
El Mundo
"El Gobierno tolera la presión de Junts a grandes empresas". No lo tolera, lo apoya. "La negociación agónica de los decretos con Junts golpea al PSOE: "Así no vamos a ningún lado"". Cuenta El Mundo que en el Gobierno están nerviosos, que Junts es imprevisible. "«Puigdemont es volátil. Un día puede decir cosas distintas del día anterior», reflexionan fuentes del Gobierno". Pero hombre, que le pregunten al jefe, si en eso Sánchez es un maestro. Son cambios de posición política. No obstante, son optimistas, Sánchez pagará lo que le pide Puchi y en paz. "«Hasta el rabo todo es toro», decían, explícitos, en el Ejecutivo. «Estamos negociando. Eso es buena señal»". Así que Sánchez se dispone "a premiar a las empresas que vuelvan a Cataluña" y ya buscará el modo de castigar a las que no lo hagan para satisfacer los deseos de Puigdemont y poder mantenerse en Moncloa. Según Juanma Lamet, pase lo que pase, "Puigdemont ya ha ganado". Depende de lo haga hoy. Si va de farol, no habrá próxima vez.
Dice el editorial que "la actitud tolerante con la que el Gobierno acogió ayer la exigencia de Junts de multar a las empresas que no regresen a Cataluña tras trasladar su sede social por el procés constituye un mensaje letal para la actividad económica, la libertad de empresa y la seguridad jurídica". Es un escandalazo. Sería curioso saber qué opinan los votantes de Sánchez que aplaudieron la salida de las empresas de Cataluña.
"Aunque finalmente el Gobierno no asuma el plan de sanciones de Junts, el daño ya está hecho: ¿qué confianza pueden albergar las grandes empresas en que el PSOE no cederá en cualquiera de las continuas negociaciones opacas que lleva a cabo con el partido del prófugo en Waterloo, Madrid o Ginebra? ¿Qué límites pueden esperarse de un presidente que por siete votos ha concedido una amnistía a sus propios socios, líderes de la mayor insurrección contra el orden constitucional de la historia reciente de España?". Sánchez no tiene límites, va siendo hora de asumirlo.
Según Federico Jiménez Losantos, "es una rabieta contra La Caixa que ha coincidido con el hundimiento de Grífols, la empresa más identificada con el prusés. O sea, que Fainé, como Oliu el del Sabadell, se salvó huyendo del golpe; y el que se quedó y lo apoyó está más quebrado que la credibilidad de Sánchez". "Esa traducción del "exprópiese" bolivariano retrata la ruinosa dictadura que rige en Cataluña desde hace décadas, y que Sánchez ha extendido a toda España".
Lo peor es que Sánchez ha enloquecido de poder, de rabia y de venganza y todo le importa un higo. "La venganza catalana del pastelero dibuja el único camino posible de Sánchez en esta legislatura: ponerse a la cabeza, con España a la cola, del Grupo de Puebla. Él ya se ve como líder antisistema, entre Zapatero y Melenchon, de ahí lo de Weber, Israel, Hamas o el lawfare. Y como eso no cabe en la UE, el Gobierno y sus socios acabarán por irse o por sacarnos. Al tiempo". Y no, Sánchez no tiene límites, lo hará si le conviene.
Maite Rico se descojona, que no es para menos. "El presidente del Gobierno lo ha intentado todo y ha enviado al otro lado del muro antifascista a sus más potentes armas de seducción. Félix Bolaños ha tratado de camelarse a Cuca Gamarra, y Yolanda Díaz se ha lanzado a por Borja Sémper, por suerte para él por teléfono". Jijiji. "Que no son decretos del Gobierno, que son decretos de La Gente, repiten Patxi, Simancas y las huestes del argumentario" con el acompañamiento del coro de tertulianos de Ferreras y demás medios sanchistas.
De Puchi se encarga María Jesús Montero. "La vicepresidenta se declara dispuesta a explorarle el perímetro. Sin tocamientos". Y en la exploración se ha encontrado con que quiere que se castigue a las empresas que huyeron de Cataluña. "Caramba con Junts. Parecen norcoreanos rencorosos. El Gobierno ha contestado que castigar no puede, si acaso premiar con nuestro dinero a las que vuelvan". Pero que todo se puede explorar. "De la geometría variable hemos pasado al frenopático. Yo no sé si a Sánchez le va a compensar tanto estrés, la verdad. Sobre todo ahora que tiene un cutis tan mejorado". A él le va la acción.
Y ya vamos sabiendo más sobre el nuevo Prestige de la izquierda política y mediática. "El Ejecutivo ocultó el vertido a la Xunta hasta que llegó a la costa". Y así, que las playas se llenaran de basura y poder usarlo electoralmente. Son unos genios, estos sanchistas.
