
El Mundo
"Junts exhibe perfil xenófobo tras conseguir de Sánchez la gestión de la inmigración en Cataluña". Sánchez les llamó los Le Pen españoles. Pero a estas alturas hablar de las contradicciones de ese psicópata aburre. "Mandos policiales denuncian que intentan echarlos de Cataluña y los Mossos rechazan controlar inmigración: "Es una burrada"". Vaya follón en el que se ha metido Puchi. Bueno, el que Puchi ha metido a ERC, que es quien gobierna en Cataluña. "La Moncloa se remanga para hacer un control de daños tras la polémica por pactar con Junts el control de la inmigración: "Queda mucho"". Que ni se molesten, las tragaderas de sus votantes son infinitas.
Como dice Francisco Pascual, "María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno, dijo ayer una verdad, una sola, pero como un castillo de grande: «Es lo que ha votado la gente». La gente ha votado exactamente lo que sucedió el martes en el pleno del Congreso celebrado en el Senado". Ya sabían que Sánchez era un granuja de cuidado, un embustero, un tramposo y que era capaz de vender a su madre por un voto. Y le votaron. Lo malo es que lo tenemos que aguantar los once millones de españoles que votamos con responsabilidad.
"¿Qué esperaba la gente que pidió el voto para el actual presidente y después se puso estupendo? ¿Que dejara de legislar por decreto después de cinco años haciéndolo? ¿Que no pactara con cualquiera a cambio de mantenerse en el poder? Exactamente, ¿por qué no iba a interpretar Sánchez la mayoría insuficiente del PP como un cheque en blanco? ¿Qué límite cree la gente que tiene un presidente que considera la verdad una simple opinión?". Puede que esa gente tenga los mismos escrúpulos que su líder. Ninguno.
Y para los que se ponen tan estupendos con Vox, "no hay ninguna diferencia entre el discurso migratorio de Vox y el de Junts per Catalunya". Votando a Sánchez es como si hubieran votado a Vox. Resulta que los socialistas son los nuevos xenófobos.
"El Gobierno entrega a Junts la bandera del discurso antiinmigración, peligrosamente conectada con las emociones más primarias", dice el editorial. "El PSOE refuerza a Junts en su perfil más xenófobo, alineado con el trumpista Cataluña first, cuando varios alcaldes del partido llevan meses queriendo expulsar de sus municipios a los inmigrantes irregulares y reincidentes". Los socialistas abrazando el discurso de Vox, quién lo iba a decir. Aunque con Sánchez ya nada puede sorprender.
"Lógico es el efecto dominó que ha arrancado ya, con Iñigo Urkullu exigiendo al Gobierno el mismo trato para el País Vasco. De este modo, la legislatura avanza con la convivencia subastada a conveniencia del presidente, y con los derechos de todos, sobre todo de las capas más vulnerables, convertidos en simples monedas de cambio". Eh, que el vulnerable es el PSOE.
"«El que con mamoncillos pernocta, excrementado alborea»", decía un gramático aragonés muy redicho", dice Federico Jiménez Losantos. "Eso le pasa a Pedro Sánchez, que, a fuerza de identificarse con el delincuente, lleva el grillete simbólico de Puigdemont. Y como no se puede andar siempre con forajidos sin acabar echándose al monte, insiste en gobernar como un dictador, a base de decretos-leyes". Y por extensión, a todos los socialistas y sus votantes.
"Tanto se ha identificado con los que abusan del poder o lo emplean contra los ciudadanos inermes, que el tirano ha acabado en libertad provisional". "Claro que el trilero lo es siempre. Y casi todo lo votado es ilegal o imposible. Ni se puede blindar la amnistía anulando la cuestión prejudicial del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ni España, salvo que sea narcoestado de Puebla, puede echar a la Policía de sus fronteras". "Por más que insista, el derecho de la Unión Europea nunca se someterá al capricho de Sánchez". Esperemos, aunque cada vez más gente desconfía de la UE.
