta nueva etapa victimista de Sánchez me tiene fascinado", dice. "Ahora hemos descubierto su capacidad para el teatro". Hombre, Évole no es precisamente un periodista incómodo para Sánchez. Le dejó gimotear todo lo que quiso.
"Ahora ha dado un giro trumpista siguiendo los pasos del expresidente estadounidense y ha decidido quejarse de que los medios de comunicación ni le quieren ni le entienden. Le sucede lo mismo que a Pablo Iglesias o Santiago Abascal". Gran comparación, Marhuenda. "En el caso de Sánchez es llamativo porque se lo debe todo a su tenacidad y al firme apoyo de los medios de comunicación". Pero vamos, verle quejarse de lo mal que le tratan y ver después la tertulia de Ferreras es para descojonarse. "A lo mejor debería reflexionar, al igual que Trump, Iglesias y Abascal, que despreciar a los medios que no le hacen la pelota no es una buena estrategia". Es imposible. Es un radical, un ultra que no respeta a nadie que no le dé la razón. Y el PP y Vox haciendo tonterías.