El País
"Junts y Podemos aprietan hasta el final al Gobierno en el primer pleno clave para Sánchez". Bueno, Podemos fijo que pasará por el aro. Se han humillado hasta el sonrojo desde que la Yoli les birló la cartera. "Pedro Sánchez y su Gobierno se juegan su credibilidad política". Tampoco es eso, la credibilidad de Sánchez vale lo que un duro de madera. Los periodistas ultrasanchistas de El País, buque insignia del sanchismo mediático, nos da la matraca con lo que Maite Rico llama los "decretos de La Gente". "Las consecuencias de una derrota, que el Ejecutivo lleva días intentando evitar con una negociación agónica, serían duras para los millones de personas afectadas por los decretos". Ay, que me da la risa floja. Y, por si acaso, envían una cabeza de caballo a Junts y Podemos. "Si alguno de los dos se suma al bloque del no, en el que están el PP, Vox y UPN, la derrota es segura, aunque también el coste político para el que una sus votos con la oposición para rechazar decretos que contienen importantes beneficios sociales". Estas son las formas del universo Sánchez. Les lanzarán al otro lado del muro, fachas, fascistas, etc.
"Junts sorprendió este martes al añadir una nueva exigencia a sus condiciones: la formación independentista pidió multar a las empresas que no vuelvan a Cataluña después de haberse marchado por el procés. La ministra portavoz, Pilar Alegría, se limitó a afirmar al respecto que hay que garantizar la "seguridad jurídica" de las compañías, a lo que el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, añadió: "Estamos hablando con Junts para ver cómo podemos manejarnos para facilitar la vuelta de las empresas". Una de las vías a estudiar es la de promover incentivos fiscales en lugar de aplicar sanciones, según fuentes gubernamentales". Y ya está, ni un mero comentario a esta desfachatez por parte del panfleto ultra. Es más, le muestra al Gobierno del camino para sancionar a las empresas. "Que se busque aclarar qué empresas no cumplen con los requerimientos derivados de cambiar la sede social, como la obligación de celebrar sus juntas de accionistas". Toma ya. Esta basura sanchista roza la ilegalidad.
El País ignora la información de que el Gobierno ocultó a la Xunta lo del vertido y se entrega en cuerpo y alma a armar otro Prestige. "Tres semanas ha tardado la Xunta de Galicia en activar el nivel 2 de alerta por contaminación marina después de que una marea de pellets plásticos alcanzara sus costas", dice el editorial. "Cabe preguntarse si la actuación del Gobierno gallego ha estado condicionada por la situación preelectoral en la que se encuentra y a que el aspirante popular haya manifestado que se centrará en la confrontación con el Ejecutivo de Sánchez. Si esa hubiera sido la razón, significaría que ha predominado el cálculo político por encima del interés público". La desvergüenza de los medios sanchistas no tiene límites. Ya se sabe que la máxima socialista es que "si hace falta hundimos otro barco".
ABC
"El Gobierno no descarta multar a las empresas que no vuelvan a Cataluña para contentar a Junts". Ya encontrará Sánchez el modo de hacerlo y tiene a El País para ayudarle. "La negociación desesperada del Partido Socialista para sacar adelante los tres decretos que hoy se someterán a votación en la Cámara Baja no sólo está exhibiendo los inestables cimientos de la legislatura, sino que, además, está mostrando hasta qué punto el PSOE está dispuesto a condicionar la igualdad entre españoles con tal de sobrevivir políticamente", dice el editorial.
"La reacción del PSOE a la propuesta de castigar a las empresas que no decidan volver a Cataluña evidencia, además, que no existe precio que los socialistas no estén dispuestos a valorar aunque con ello se pongan en riesgo valores fundamentales de la convivencia democrática como son la igualdad entre españoles y de sus territorios o la autonomía empresarial". Incluso la permanencia en la UE. "Lo que se vendió como un pacto de legislatura no fue más que un chantaje de investidura y todo apunta a que los próximos meses serán un goteo de exigencias y concesiones que el PSOE se verá obligado a administrar para conseguir sobrevivir políticamente en el lado del muro que el presidente del Gobierno decidió elevar voluntariamente". Pero al menos que no mire al otro lado del muro cuando las cosas le van mal.
Ignacio Camacho dice que esto no va del contenido de los decretos. "Esto va de que se sepa quién manda de verdad, de que quede claro quién tiene la sartén de la legislatura por el mango. De que todo el mundo, Sánchez el primero, entienda que el respaldo de Puigdemont se alquila caro". "Así las cosas, el laboratorio de narrativas de la Moncloa ha girado el guión hacia la insolidaridad de la derecha. Ese malvado Feijóo que, escocido por su derrota, se niega a arrimar el hombro a modo de vendetta". Roguemos para que esta vez el PP no caiga en la trampa, a ver si por una vez atiende a lo que le piden sus votantes, que no están ni en El País, ni en la SER, ni en La Sexta.
