
Sólo 24 horas después de teatralizar un amago de dimisión, vista al Rey incluida, Pedro Sánchez volvió a subir las escalinatas del pabellón del Consejo de Ministros. Esta ocasión, para reunirse con su gabinete. El ambiente fue "bueno" y la reunión se prolongó más allá de lo previsto debido a que había "muchos puntos en el orden". La ministra portavoz, Pilar Alegría, durante la rueda de prensa posterior, puso el ejemplo del grito que se escuchó durante la comparecencia para ejemplificar el alivio que sienten en el Ejecutivo.
El entorno de los ministros jura y perjura que no conocían la decisión de Sánchez, que sólo la conocía el núcleo duro (Félix Bolaños, María Jesús Montero y Óscar López), que fueron informados unos minutos antes del discurso. Algunos recuerdan las caras de miedo, incertidumbre y desolación, lágrimas incluidas, que algunos mostraron durante el Comité Federal del sábado. Los más afectados eran Óscar Puente, Pilar Alegría y un desconcertado Bolaños. "Hay cosas que no se pueden fingir", sentencian fuentes del entorno de uno de los ministerios donde, durante los últimos días y fruto de la incomunicación del presidente, creyeron que Sánchez se iba.
"Conozco al bicho"
No fue así en el otro socio del Gobierno. Puede que, como dijo una vez Pablo Echenique ironizando sobre los que anticiparon los efectos devastadores del Covid, sean ahora "capitanes a posteriori" pero en el entorno de Sumar admiten que nunca se creyeron el amago de Sánchez y que ya el miércoles intuían que su decisión iba a ser quedarse. "Conozco al bicho", añaden en el entorno de un ministerio donde se sorprenden por tener mejor información, o intuición, que muchos ministros socialistas.
En Moncloa tratan de exhibir unidad y definen como "causa nacional" la nueva estrategia de Sánchez. Incluso se atreven a aventurar que sus socios se han visto "interpelados" por la llamada a la "regeneración". En el entorno de Sánchez sentencian que el presidente del Gobierno "lo ha pasado mal y ha socializado su sufrimiento". "La gente ha sufrido con él", tercian mientras definen como "inédito y muy valiente" lo que ha sucedido durante los últimos 5 días.
Incoherencias
Lo cierto es que las entrevistas están demostrando una serie de incoherencias entre los relatos. Sánchez afirma que, pese a lo que afirmaba su entorno, no quería dejar el cargo cuando entregó la carta y que sólo se planteó dimitir "más tarde". Algunos de los que estaban en Moncloa el miércoles definen lo sucedido como "un drama" y hablan de un Sánchez muy afectado.
El presidente del Gobierno también tercia ahora que el sábado por la noche ya sabía que no iba a dimitir. Si lo tenía tan claro ¿por qué no lo comunicó antes? "Había que esperar al lunes porque lo dijo en una carta y dedicó el domingo a escribir su comparecencia", responden los más cercanos al presidente donde no comentan la visita al Rey, que llegó a provocar que Felipe VI llegase tarde a un acto oficial, para despachar con Sánchez que le comunicó que, tras cinco días meditando, todo se quedaba como estaba.

