No era más que la constatación de una ruptura sentenciada. Cuando Podemos decidió tras una larga negociación diluirse en Sumar siendo una de las quince agrupaciones congregadas, ya se vaticinaba un mal destino. No dejaron pasar ni seis meses para romper definitivamente el acuerdo bilateral. En ese momento los morados argumentaban que con su marcha "garantizaban su capacidad de acción política" algo que llevan reprochando de Sumar desde el comienzo de la legislatura. Ahora la batalla está abierta por capitalizar una de las principales banderas de la izquierda: la vivienda.
Podemos, que asume ser la "izquierda transformadora" frente a una "más cómoda para el PSOE", lleva desde el inicio de la legislatura reprochando a la líder de Sumar, Yolanda Díaz, ceder demasiado terreno al PSOE, y carecer de autonomía y rigor izquierdista. Algo que ahora y en plenas negociaciones presupuestarias pretende cambiar "subiendo la temperatura" y "apretando al PSOE como jamás hemos hecho", aseguran fuentes del grupo plurinacional.
Sumar lleva meses cuestionando las posiciones socialistas sobre el mercado del alquiler pidiendo entre otras cosas prohibir la compra de vivienda en "zonas tensionadas" si no es para vivir. En este sentido quieren esperar a escuchar la comparecencia de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, para pedir más contundencia, aunque reconocen que si no cumple con sus exigencias, el PSOE les somete a una "encrucijada": "Nos estamos moviendo dentro de una baldosa" mantienen desde Sumar recordando su posición como gobierno.
Aunque Yolanda Díaz lucha desesperadamente por robarle visibilidad a Podemos, la formación morada puede sacar más partido de sus amenazas al no estar en el Gobierno. Los morados a través de una consulta exprés quieren condicionar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado a intervenir el mercado de la vivienda y bajar un 40% los precios de los alquileres. "Igual que ceden mucho con otras fuerzas, tendrán que escucharnos", desprenden desde Podemos.
La falta de presión de Sumar durante la legislatura ha alentado a Podemos para criticar la labor de Díaz convirtiéndola en la "muleta" de Sánchez. Sin embargo la batalla por liderar las medidas más reivindicativas continúa. Un día después de que los morados hayan puesto como precio para apoyar las Cuentas Públicas que se rompa relaciones con Israel, Sumar por medio del ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy exige por carta a la ministra de Defensa, Margarita Robles que suspenda la compra de material militar a Israel.
Choques en otros asuntos
El subsidio por desempleo fue otro de los asuntos que más confrontó a ambas formaciones. Podemos insistían en que la reforma introducía recortes para mayores de 52 años, mientras en Sumar lo negaban y pedían dejarse de "politiquería". Diez meses después y tras doblar el brazo a Yolanda Díaz, Podemos logró que la vicepresidenta segunda incluyera el cambio exigido por los morados.
La renovación del Consejo General del Poder Judicial también ha agrandado la brecha entre Podemos y Sumar. Mientras en Sumar celebraba que lo importante era cerrar un pacto y "desbloquear" el CGPJ, los morados estallaron y dijeron que era "una restauración del bipartidismo".
Desde que Ione Belarra anunciara la ruptura y ejecutara la salida del partido morado del grupo parlamentario pasando al grupo mixto en diciembre de 2023, los choques han salido a relucir, aunque su enfrentamiento político viene de antes. En las pasadas elecciones generales, la formación de Díaz, en la que se aglutinó Podemos logró 31 diputados. Los morados achacaron a Díaz lo que para ellos eran "malos resultados" y es que permitieron hasta que abandonaron Sumar, que se les arrinconara, incluso dejándoles fuera del Gobierno, en un proyecto formado por 15 formaciones.
De hecho el propio Pablo Iglesias se mostró arrepentido de haber dejado a Díaz como su sucesora en el Ejecutivo tras su salida del Gobierno en marzo de 2021 afirmando que "ha trabajado para destruir a Podemos". Tras confluir juntos en los pasados comicios generales, nadie cuenta con que ocurra de nuevo en próximas convocatorias electorales.