
Los Mossos d'Esquadra asumirán en breve las competencias en materia de seguridad en los puertos y aeropuertos de la región. Tras unas semanas de confusión respecto al acuerdo, el presidente de la Generalidad, Salvador Illa, lo ha anunciado este miércoles en el parlamento catalán.
La policía de la Generalidad asumirá la seguridad ciudadana en esos espacios, así como el control de las zonas restringidas, pistas de aterrizaje y espacios aéreo y marítimo, competencias que hasta ahora ejercían el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil.
En la última junta de seguridad entre el Gobierno y el gobierno catalán, el 4 de diciembre, se acordó guardar ese traspaso en el cajón. El Govern adujo falta de medios humanos para asumir esas competencias. La decisión causó malestar en los partidos independentistas, especialmente en ERC, puesto que el anterior consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ya había cerrado esa transferencia con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. El anticipo electoral decretado por Pere Aragonès frustró la puesta en práctica del acuerdo.
Ahora, resuelta en favor de Oriol Junqueras la batalla por el liderazgo de ERC, la Generalidad de Illa rectifica de plano. El propio presidente autonómico lo ha anunciado de manera más o menos solemne en el parlamento, atribuyendo el "mérito" al anterior gobierno, que según Illa había trabajado mucho en un acuerdo que estaba tan sólo pendiente de ratificación.
El líder socialista catalán ha reconocido el peso de ERC en el abrupto cambio de postura de la Generalidad, una desautorización en toda regla a la consejera de Interior, Núria Parlon, y al director general de los Mossos, Josep Lluís Trapero. Ambos adujeron falta de personal para asumir esas competencias y abogaron por retrasar el traspaso hasta finales de la década como muy pronto.
Sin embargo, Illa ha anunciado que a principios de año se convocará otra junta de seguridad entre el Ministerio de Interior y la Generalidad para dar luz verde al despliegue de los Mossos en unas infraestructuras consideradas críticas y cuya seguridad dependía hasta ahora del Estado.
Segunda rectificación
Es la segunda rectificación en pocas horas del ejecutivo de Salvador Illa. Este martes, la consejera de Enseñanza, Esther Niubó, daba marcha atrás a unos cambios en el currículo de bachillerato que relegaban las asignaturas de Literatura española y catalana a la condición de optativas de primero de bachillerato de humanidades. El escándalo causado por el anuncio, hecho a través del buzón digital de los centros catalanes, obligó al Govern a dar marcha atrás. De optativas, las literaturas pasaron a ser una "línea roja", según la expresión que utilizó la consejera Niubó. También habló de defender la "singularidad catalana", toda vez que los cambios rectificados eran los marcados en la Lomloe y que todavía no se habían aplicado en Cataluña.

