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Ortega Smith recaba apoyos para disputarle a Abascal la presidencia de Vox en 2024

El exsecretario general discrepa del rumbo que ha tomado Vox el último año y aspiraría a ser candidato.

El exsecretario general discrepa del rumbo que ha tomado Vox el último año y aspiraría a ser candidato.
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith interviene durante el pleno celebrado en el Ayuntamiento de Madrid. | EFE

Javier Ortega Smith ha dejado claro en infinidad de ocasiones que no comparte muchas de las decisiones que ha adoptado la dirección de Vox en el último año. La salida de rostros conocidos como Iván Espinosa agravaron un malestar que arrastra desde su sustitución como secretario general del partido. Según ha podido saber Libertad Digital, recaba ya apoyos con la intención de disputarle la presidencia a Santiago Abascal en la Asamblea General de 2024.

Este órgano debería ser convocado para el próximo mes de marzo, dado que la última vez que Abascal fue reelegido líder del partido fue en marzo de 2020. Los Estatutos de Vox, reformados en varias ocasiones a lo largo de los últimos años, ya sólo contemplan la posibilidad de celebrar primarias para elegir al presidente de la formación cada cuatro años, tal y como avanzó este periódico.

Según la norma interna que rige su funcionamiento, puede aspirar a ese cargo cualquier afiliado al corriente de pago que recabe un 10% de avales del censo electoral. Si ninguna candidatura llegase a esa cifra, el umbral se rebaja al 5%, y si aún así no se alcanzase, se reduciría al 3%. En la última Asamblea ordinaria, el partido informó de que tenía 66.000 afiliados. Si se mantiene esa cifra, Ortega Smith debería recabar más de 6.600 apoyos para su candidatura.

Los Estatutos de Vox contemplan que "el Presidente del partido será elegido por el conjunto de los afiliados de pleno derecho" y cada candidato deberá "incluir en su candidatura a los otros miembros que integrarán el Comité Ejecutivo Nacional". En el caso de Abascal, se esperan cambios en el CEN después de la reorganización interna que Vox acometió a principios del curso político, y que algunos críticos calificaron como la bunkerización de la cúpula para reducir aún más el pequeño círculo de confianza del líder, ante los rumores ya existentes de que pudiera presentarse otra candidatura.

Los críticos de Vox se mueven

Según confirman distintas fuentes del partido, Ortega Smith ya estaría elaborando su lista para el CEN, en la que no se descarta que puedan aparecer dirigentes o exdirigentes descontentos con Vox, que no salieron elegidos el 23-J o fueron expresamente excluidos de las listas y discrepan también del rumbo que ha tomado el partido. Entre esos rostros podría estar alguno de los asistentes a la famosa comida celebrada en el restaurante Fortuny, adelantada por este periódico.

"Volveremos a Bambú", ha prometido el diputado y concejal de Madrid a su entorno más cercano, al que ya ha desvelado sus planes, de los que están al corriente en Vox, donde algunos ven con recelo la posibilidad de que su candidatura acabe abriendo un cisma en el partido, muy tocado ya desde las últimas elecciones generales.

En este contexto se englobarían también las recientes polémicas que ha protagonizado, cuando se enfrentó a varios policías durante las protestas alentadas por Vox en la sede del PSOE en Ferraz o cuando se acercó a un concejal de Más Madrid en actitud amenazante, y acabó lanzando una botella de agua. Su objetivo sería ganar protagonismo y agitar a las bases de Vox para recabar apoyos presentándose como el dirigente más envalentonado frente a la izquierda.

Una estrategia similar a la que ya puso en práctica durante la campaña de las municipales celebradas en el pasado mes de mayo, cuando se encaró con un mantero y un okupa, lo que le granjeó duras críticas del resto de grupos y generó malestar incluso dentro de su propio partido, donde desde hace tiempo actúa al margen de la dirección nacional, formando tándem con Rocío Monasterio en su distanciamiento de parte de la cúpula del partido.

El precedente de un posible cisma en Vox

Ortega Smith se ha arriesgado en varias ocasiones a ser sancionado por la dirección nacional, tras la última reforma de Estatutos, por sus críticas públicas en la red social X, donde escribió un largo hilo en el que pidió "no olvidar de dónde venimos para no equivocarnos nunca hacia dónde vamos", y cuando dijo durante una entrevista que "Vox no podía convertirse en una agencia de colocación".

En el mensaje dejaba entrever que no compartía la estrategia de acercamiento al PP de Alberto Núñez Feijóo para apoyar su investidura fallida. En este clima, su ruptura con Abascal se evidenció aún más al ser relegado de su escaño en el Congreso, dado que en la anterior legislatura se sentaba detrás del líder.

El mero hecho de que Ortega Smith consume sus planes de presentar candidatura contra Abascal podría herir de muerte a Vox, un partido joven en el que cualquier crisis interna pasa una factura mucho más abultada que en el caso de PP y PSOE, donde ya de por sí se penalizan gravemente las disputas internas.

Hace cuatro años, en plena ola ascendente del partido, Abascal ya acusó la posibilidad de tener un rival en las primarias presidenciales cuando el responsable de comunicación en Canarias, Carmelo González, quiso presentarse para el cargo y, según informó Vox, no logró avales suficientes, abriendo una guerra que le llevó a los tribunales y provocó su destitución del cargo.

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