Penas divinas y penas humanas, el "espelecho".

Ciertamente no voy yo a valorar ni a pedir pena por los delitos del alma, el crimen de los enemigos de la idem, se la dejo a nuestro Señor, de forma que los delitos contra el mundo, el demonio y la carne de cada uno, que la juzgue Él, y que las virtudes cardinales le sirvan como motivaciones atenuantes o eximentes, pero eso es cosa suya, repito.

Lo que es cuestión pública, como los dineros públicos, y las marrullerías que reviertan como consecuencias indeseadas, sobre todos nosotros, esas deben ser juzgadas por el pueblo, sí por el pueblo representado en las cortes, por un poder judicial ahora inexistente, o por inacción de las instituciones, por la turba, pero eso es la última razón inexcusable.

Lo bueno que tiene eso, es que en estos casos del segundo apartado, sólo tendrían tres actuaciones penales, o libertad absoluta por falta de penas inculpatorias, o mazmorra fría de por vida, o una "nueva modalidad" que agilizaría muchos trámites, y sobre todo haría pensar mucho mas a los malosos irrecuperables, pena de "espelecho" por la parte de la corbata.