ERC está sumida en una situación caótica, pero dispone de una llave que abre varias cerraduras. A pesar de los sucesivos descalabros electorales, del enfrentamiento entre los partidarios de Marta Rovira y los de Oriol Junqueras, de una guerra sucia con filtraciones sobre campañas de falsa bandera, ceses, denuncias y abandonos como el de Ernest Maragall, puede propiciar un gobierno autonómico del socialista Salvador Illa o la repetición de las elecciones. Y también tiene en su mano el futuro de Carles Puigdemont en Cataluña.
A pesar de la crudeza del enfrentamiento entre Marta Rovira, que es quien dirige las negociaciones con los socialistas, y Oriol Junqueras, hay algo en lo que ambos sectores están de acuerdo. Lo mejor para ellos y para el partido es avalar una suerte de tripartito encabezado por el PSC y con el concurso de los Comunes, la versión catalana de Sumar. Está en juego el futuro de cientos de altos cargos nombrados por el partido republicano, que viene de gobernar en solitario la Generalidad. Y también está en juego la batalla entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, esa pugna sorda, sórdida y constante entre ambos dirigentes. Si ERC inviste a Illa, desactiva a Puigdemont en Cataluña.
La presión sobre ERC es máxima por parte del independentismo alineado con Puigdemont. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) es "fiel" al expresidente prófugo. Lluís Llach, el presidente de la entidad, rema a favor de la "unidad" separatista y la repetición electoral. Los sectores más radicales del separatismo le han comprado el plan a Puigdemont, una candidatura conjunta para una repetición el 13 de octubre.
La militancia de ERC se opone a cualquier acuerdo con Junts. El pacto con el PSC es un "trágala" difícil de asumir, pero la posibilidad de acabar políticamente con Puigdemont suaviza el trance. El medio Nació Digital, de orientación independentista, asegura que los afiliados serán llamados a votar sobre el acuerdo para investir a Illa el próximo 1 de agosto. En ERC hay prisa por zanjar esa cuestión y dedicarse al congreso extraordinario del próximo 30 de noviembre. En medio de escándalos como los carteles contra los Maragall con la leyenda "Fora l'Alzhéimer de Barcelona", los 8.300 afiliados se debaten entre apoyar a Illa para desactivar a Puigdemont o una repetición de las elecciones que puede ser letal para ERC.
La penúltima hora en ERC es que Junqueras ya habría conseguido dos mil firmas para recuperar la presidencia del partido. En solo cuatro semanas ha hablado con cientos de militantes y recabado un número de firmas del que se desprende que no tiene perdido su pulso con Rovira (partidaria de la renovación integral de la cúpula del partido, ella incluida según promete) y que la mayoría de esos dos mil votarán a favor de otro pacto con Pedro Sánchez que se prevé inminente.