La declaración del fiscal general imputado por las filtraciones no parece llevar camino de librarle. Y no parece que vaya a ayudarle, ni a él, ni a "Presidencia". Y es que el Tribunal Supremo mantiene una serie de conclusiones que ponen en el foco del caso a "Presidencia" del Gobierno. Es decir, al organismo que encabeza y personaliza Pedro Sánchez.
Para el Supremo, queda claro y probado que desde "Presidencia del Gobierno se hicieron gestiones" para la publicación en prensa del correo de 2 de febrero de 2024 remitido en el contexto de la conversación entre el abogado de Alberto González Amador y el fiscal.
De ese modo, el Supremo da por probados distintos hechos. El primero la filtración, "con salida de la Fiscalía General del Estado y destino Presidencia del Gobierno", efectivamente fue usado políticamente y publicado pese a incluir datos secretos.
El segundo, que Presidencia del Gobierno hizo gestiones para la publicación en prensa del citado correo de 2 de febrero de 2024 con datos confidenciales.
Y tercero, que hay una base indiciaria que delata la "relevante participación" del fiscal general "en esa filtración, en la medida que fue la persona que dirigió los pasos que llevaron a ella, aprovechando la situación de superioridad que ostentaba sobre otros fiscales, que se prestaron a ponerse a su disposición, y esto solo cabe entenderlo desde su posición de preeminencia por ser superior jerárquico de todos ellos", como señalaba aquel auto citado del juez Hurtado.