
Que el "aparataje gubernamental" está desplegado para defender a capa y espada a la mujer del presidente del Gobierno es más que un hecho. La muestra es que todos los ministros de Pedro Sánchez actúan como verdaderas defensas de Begoña Gómez, entonando este viernes el ya conocido como "no hay caso", que decía la ministra Portavoz, Pilar Alegría, y el nuevo mantra de que "es gravísima la indefensión que sufre la esposa del presidente" que añadía el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños.
Declaraciones que efectuaban mientras el abogado de Gómez, el ex ministro socialista Antonio Camacho, avivaba este viernes también la duda sobre la actuación del juez Juan Carlos Peinado alegando que "carecía totalmente de sentido que se pretendiera tomar declaración" sin antes haber revisado la querella de Hazte Oír, de la que ha asegurado Camacho que no han sido notificados.
Pues bien, además de esta actuación pública, este viernes hemos sabido también que la tutela socialista de Begoña Gómez llega hasta el punto de que junto a ella llegó a los juzgados de Plaza de Castilla Ion Antolín, jefe de prensa del Partido Socialista que siguió desde la sexta planta de los juzgados lo que acontecía y además le acompañó a la salida y fue captado junto a su abogado Antonio Camacho cuando se dirigía a la prensa una vez que su declaración fue aplazada al próximo 19 de julio.
Según publica el diario El Mundo, Antolín aguardaba en los pasillos de la cuarta planta de los juzgados junto al equipo jurídico de las acusaciones, pero no se le exigió que saliera al exterior, como sí se hizo con el resto.
Los vigilantes de seguridad solicitaron que aquel que no fuera letrado debía irse por orden del Decanato, según cuenta el diario de Unidad Editorial, a lo que los miembros de Hazte Oír, alegaron que no saldrían del edificio si no lo hacía también Antolín. Debido a ello la petición de seguridad quedó sin efecto.
Dispositivo judicial sin precedentes
En el exterior de los juzgados de Plaza de Castilla se desplegó un dispositivo policial sin precedentes para impedir que Begoña Gómez fuera captada por las imágenes de algún medio o increpada por aquellos que le esperaban a las puertas del juzgado.
Un operativo de 90 agentes, más de una decena de lecheras, e incluso el se cortó el acceso por carretera y se estableció un cordón policial, retirando a la prensa.