"Cirugía" y robots: así se desmanteló José Cabrera, la primera central nuclear española

La central nuclear de José Cabrera, en Almonacid de Zorita, operó desde 1968 a 2006. El desmantelamiento está casi completo tras años de complejos trabajos. Será el modelo para la desmantelación del resto de reactores, si sigue adelante el calendario para cerrarlos.

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Un hito en la industria española

La central nuclear de José Cabrera, en Almonacid de Zorita (Guadalajara), fue la primera del parque nuclear español. Comenzó a construirse en 1965 y entró en funcionamiento en 1968. Su reactor, de agua a presión (PWR), se apagó en abril de 2006 después de que su propietaria, Unión Fenosa, no consiguiera alargar su vida hasta 2008. En ese momento comenzó el complejo proceso para desmantelarla, que se abordaba por primera vez en España.

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Bidones con material radiactivo en el Almacén Temporal de residuos de Zorita

Tras años de preparativos, como la retirada del combustible, la central pasó en 2010 a ser titularidad de Enresa, encargada de la gestión de los residuos nucleares en España. En la imagen, bidones de almacenamiento de combustible nuclear.

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Desmontaje de la turbina

En la primera fase, entre 2010 y 2011, se acometieron tareas preparatorias como la conversión del edificio de turbina de la central en el edificio auxiliar de desmantelamiento.

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Demolición de las torres de refrigeración

Los primeros años también se demolieron instalaciones sin radiación, como las torres de refrigeración o la sala de control.

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El momento "más desafiante"

Entre 2012 y 2015 se emprendieron los trabajos más complejos, con mayor riesgo de radiación. El jefe de desmantelamiento, Manuel Ondaro, recuerda el momento de desmontar la vasija del reactor como el “más desafiante”.

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Cortes bajo el agua

La vasija del reactor fue segmentada bajo el agua mediante robots. Es, junto al combustible gastado, la parte más “activada" de una central nuclear en proceso de desmantelamiento.

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El corazón de la central

La vasija, de ocho metros de altura y tres de diámetro, fue colocada bajo el agua en la piscina donde se almacenaba el combustible gastado. La operación duró diez horas: la vasija, incluyendo el agua en su interior, pesaba 120 toneladas y fue necesaria una grúa especial.

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112 piezas

Los trabajos de corte duraron diez meses y la vasija fue segmentada en 112 piezas.

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La piscina del reactor

En Zorita optaron por trocear el reactor: antes, en los siete reactores nucleares similares a este que habían sido desmantelados en el mundo, todos en EEUU, se optó por desmontar y almacenar las piezas enteras, sin segmentarlas.

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El edificio de contención

Tras la retirada de la vasija y otros componentes directamente implicados en la reacción nuclear, los trabajadores (hasta 250 empleados en algunos momentos) acometieron la descontaminación y preparación de otras construcciones, como la estructura de hormigón que rodeaba el reactor.

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Adiós a la cúpula

Un momento simbólico de la última fase, la de demolición, fue la retirada de la cúpula del edificio de contención.

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Edificio de contención

Según recuerda el jefe de desmantelamiento, “hubo que realizar un buen trabajo de cirugía".

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Edificio de contención

Con la retirada de la cúpula se eliminaba el elemento más reconocible de la central de Zorita.

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La cúpula de Zorita

También se optó por segmentar la cúpula durante su retirada.

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Enresa

Tras la descontaminación de las superficies, se emprendió la demolición del edificio de contención.

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También fue demolida la zona de turbinas, utilizada durante todo el proceso como zona auxiliar para la organización de los trabajos de desmantelamiento.

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Planta de tratamiento de tierras

La última fase antes de la devolución al propietario es la limpieza de suelos. Se prevé que esa devolución se produzca en 2024.

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El suelo de la central de Almaraz

Los escombros y materiales han sido ya retirados de donde una vez estuvieron los edificios de contención y turbinas de la central nuclear.

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141.000 toneladas de residuos

Los residuos radiactivos de baja y media actividad han ido siendo trasladados a El Cabril (como las piezas del reactor, colocados en contenedores de hormigón). El combustible gastado permanecerá en el Almacén Temporal Individualizado existente en la propia central hasta que se decida el futuro de la gestión de estos residuos. Aún está pendiente de decidir si se construirá un Almacén Centralizado.