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Por qué Sánchez puede pensar en hacer coincidir elecciones generales y andaluzas y por qué es probable que se equivoque

Centrar la campaña en Andalucía le podría ser beneficioso, es la comunidad que más diputados elige al Congreso.

Centrar la campaña en Andalucía le podría ser beneficioso, es la comunidad que más diputados elige al Congreso.
De izquierda a derecha: Pedro Sánchez, María Jesús Montero, Juanma Moreno y Alberto Núñez Feijóo. | Libertad Digital

A pesar de que el Gobierno insista cada vez que tiene la ocasión en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está convencido de terminar la legislatura y no dar la batalla de las urnas hasta 2027; los constantes desplantes de los socios del Ejecutivo, su debilidad parlamentaria y las informaciones que afectan a su entorno sobre casos de corrupción podrían decantar finalmente al líder socialista por un adelanto electoral que, eso sí, sólo llevará a cabo si considera que una fecha anterior a la del fin de la legislatura puede ofrecerle mejores resultados.

Es algo que ya pasó en mayo de 2023, cuando Sánchez decidió darle la vuelta al nefasto resultado electoral de su formación en los comicios municipales y autonómicos convocando las generales de forma inmediata. Así, el secretario general del PSOE consiguió no dar pábulo a rumores de cambio dentro de su propio partido y aprovechar los vaivenes de los pactos del PP con Vox para, finalmente, conseguir remediar las encuestas y evitar una mayoría absoluta de los populares junto a los de Santiago Abascal.

Ahora, en este contexto de derrotas parlamentarias continuas, Sánchez tiene una opción de adelanto electoral a la vista que puede resultarle interesante: hacer coincidir las elecciones generales con las andaluzas de junio de 2026. Esta, sin duda, es una opción arriesgada, puesto que las informaciones de supuesta corrupción que acorralan a su Gobierno lo desgastan día a día; aunque si algo ha demostrado Sánchez en su carrera política ha sido que no le importa correr riesgos, sobre todo cuando es la única opción de salir airoso de una contienda electoral.

La importancia de Andalucía

En este sentido, si Sánchez optase por este domingo electoral de andaluzas y generales, el líder socialista centraría la campaña en el sur de España. Hay que tener en cuenta que la comunidad autónoma que más diputados elige al Congreso es Andalucía, con 61 escaños a elegir; lo que la convierte en un enclave político de calado que, a pesar de haber sido históricamente socialista, ahora se encuentra gobernada por el PP.

Las otras comunidades determinantes son Cataluña, que elige 51 diputados; y Madrid, que vota 37 de los 350 escaños de la Cámara Baja. Así, con la creciente popularidad del presidente socialista Salvador Illa —que ha asumido proclamas del independentismo como las cesiones de Sánchez a la Generalidad y puede robar voto en el caladero de la izquierda separatista—, es previsible que el PSOE repita con facilidad ser la lista más votada en las provincias catalanas.

Es más, podría superar los 19 escaños obtenidos en esta comunidad autónoma, que representaron el 34,4% del voto. Esta sería una plaza relativamente fácil para Sánchez; al contrario que Madrid, donde el primer puesto parece destinado al PP por la fuerza de la presidenta Isabel Díaz Ayuso y el hecho de que este sea un enclave histórico para la derecha.

Por lo tanto, si Sánchez ya tiene ganado uno y perdido otro de los tres caladeros de votos más importantes de España, le quedaría intentar recuperar por todos los medios la Andalucía socialista que tantos apoyos le ha dado a sus antecesores. Hacerlas coincidir podría servirle para centrar la campaña en Andalucía e intentar recuperar esta plaza. Algo que, si Sánchez se deja guiar por el histórico, le podría cuadrar para intentar reeditar un Gobierno en La Moncloa y buscar con más fuerza desbancar al actual presidente andaluz, el popular Juanma Moreno, del Palacio de San Telmo y colocar en la Junta de Andalucía a su vicepresidenta, María Jesús Montero.

El histórico avala la maniobra

En este sentido, cabe recordar que hacer coincidir las elecciones andaluzas con las generales es algo que siempre ha beneficiado a los socialistas; tanto en las 1996, como en las del 2000, 2004 y 2008, en las que Andalucía sirvió de impulso al PSOE en el Congreso. En concreto, el primero que hizo coincidir ambos comicios para recibir el apoyo de Andalucía fue el socialista Felipe González en 1996, cuando su credibilidad y popularidad ya se encontraban muy tocadas. Así, a pesar de que González se vio obligado a abandonar La Moncloa tras perder por por un sólo punto y 15 diputados ante José María Aznar, el líder socialista obtuvo el 51,6% del voto en Andalucía, es decir, cerca de 13 puntos porcentuales por encima del PP. Esto, junto con la victoria del PSOE-A en las autonómicas, amortiguó la caída de González.

