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Lista de agravios de Puigdemont para la reunión con Rajoy

El presidente de la Generalidad presenta un plan de gobierno "para dejar Cataluña a las puertas del Estado propio".

El presidente de la Generalidad presenta un plan de gobierno "para dejar Cataluña a las puertas del Estado propio".
Carles Puigdemont | EFE

Puigdemont celebró sus primeros cien días como presidente de la Generalidad con su primera rueda de prensa, una sesión maratoniana en la que exalcalde de Gerona y suplente de Artur Mas desveló parte de su agenda para la reunión que celebrará este miércoles en Madrid con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

En primer lugar, informará al presidente en funciones de las intenciones del gobierno autonómico, esto es que son independentistas y quieren declarar la independencia. Puigdemont pretende explicar a Rajoy que "el movimiento hacia la independencia no es de unos partidos o de unas instituciones, sino que hay un movimiento ciudadano transversal detrás". Los otros tres "paquetes", según los llamó el "president" aluden a los refugiados, la pobreza energética y el techo de déficit; los "incumplimientos del Estado"; y la judicialización de la política. Y espera regresar a Barcelona con algún avance, incluso en materia de financiación. Según la lista de agravios, el Estado ahoga a la Generalidad y a todas las comunidades autónomas y cuando presenta recursos ante el Tribunal Constitucional sobre leyes o disposiciones del Parlamento autonómico no castiga al proceso sino a los ciudadanos.

En cuanto a su plan de gobierno, Puigdemont anunció la confección de 45 leyes con el objetivo de fortalecer el Estado del Bienestar, crear empleo de calidad y erradicar la corrupción. No aclaró con qué dinero ni quedaron claros los plazos, salvo que todo eso es además compatible con crear la Hacienda propia y montar embajadas.

Preguntado por el papel de Mas en la difusión exterior del proceso, Puigdemont dijo que no tendría "ninguno" de manera "formal". También negó malas relaciones con el vicepresidente Oriol Junqueras. El episodio de la reunión del líder de ERC con Pedro Sánchez es agua pasada, "un error que no volverá a repetirse", se jactó en ausencia del aludido.

Totalmente ajeno a la realidad financiera de la Generalidad y a la situación política española e inasequible al desaliento administrativo, Puigdemont se mostró satisfecho con el pacto con la CUP, se desmarcó de los plazos ("no seremos prisioneros del calendario", dijo un par de veces) y se mostró partidario de una lista conjunta con ERC en caso de repetición de las elecciones generales.

Puigdemont defraudó las grandes expectativas generadas en el nacionalismo ante su primera intervención frente a la prensa. No transmite, dicen unos; aún, admiten los optimistas. Del verbo inflamado de Mas se ha pasado a un tono menos pomposo y con tics pujolianos. El mensaje más repetido es que los recursos ante el Tribunal Constitucional contra las invasiones de competencias e ilegalidades de la Generalidad no afectan al proceso sino a los ciudadanos. Para ilustrarlo puso el ejemplo del recurso frente a una parte de la ley de pobreza energética catalana, el mismo ejemplo que sirvió a la escritora Empar Moliner para quemar un ejemplar de la Constitución y denunciar que los cortes de suministros básicos eran culpa de España.

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