Teodoro León Gross está en babia. "El PP debe votar 'no' a los decretos, pero además debería ser capaz de elaborar un discurso que transmita la coherencia lógica de ese voto. Y eso pasa por no menospreciar las malas artes del peronismo sanchista", porque "el PP naufraga una y otra vez en esa misma playa". "Hay que desenmascarar al PSOE del abuso por decreto, como ningún otro Gobierno democrático antes, y además con el formato ómnibus para colar mucho 'bullshit' bajo la espuma de las buenas intenciones". No sé en qué país vive Gross, pero desde luego, no en la España sanchista. Si cree que el orfeón de medios de extrema izquierda van a hablar del abuso de los decretos y de "bullshit" es que no ha visto una tertulia sanchista en su vida. Así nos va. "El PP es ahora necesario para desenmascarar ese nacionalpopulismo de una izquierda radicalizada unida a un carlismo reaccionario bajo la falsa retórica progresista". Eso ya se ha intentado y no ha servido de nada.
Manuel Marín es más básico, más realista que León Gross. "El PP no sabría, ni podría, explicar que salva a Sánchez por la letra pequeña de no sé qué decreto, cuando la regla de juego impuesta por el sanchismo es la ruptura. Porque para Sánchez es más una demostración de ego que de praxis legislativa". "Y una licencia emocional esta vez. Que cabe. Porque a veces el recóndito disfrute de contemplar a un perdonavidas arrogante resbalando en la bolera y arruinando su partida tiene ese no sé qué de justicia divina y escarmiento que, por un segundo, congracia a cualquiera con su existencia. Sería un instinto básico, efímero y simplón, sí. Pero daría el pego". El sanchismo es una máquina destructora con la que no se pueden tener remilgos.
La Razón
"Junts lleva a Sánchez al límite ante su primera votación clave". "Sánchez confía en ganar el pulso y aprobar las medidas, pero activa un plan B de Consejo de Ministros extraordinario". Sánchez es un tramposo, un tahúr, por eso no se puede ir de puntillas con él. "En estas últimas horas Moncloa está dirigiendo todos sus esfuerzos a intentar dividir a Junts, y desde este partido ayer ya se hacía llegar a algunos de sus interlocutores de más confianza el mensaje de que quizás había que buscar una salida de contención de daños". No es descartable que logre domar a Puchi. "El mensaje oficial de Moncloa es que está dispuestos a enmendar los decretos, una vez convalidados, y a facilitar también que vuelvan empresas a Cataluña".
En cuanto al PP, decía ayer Carmen Morodo, e insiste hoy, "no ha estado nunca realmente en la mesa de trabajo del Gobierno. Es una liebre que han soltado para desviar el foco hacia otro lugar distinto a la negociación con Junts, y poder generar ruido con el mensaje de que el partido de Alberto Núñez Feijóo no se comporta como un líder responsable". Y oyendo a Patxi López es lo más verosímil, Teodoro, pisa la España real, que estás muy pez en sanchismo.
Dice Marhuenda, y sabe lo que dice, que "la izquierda mediática ha comprado, con el fervor habitual, la conversión de los comunistas, los independentistas y los herederos de ETA en políticos ejemplares. En cambio, el gran problema es la llegada de la peligrosa derecha que está obsesionada en recortar derechos y libertades, acabar con el Estado del Bienestar y devolvernos a los tiempos de Atapuerca. El grado de manipulación es impresionante, pero ha permitido que los medios al servicio del Gobierno aplaudan con gran fervor las mentiras del sanchismo". Hay tertulias y periodistas que dan auténtico pavor.
"Con los tres decretos ley, que ni son urgentes ni son necesarios, ha llegado un lío que se hubiera resuelto utilizando la vía de la tramitación ordinaria como proyectos de ley. El problema de fondo es que Sánchez se ha acostumbrado a gobernar a golpe de decreto al estilo de los exquisitos demócratas que forman parte del Grupo de Puebla. Es lo que se conoce como autoritarismo o despotismo democrático". A ver si alguien es capaz de ponerle los puntos sobre la íes.
"Al margen del resultado de la votación de los decretos ley, la realidad es que la mayoría que apoya al sanchismo está compuesta por un conjunto de compañías de mercenarios lideradas por unos condotieros sin escrúpulos y avariciosos". Y con estos bueyes hay que arar.





