La perspicacia de los delincuentes para buscar nuevas formas más eficaces y seguras para cometer sus delitos parecen no tener fin. El último ejemplo de ello se ha podido comprobar en las últimas semanas en las provincias de Cádiz y Málaga, donde las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas siempre intentan implementar las últimas innovaciones tecnológicas que les puedan ayudar en sus fechorías.
Esta misma semana ha sido desarticulada en Algeciras (Cádiz), una organización criminal que se dedicaba a trasladar drogas desde el norte de Marruecos a las costas andaluzas utilizando sistemas aéreos no tripulados (UAV), lo que comúnmente se conoce como drones. Unos aparatos que eran montados de manera artesanal en Ucrania y eran comprados allí, para luego ser transportados por carretera hasta el sur de España.
Las cifras de la operación, desarrollada por la Policía Nacional y que ha contado con el apoyo de Europol, así como de las autoridades policiales de Ucrania y Polonia, se resume en diez personas detenidas -de las que siete han ingresado ya en prisión por orden judicial- y seis registros practicados en las localidades de Algeciras (Cádiz) y Marbella (Málaga).
Las investigaciones comenzaron hace un año, cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia que una organización criminal en el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol que se dedicaba a introducir hachís por vía aérea en nuestro país. Para ello empleaban una drones o UAV con capacidad para cargar hasta 10 kilogramos en cada viaje y con una autonomía de vuelo que llegaba a los 50 kilómetros.
Esta organización no trasladaba la droga para sí misma, sino que alcanzaba acuerdos con organizaciones criminales locales para poner a su disposición este servicio de transporte aéreo de estupefacientes. En concreto, a lo largo de la investigación se ha podido constatar cómo una organización habría tratado de enviar hasta mil kilos de hachís sirviéndose de este método.