Menú

'Alverto', el gurú de la secta Inner Mastery: levantó el imperio de la ayahuasca y los chamanes le acusaron de impostor

Creó su propio método para "despertar", a través de rituales con alucinógenos amazónicos pero sustituyendo la figura del ‘taita’ (chamán).

Creó su propio método para "despertar", a través de rituales con alucinógenos amazónicos pero sustituyendo la figura del ‘taita’ (chamán).
El grupo organiza más 500 retiros al año por todo el mundo. | INSTAGRAM

Ayahuasca Internacional, Inner Mastery, Escuela Consciente, Be in club, Beyond Inner Global Movement, Entheos Planet, Espacio Abierto, Ayahuasca Travels, Red de Epicentros Holísticos, Comunidades In-Consientes e Inner Coin... Todas ellas son marcas comerciales utilizadas por la secta neochamánica fundada por Alberto José Varela. Un gurú argentino que falleció el pasado mes de octubre, durante la instrucción del caso que ha acabado con la desarticulación del grupo en España, tras levantar un auténtico imperio alrededor de los retiros de "evolución interior" y el consumo de alucinógenos de origen natural.

Todo comenzó en 2001, a partir de una supuesta experiencia personal de sanación con los indígenas cofanes. Sin embargo, este pueblo -que habita en la frontera entre Colombia y Ecuador - ha manifestado de forma expresa su descontento con los servicios ofrecidos por el conglomerado empresarial del magnate de la ayahuasca. Le acusan de "impostor" y alertan de los "riesgos" de suministrar el brebaje realizado con la planta amazónica de forma sistemática e indiscriminada. Incluso emitieron un comunicado denunciando que el gurú lo había convertido en "un lucrativo negocio, contradiciendo y quebrantando los valores del pueblo Cofán". ‘Alverto’, nombre que adoptó en la última etapa de su vida, no era chamán.

El gurú vio la oportunidad de montar su chiringuito y se inventó una serie de teorías y métodos que avalaran sus prácticas, sustituyendo la figura del ‘taita’ (chamán). Él hablaba a sus seguidores de la necesidad de "despertar" la consciencia y de "entregarse" a la libertad, para "florecer" y "conocer" a su verdadero yo, ofreciéndose a guiarles en ese camino a través de distintas actividades y retiros místico-espirituales en los que se les administraban distintas drogas alucinógenas tales como la ayahuasca (su especialidad), el veneno de sapo bufo, la rana kambó, el peyote o los cáctus de San Pedro. Todas ellas, sustancias psicoadictivas peligrosas para la salud y que están prohibidas en España.

Con el tiempo, el supuesto maestro fue creando distintas "escuelas", "academias" e "institutos" para formar a sus adeptos en distintos niveles. Así nacieron -por ejemplo- la escuela consciente, la escuela de la entrega, las comunas de la felicidad o los epicentros de evolución interior. El grupo se fue profesionalizando e internacionalizando, ganando cada vez más fieles. Especialmente a partir de 2009, cuando Varela sale de la cárcel. Una experiencia que -según el mismo dijo- le sirvió para "coger fuerzas" y ha sabido rentabilizar. En su blog se refiere a su paso por prisión como "una purga de la estructura autoritaria y abusiva de la sociedad".

En 2010, el argentino -padre de lo que él llamaba "psicología trascendente"- empezó a promover "el gran golpe de la consciencia", haciendo uso de las redes sociales (Instagram, Facebook, Instagram, etc) y creando sus propios canales de difusión (Alverto on air, Beyong Streaming TV, Triangular o el Aula Virtual de su Escuela Consciente). De esta forma, su ‘holding pseudochamánico’ logró un alcance e influencia realmente sorprendentes. Su presencia en internet es de tal magnitud que es prácticamente inabordable en su totalidad a lo largo de estas líneas. El gurú encontró en la red de redes la plataforma de expansión perfecta para dar a conocer las bondades de su grupo, de la forma más barata y segura posible.

La cara oscura

Más allá de lo impresionante del conglomerado empresarial que logró levantar Alberto José Varela, el funcionamiento interno de la secta que lideraba es muy semejante al de cualquier grupo de este tipo. Como explica Miguel Perlado, psicólogo que ayudó a salir a varios adeptos de Ayahuasca Internacional (denominación original de la organización), "los mecanismos de control coercitivo no tienen nada de mágico ni de misterioso o esotérico".

