Desgraciadamente, los taxistas están instalados en la defensa de un privilegiado statu quo que no tiene razón de ser y que menos aún debe ser apuntalado mediante una ominosa violencia liberticida.
El presidente del Gobierno debe poner en práctica una política de tolerancia cero con el separatismo golpista que utiliza tácticas propias de una organización terrorista. Todo lo demás será ya cobardía intolerable o complicidad infame.
Puigdemont ha evacuado una advertencia contra Sánchez para que se someta a sus conocidas y chantajísticas exigencias, a saber: la liberación de los golpistas presos y la convocatoria de un liberticida referéndum de secesión en Cataluña.
¿Qué es el pueblo? La parte de los ciudadanos que sigue ciegamente las consignas que se aportan desde las izquierdas y los separatistas para justificarlo todo.