El 2024 demoscópico cierra con una serie de encuestas que han mostrado coincidencias: el PP ganaría las elecciones y lo haría con bastante ventaja respecto al PSOE, ambos partidos se han visto perjudicados tras la DANA –y es de suponer que los socialistas también por la sucesión de escándalos en el entorno de Pedro Sánchez– y el que sube en todos los sondeos es Vox, que ha mejorado sensiblemente desde el verano y se sitúa en el entorno del 14% de intención de voto y de los 40 escaños en el Congreso.
Por el contrario, en el otro extremo del abanico político Sumar sigue atravesando horas muy bajas: la mayoría de los sondeos lo colocan por debajo del 6% y en algunos, como el publicado por La Razón esta misma semana colocan a Podemos ya a sólo décimas de los de Yolanda Díaz, una ventaja que podría estar perfectamente dentro del margen de error habitual en estos sondeos. El desplome de la formación es tal que pasaría de los 29 diputados que tiene ahora a estar sin ninguna duda por debajo de la decena.
Mientras, otro dato de interés es que tras su excelente resultado en las elecciones europeas el partido de Alvise Pérez, Se Acabó la Fiesta, no parece despegar de cara a unas generales, por lo que lo previsible es que no tenga mayor incidencia electoral.
En este panorama la única investidura posible sería la que surgiría de un acuerdo entre PP y Vox que a día de hoy parece muy difícil, pero que no deja lugar a otra alternativa y que, además, tendría una mayoría más que sobrada: los últimos sondeos los colocan por encima de los 190 diputados, porque además los de Abascal están subiendo más de lo que el PP está cayendo. Sánchez, por el contrario, tendría imposible reeditar la coalición que lo llevó al poder.