Lo que hacía la secta era "ir ganando control sobre la vida de la persona, sobre su intimidad y sobre su mente progresivamente" y lo lograba con un método tan sencillo como "sobrecargar a sus miembros de tareas extenuantes que no le dejaban tiempo para pensar ni para respirar". "Mientras tanto se va inoculando el mensaje adoctrinante del grupo, hasta que al final el adepto queda identificado al 150% con la organización", asevera.

"Hay que pensar", añade, "que esto va unido al consumo de ayahuasca, al distanciamiento del entono y a las promesas de crecimiento en la estructura". Y también del control de unos miembros sobre otros, ya que "están obligados a comunicar si consideran que alguien se desvía de las instrucciones dadas por el líder". Las personas que están por debajo de Varela trabajan para la organización y siempre están endeudados porque tienen que seguir pagando los viajes y retiros de "evolución interior" que les propone su gurú.

El precio de la transformación

Perlado, que cuenta con 25 años de experiencia en la materia y es autor del blog Educa Sectas, hace hincapié en la dureza del proceso al que someten a los miembros de la secta. "Llega un punto en que la persona se rompe, dada la dedicación que debe dar al grupo y la explotación económica, que se acaba justificando como un paso necesario para alcanzar la trascendencia, la iluminación o la purificación absoluta... Pero que a veces desemboca en reacciones psicóticas breves, de ruptura psicológica", detalla.

Para más inri, "los facilitadores y el propio Varela interpretaban esta situación como: ahora sí estás preparado, ahora ya has trabajado lo suficiente tu personaje -tu identidad y quién eres, que es lo que hay que romper- y puedes entrar a formar parte del núcleo de hierro del gurú". Algo que lleva a un "empeoramiento" de estas personas, que "en la práctica están perdidas y disociadas" y que "son puestas al límite". "La actividad se lleva a extremos catárticos... Llorando, tiradas por los suelos, vomitando, algunas con crisis nerviosas o reacciones disociativas".

Este grupo se caracteriza por el uso indiscriminado y sistemático de las sustancias psicoadictivas, que juegan un papel fundamental en el control de los adeptos. "Los alucinógenos no sólo debilitan si no que alteran el estado de conciencia y aquí radica el enganche. En concreto a una manera de ver la realidad, que se distorsiona progresivamente. Y que es otro de los ingredientes fundamentales del proceso de lavado de cerebro", sentencia.

Una nueva realidad

‘Alverto’ vendía la idea de que era posible alcanzar "una nueva visión de la personalidad" y con ello "descubrir la divinidad". Se basaba en la teoría de que "todo está en las manos de la sabiduría infinita y eterna de la libertad", a la que sería necesario "rendirse" o "entregarse", planteando "un enfoque único en su tipo relacionado con la condición humana y la esencia divina".

"La verborrea utilizada por Varela en sus enseñanzas, ya sea escritas o dictadas de palabra, nos muestran un claro ejemplo de cómo un gurú es capaz de darle la vuelta a la realidad y darle a los hechos y a las palabras el sentido que él quiera, por irracional que sea, en el proceso de manipulación de sus adeptos", señala a este periódico el teólogo e investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) Luis Santamaría del Río.

Él, que lleva 25 años investigando sectas y grupos esotéricos, destaca -por ejemplo- cómo el argentino supo utilizar la pandemia para seguir expandiéndose y captar nuevos seguidores. "Le sirvió para presentarse con un halo mesiánico ante sus adeptos, ofreciendo una interpretación de la pandemia como la oportunidad para la transformación espiritual, en medio de un mundo decadente", indica.

El creador de la covid

En su delirio, Varela incluso llegó a autoinculparse de originar el coronavirus que causó la pandemia de COVIV-19 y la emergencia sanitaria que puso en jaque al mundo en 2020. "Me hago cargo de haberlo creado", dijo. "Después de varias noches tomando ayahuasca y otras medicinas como chichaja, san pedro y otras, hoy decidí tomar una dosis mínima de ayahuasca para indagar con sutileza adentro de mí (...), y me llevé la sorpresa de encontrar sus raíces adentro de mí mismo, en las sombras de mis miedos".

Como es habitual en las sectas llamadas ‘New Age’, el gurú pone el acento sobre el aspecto positivo de un hecho para sacar todo el provecho posible. Una catástrofe siempre es una oportunidad de crecimiento para este tipo de grupos, que -por cierto- proliferaron como champiñones durante la pandemia. Según Varela, nos brindó la oportunidad de "sanar el corazón del miedo". Se lo tomó como una "invitación a la transformación" y a ese "despertar" al que alude constantemente. Por eso la solución no estaba en las mascarillas, los tratamientos o las vacunas, si no en "el amor".

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal