
Los movimientos de las tarjetas de crédito de José Luis Ábalos han revelado numerosas cuestiones. La primera y muy llamativa, que Ábalos no redujo su uso en el año del presunto cobro de las grandes comisiones por los contratos de mascarillas -2020 y 2021-. No: lo hizo pasado ese periodo: en 2022 y 2023. Y eso apuntala la tesis de que el dinero logrado pasó un tránsito intermedio hasta acabar en los bolsillos de Ábalos.
Y ese tránsitohasta retornar convertido en fajos, chistorras, lechugas, soles o folios, efectivamente, podría ser el PSOE. La segunda es también reveladora: el año en el que Ábalos volvió a usar sus tarjetas, ya no con normalidad, sino con muchas más ganas de lo normal, fue 2024, justo el año en el que se destapó la trama y, por lo tanto, se habría tenido que cortar el flujo de pagos con un circuito B de dinero.
Los pagos cargados por medio de las tarjetas en las cuentas corrientes de Ábalos aporta claridad a la explicación de la trama.
"Entre los años 2014 y 2024, se observa que, mediante el uso de tarjetas, se han realizado gastos por un total de 278.155,03€ , distribuyéndose anualmente tal y como se especifica en la tabla referida a continuación:
- 2019: 23.858,70
- 2020: 25.999,36
- 2021: 28.634,68
- 2022: 16.361,26
- 2023: 19.572,82
- 2024: 36.447,50", explica la UCO.
Y atención a las cifras. Entre 2020 y 2021 fue la explosión de los negocios turbios de la trama. Pero, pese a ello, Ábalos no alteró sus consumos cargados en tarjetas: "2020: 25.999,36; 2021: 28.634,68".

Hipótesis del circuito B
La tesis obvia de la UCO pasa por el hecho de que Ábalos sólo redujo sus gastos oficiales cuando los tuvo pagados por la vía de los sobres en B: por medio de las chistorras. Una tesis que apuntala el nivel creciente de gastos de todo tipo mantenidos por Ábalos en ese período, entre otros conceptos, en prostitutas.
Por lo tanto, durante esos dos años, lo lógico es pensar que el dinero tenía que estar en algún otro sitio que no era sus bolsillos. Y podría ser el PSOE, al ver el flujo de billetes en fajos.
Pero las cifras recabadas por la UCO aportan más información. "2022: 16.361,26; 2023: 19.572,82", son los gastos en las tarjetas durante esos dos años. Es decir, que bajaron a la mitad, lo que, nuevo, avalaría la tesis de que Ábalos disponía de un circuito B de dinero. Pero es que esas fechas son las posteriores a su destitución como ministro. Por lo que, si el origen del circuito B es el PSOE, le habrían pagado más tras ser apartado del Ministerio. Y eso supondría un extraño castigo basado en pagarle más. Traducido: que alguien tendría que haber dado la orden de pagarle más para que, por ejemplo, no hablara. Y el secretario general del PSOE es Pedro Sánchez.
Explosión de gastos
Hay más conclusiones de esa tabla. De pronto, en 2024 ocurrió esto: "2024: 36.447,50". Es decir, que casi se duplicó el dinero cargado en las tarjetas de Ábalos. Y ese 2024, en febrero, fue cuando estalló el caso y se produjo la primera operación visible de la UCO y la Justicia.
Dicho de otro modo, que de confirmarse la tesis del circuito B instalado en el PSOE -es decir, de financiación ilegal- supondría que el pago a Ábalos sólo se cortó en el momento en el que la trama fue cazada en este caso.