Por su parte, los comicios generales del 2000 se saldaron con una amplía mayoría absoluta de Aznar y una victoria de más de diez puntos en términos porcentuales y de casi 50 diputados. Sin embargo, a pesar de la aplastante victoria en las generales, la candidatura de Aznar no fue la más votada en Andalucía, donde ganó el PSOE con el 48,4% del voto, consiguiendo dos diputados más que el PP en la región–30 los socialistas y 28 los populares—. En las andaluzas, aunque se notó la subida del PP, siguió ganando y gobernando el PSOE.

La coincidencia volvió a serle favorable al PSOE en el año 2004, en el que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a La Moncloa tras ganar las generales frente a Mariano Rajoy por 164 diputados y el 42,6% del voto a 148 escaños y el 37,7%. Una subida de la izquierda que también se notó de forma más destacable en Andalucía, donde el PSOE arrasó en las generales obteniendo el 62,3% del voto y 38 de los 61 diputados que los andaluces eligen en la Cámara Baja. Algo que también tuvo repercusión en el Parlamento de Andalucía, donde el PSOE consiguió una amplia mayoría absoluta.

Por último, Zapatero también se benefició de esta coincidencia en el año 2008, en el que los socialistas consiguieron 169 escaños y el 43,8% del voto; lo que les valió para permanecer en La Moncloa con más autoridad frente a un PP que consiguió 154 diputados y el 39,9% del voto. De nuevo, el porcentaje de voto a los socialistas en Andalucía estuvo por encima de la media del país, ya que estos convencieron al 59% del electorado andaluz. El PSOE también permaneció en San Telmo con autoridad con una ajustada mayoría absoluta de 56 diputados en la cámara autonómica.

Por qué se equivocaría

Aunque el histórico es importante a la hora de evaluar los riesgos y oportunidades que tiene una campaña electoral, cabe destacar que, si bien siempre que han coincidido las generales y autonómicas ha sido beneficiado el PSOE, no parece que pueda volver a ser así en unas próxima cita electoral doble, ya que las circunstancias en la región han cambiado. Lejos quedan los tiempos del Manuel Chaves –al que se llegó a apodar como El Rey Chaves— en los que el PSOE era imbatible en Andalucía.

De hecho, la existencia de un líder popular fuerte en Andalucía es más que notable; Juanma Moreno ya ha resistido dos legislaturas en la Junta y, según las encuestas, tiene encauzada la siguiente. Además, se trata de un líder al que sería difícil vincular con la "internacional ultraderechista" como quiere Sánchez hacer con todas las figuras relevantes del PP, ya que Moreno ha destacado por su carácter moderado y por su flexibilidad para asumir ciertas demandas que históricamente ha reflejado la izquierda andaluza, como llevar el valor del andalucismo, su cultura y su folclore por bandera.

Un nuevo bastión de la derecha

Como ya se ha esgrimido, esta apuesta sería arriesgada incluso para Sánchez, ya que; si bien Andalucía ha sido un gran caladero de votos histórico para el PSOE, este ahora es uno de los mejores bastiones de la derecha. No sólo en el ámbito regional el PP arrasó en los últimos comicios, sino que las generales de 2023 se saldaron también con una victoria por parte de los populares en la comunidad autónoma con el 36,4% del voto y 25 escaños de los 61 que elige; tres puntos y cuatro escaños por delante del PSOE. Que el PP ganase en unas generales en Andalucía sólo se había conseguido en los comicios de 2011, en los que Mariano Rajoy obtuvo una amplia mayoría absoluta de 186 diputados en el Congreso tras la deficiente gestión de José Luis Rodríguez Zapatero de la crisis económica.

Por ello, se observa que el presidente andaluz no sólo ha conseguido ganarse los apoyos en las autonómicas, sino que también ha arrastrado el voto en las generales. Algo que, si se repitiese, podría hacer caer las aspiraciones de Sánchez de volver a conseguir Andalucía como el caladero de votos que fue para sus antecesores González y Zapatero y que eso le ayudase para seguir en La Moncloa.

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