
El incendio de la ley de "Sólo sí es sí" se extiende sin control por el Gobierno. Al goteo de casos de violadores que ven rebajada su condena se unen ahora los ataques de Irene Montero y la cúpula de Igualdad a los jueces, a los que tachan de "machistas". Podemos va más allá y les descalifica como "fachas con toga".
En el sector socialista no ocultan su incomodidad con las declaraciones de Montero. "Mi absoluto respeto a todos los jueces en su trabajo y desempeño. No olvidemos nunca la separación de poderes", afirmaba este jueves la portavoz Isabel Rodríguez cuando le preguntaban por las declaraciones de su compañera de gabinete.
El espíritu de la norma
Hasta ahí las divergencias con la ministra de Podemos. En el sector socialista defienden "el espíritu" de la norma. "¿Alguien puede dudar de cuál era la voluntad del Gobierno y del Parlamento cuando se aprobó la ley? ¿Alguien puede dudar que la protección de las mujeres y el condenar al agresor? Esa era la inspiración de la ley", afirmaba Rodríguez en línea con la defensa que hacen desde Igualdad que piden tener en cuenta "la perspectiva" de la norma.
Los "beneficios" y el "margen de error"
En la Moncloa entienden "la preocupación ciudadana" tras las más de 11 revisiones a la baja, entre ellos cinco presos a los que se les ha liberado. Pese a todo, piden "prudencia" para "estudiar desde el rigor" lo que "está pasando y dónde está fallando la nueva ley".
Fuentes del Ejecutivo ponen el foco en "los beneficios" que, a su juicio, está dando la nueva norma. "Hay gente que está siendo juzgada con la nueva ley", afirman en el Palacio donde creen que, en algunos casos, las penas han aumentado. En el Gobierno se defienden ante los ataques afirmando que, en la aplicación de una norma, siempre existe "un margen de error".
La condena, "último recurso"
La ministra Rodríguez también afirma que en "el Derecho Penal, la condena debe ser siempre el último instrumento" y que "debemos trabajar para inculcar una educación distinta a nuestros hijos, en la que el reproche social impida que tengamos que llegar al reproche penal". La ministra portavoz también cree que, "cuando se ha cruzado ya el puente de la agresión, es que se han pasado otros muchos antes".

