
Los acontecimientos de los últimos días han provocado una escalada de la tensión en la guerra que se mantiene en Ucrania desde la invasión rusa del 24 de febrero de 2022.
Por un lado, misiles británicos y de EEUU lanzados por Ucrania han caído en territorio ruso. El Kremlim había modificado su doctrina nuclear el pasado mes de septiembre, ampliando los casos en los que Putin estaría autorizado a utilizar armas nucleares —Moscú podrá utilizar armas nucleares si es atacado por una potencia no nuclear que cuente con el apoyo de una potencia nuclear—.
Cierres de embajadas en Kiev
Mientras tanto —y pese a que muchos analistas dudan de que Vladimir Putin vaya a recurrir a las armas nucleares— al cierre de la embajada de EEUU en Kiev ha seguido la de España, Canadá, Italia, Portugal y Grecia.
Sea como fuere, es evidente el repunte de las tensiones por la autorización de Washington a Kiev del uso de sus misiles contra territorio ruso y el envío de minas antipersona a Ucrania con el objetivo declarado de contribuir en su defensa ante la invasión.
Irresponsabilidad de EEUU en la "nueva escalada"
En este contexto, el Kremlin ha considerado hoy como "nueva escalada" los ataques ucranianos perpetrados esta semana contra objetivos en territorio ruso con misiles de largo alcance de fabricación occidental.
El portavoz presidencial, Dimitri Peskov, declaró en su rueda de prensa telefónica diaria que "la postura de la administración saliente (en Estados Unidos) es muy irresponsable y sigue echando leña al fuego del conflicto", lo que sitúa la guerra ruso-ucraniano en una nueva escalada.
En opinión de Rusia, la administración saliente americana se está apresurando en dar más armas a Kiev "antes de la toma de posesión" de Trump que tendrá lugar en enero. El Gobierno ruso afirma que EEUU quiere "garantizar" que la guerra en Ucrania se extienda a 2025.
Estos hechos, en opinión de la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, "confirman de nuevo la relevancia de la operación militar especial —eufemismo ruso para referirse de forma oficial a la invasión de Ucrania que provocó la guerra— para desnazificar y desmilitarizar Ucrania y eliminar las amenazas que emanan de su territorio". "Todos estos objetivos serán logrados, tal y como ha dicho la cúpula rusa", ha apuntado Zajarova.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, no cierra la puerta a los contactos con Trump, que prometió tras su victoria del pasado 5 de noviembre frente a la demócrata Kamala Harris, trabajar para "acabar con las guerras", incluida la de Ucrania.
Mientras llega la toma de posesión de Trump, la Administración Biden sigue prestando apoyo en armas y dinero a Volodomir Zelenski. El compromiso sobre las minas antipersona llega con un nuevo paquete de ayuda militar, valorado en 275 millones de dólares (unos 261 millones de euros). El lote anunciado por la Administración de Joe Biden incluye munición para lanzaderas HIMARS, con un radio de alcance de 80 kilómetros, armas antitanque y proyectiles de artillería de 105 y 155 milímetros.
Ataques rusos en las últimas horas
La Fuerza Aérea ucarniana ha confirmado el lanzamiento por parte de Rusia de un misil balístico intercontinental desde la región rusa de Astracán —con el que buscaban atacar infraestructuras críticas y empresas de la ciudad de Dnipró, en el este del país— y otros siete proyectiles de crucero sobre Dnipro, seis de ellos derribados por los sistemas de defensa ucranianos, según el balance oficial. El ataque ruso ha provocado daños en edificios civiles, entre ellos un centro de personas con discapacidad, y varias empresas, y dos personas han resultado heridas.
Según el Estado Mayor de Ucrania, sólo el miércoles las fuerzas rusas lanzaron más de 80 ataques aéreos, si bien los disparos de artillería superaron los 4.000 y se registraron cerca de 1.400 drones kamikaze. En tierra, la mayor parte de las escaramuzas se concentran en la zona de Pokrovsk, situada en la región de Donetsk.