A Rafa Latorre también se le acaban las palabras. "Tiene ya poco sentido derrochar adjetivos para describir la naturaleza de ese Gobierno", así que se dirige a los ciudadanos que lo han votado. "¿Cuánta España está dispuesta a dilapidar con tal de que Sánchez la gobierne?". "Como los acreedores más exigentes de este Gobierno son fuerzas reaccionarias, convendría también que los afectos respondieran cuánta derecha están dispuestos a tolerar para que gobierne la izquierda". "¿Cuánto racismo están dispuestos a tolerar con tal de que no gobierne la derecha? ¿Cuántas Pamplonas serían demasiadas para considerar al PSOE el mal menor?". Me temo que tragarán lo que Sánchez les haga tragar.
Claro, que Rafa o Pascual no tienen más que preguntar a Lucía Méndez o a Antonio Lucas, que los tienen muy a mano. Este último dice hoy que "uno de los atropellos más insoportables de la política de ahora es la confusión. No hacerse entender. Las promesas por ceniza. Lo dicho por lo traicionado". Hombre Lucas, no nos vas a decir que eso es de ahora. Es lo que lleva haciendo Sánchez desde que llegó a Moncloa, no te hagas de nuevas.
El País
"El Gobierno minimiza la cesión a Junts de la política migratoria". "El partido de Puigdemont aspira con el acuerdo a expulsar a inmigrantes reincidentes y controlar los flujos migratorios". Pues lo que les ha concedido Sánchez. Carlos Cué intenta controlar los daños. Es un entregado en cuerpo y alma al sanchismo y bendice lo que haga el amo. "En la negociación, según fuentes socialistas, no se habló de expulsión ni de fronteras ni de permisos de residencia". Según fuentes socialistas, que son de lo más fiables. Para partirse. ¿No sería mejor preguntar a Nogueras, Carlos? No, Cué pone a María Jesús Montero por testigo, que en La Sexta "evitó un no rotundo", no fuera a ser que viniera Junts a desmentirla.
"No parece viable que la Generalitat pueda asumir su propia política de expulsiones, ni decidir sobre los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE)", se emplea Carlos. Es lo que tu querido Sánchez les ha concedido a los Le Pen españoles. Pero te doy la razón, la palabra de ese embustero patológico es papel mojado. Pero Cué evita en todo su artículo llamar a Junts xenófobo. Por algo será.
Y José María Brunet se encarga de defender gobernar por decreto ley. Es decir, El País defiende los modos despóticos de Sánchez que le critican hasta sus socios más cariñosos. "El Constitucional avala los decretos leyes cuando aprecia necesidad urgente en las medidas adoptadas". La desvergüenza de este panfleto ultrasanchista me sorprende todos los días.
Najat El Hachmi, la columnista marroquí de El País, no se lleva las manos a la cabeza con la cesión de la inmigración, sino que se dedica a poner a caldo a Podemos. "No podemos más con Podemos". "Han terminado en una trinchera de odio y venganza capaz de cargarse una propuesta, la de la subida del subsidio por desempleo, que suponía una mejora substancial para los que ellos llaman "gente". Nota mental: no hay que fiarse nunca de quien nos masifica llamándonos "gente" o "pueblo". A buenas horas, Najat, algunos no nos fiamos nunca. "Anteayer se demostró que Podemos podría pasar a llamarse Todos contra Yolanda". Admite, Najat, que la Yoli se lo ha ganado a pulso.
"Tampoco se crean que alguna vez les importaron las mujeres asesinadas o las personas trans que tanto decían defender". Madre mía, que despistada está esta chica. La gente con dos dedos de frente nunca creyó que eso les importara lo más mínimo, como tampoco le importa a Sánchez.
"De lo que se ha tratado siempre es de una ambición particular del mandamás ahora atrincherado con sus chicas, el todopoderoso líder que se fue cargando a todo aquel que pudiera hacerle un poco de sombra. Iglesiasismo podría llamarse ahora esta formación en la que no es que lo personal sea político, sino que toda la política es personal y personalista, vengativa y ofuscada, una actitud totalitaria que nada tiene que ver con la democracia". Hace años que muchos dijimos eso que ahora ha descubierto Najat, sólo porque está cabreada por lo del miércoles. Bienvenida al mundo real.
