A la espera de conocer la fecha para debatir la moción de censura, Vox asume un gran riesgo con una propuesta que suscita dudas dentro de la propia formación, a pesar de que insisten en defender que les permitirá ganar "visibilidad" y "desmontará al Gobierno".
El hecho de haber tardado dos meses en registrarla y confirmar al candidato Ramón Tamames, ha transmitido falta de control sobre los tiempos y el propio aspirante, lo que podría repetirse durante el debate, a la vista del choque ideológico que mantienen con el economista en lo referido a la unidad de España.
Vox se enfrenta también al posible boicot del resto de grupos, como ERC, que estudian no participar siquiera en el debate de la moción para dejar a los de Abascal solos ante lo que consideran un "circo". Que la sesión acabe siendo descafeinada puede provocar que les señalen como un partido frívolo que usa las instituciones en su favor.


