Estamos acostumbrados a que los políticos cambien de opinión a la sombra del árbol que más votos creen que les va a dar o en función de que un tema sea de actualidad o no y, por consiguiente, el rédito político que quieran darle. Es el caso de la gestación subrogada que ahora está de actualidad por 'culpa' de Ana Obregón y su bebé.
Pasa con todos, pero sobre todo en la izquierda que quiere que todos los ciudadanos vivamos bajo su ala y según lo que ellos consideran correcto, ya sea para tener relaciones sexuales o para tener hijos. Hay que hacerlo y tenerlos como ellos dicen. Han llegado a decir, como no, Irene Montero, ministra de Igualdad, que la gestación subrogada es "una forma de violencia contra las mujeres", como recoge su nueva y polémica ley de Igualdad.
Pero resulta que en el año 2015, en el programa La Sexta Columna, pensaban muy distinto, su antigua compañera de partido, Carolina Bescansa, decía SÍ a la gestación subrogada regulada; al igual que Meritxell Batet del PSOE, en cuyo partido ahora se señala a Ana Obregón y se dice que "esto se llama vientres de alquiler, no gestación subrogada, una práctica que, como saben, en nuestro país es ilegal"; Andrea Levy, del PP; José Manuel Villegas, de Ciudadanos; y Andrés Herzog, de la desaparecida UPyD. Tan sólo el actual ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, se mostraba en contra cuando era miembro de Unidad Popular, aquella fusión electoral de Podemos e Izquierda Unida.