ABC
"Junts se jacta de tomar el control total en inmigración". Ya, el problemilla es que Junts no gobierna en Cataluña. "El Gobierno esconde el contenido del pacto con Junts sobre inmigración". Qué raro, con lo transparente que es siempre el sanchismo. "La cuestión es tan delicada que no habían pasado ni veinticuatro horas desde el acuerdo secreto cuando diversos ministros del Gobierno de Sánchez tuvieron que enfriar los ánimos separatistas y dar largas con la tramitación de la futura ley orgánica que dé cumplimiento al compromiso sobre inmigración. Queda por ver qué entendieron los de Junts que se les había concedido", dice el editorial.
"Durante muchos años, el nacionalismo catalán ha administrado la llegada de inmigrantes como una política secesionista, propiciando la de hablantes de lengua no española, para sumarlos a su régimen de inmersión lingüística. Ese interés parece haber cambiado de sesgo, porque ahora muchos alcaldes de Junts y alguno de la extrema derecha separatista claman contra los inmigrantes que son multirreincidentes en la comisión de delitos y piden su expulsión. Así que no habría que extrañarse de que esta demanda de competencias migratorias se ejecute con el estilo de la mejor xenofobia ultra". Vamos, que con Sánchez, los socialistas hasta pasan por volverse xenófobos, todo sea por mantenerse en la Moncloa.
Carlos Herrera cree que Sánchez ha tomado el pelo a Junts, que no es nada descartable. "Todo lo sibilino y refinado que perece Puigdemont esconde a un provinciano que se deja convencer con cohetería barata: lo único contante y sonante es la pasta, el dinero a transferir, y no la gestión anunciada de grandes expresos europeos que luego hay que llevar a la letra de un ley que queda un poco lejos. Evidentemente un día pueden hartarse y patear el tablero y las fichas, pero entonces se les acaba Sánchez, el hombre al que supuestamente arrancan cesiones inverosímiles para su paisito de juguete y al que hacen sufrir alguna tarde de tensión parlamentaria, pero al que siguen manteniendo en el machito". Al menos hasta que Puchi logre su ansiada amnistía, si es que lo logra.
La Razón
"La fuga de Sánchez a la UE perturba ya al PSOE". ¿Sánchez a la UE? Ya le dejó claro Weber que por encima de su cadáver. Para nuestra desgracia, por cierto. En fin, son cosas de Carmen Morodo. "Más allá de las posibilidades reales de que esta previsión se haga efectiva, esto es una prueba del estado de ánimo que hay dentro del PSOE y de los oscuros pronósticos que hacen sobre cómo puede terminar la legislatura". No sé si Carmen se lo inventa o si los socialistas han perdido la cabeza como su jefe.
Tomás Gómez dice que "no se puede gobernar en estas condiciones. Sánchez lo sabía, pero prefirió salvar su investidura y, con ella, su vida política, sin importarle las consecuencias. Será primer ministro durante unos meses, pero dejará al PSOE, y a la izquierda en general, hundidos para varios lustros. Después, unos y otros se preguntarán por lo ocurrido". La verdad, no veo a Sánchez dejando voluntariamente Moncloa. Si eso sucede, el PSOE sólo se merece desaparecer como partido.
Sin embargo, la posibilidad de que Sánchez se pire está hoy muy extendida en La Razón. También Abel Hernández dice que "no es de extrañar que empiece a especularse con la posibilidad de que Pedro Sánchez dimita dentro de seis meses y se quite del medio para aspirar a la presidencia del Consejo Europeo que deja vacante el belga Charles Michel. Por si acaso, él ha señalado a María Jesús Montero como su sucesora. Sería la única forma de librarse de la quema y de que, con su marcha, empezáramos a ver la luz al final del túnel". Por España bien, cuanto más lejos, mejor, pero parece bastante inverosímil.
Dice el editorial que "los estragos de la capitulación de Pedro Sánchez ante el chantaje de Junts han confirmado la certeza de que se enfila una legislatura con el Gobierno más débil de la democracia y que esa misma vulnerabilidad sumada a la ambición de poder desbocada convierten al presidente en alguien capaz de firmar casi cualquier compromiso con tal de evitar que el pueblo soberano dicte sentencia en las urnas con toda la información disponible una vez conocidos sus reales propósitos". Y dale molinos. Todo el mundo sabía de lo que era capaz Sánchez antes del 23-J. Y le votaron. No ganó, pero los resultados le permitieron hacer lo que está haciendo. La izquierda española no vota con la cabeza, vota con el odio a la derecha. Y eso no va a cambiar.




