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La hija de María Corina Machado recoge el Nobel de la Paz: "Venezuela volverá a respirar"

María Corina Machado no pudo recibir en persona el galardón por la libertad en su país. Su hija recogió el premio en una emocionante ceremonia.

Pese al intento de llegar a tiempo para recoger el Nobel de la Paz, finalmente fue la hija de María Corina Machado, Ana Corina Sosa, quien recogió en el Ayuntamiento de Oslo el galardón. Ana Corina recibió el diploma acreditativo y la medalla Nobel que acompañan al premio, dotado con 11 millones de coronas suecas (1 millón de euros, 1,2 millones de dólares), de manos del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes y en medio de un enorme aplauso con el público puesto en pie.

A la ceremonia, presidida por los reyes Harald V y Sonia de Noruega, asistieron las hermanas de María Corina, el legítimo ganador de las últimas elecciones en Venezuela, Edmundo González, el primer ministro noruego Jonas Gahr Store, el presidente argentino, Javier Milei, el panameño José Raúl Mulino; y el paraguayo, Santiago Peña. Ningún representante del Gobierno español estuvo presente.
Antes de entregar el galardón, Frydnes pronunció un contundente discurso pidiendo libertad para Venezuela y exigiendo al tirano Nicolás Maduro que se marche para facilitar una "transición pacífica hacia la democracia" en el país, llamamiento que fue recibido con un gran aplauso. Frydnes le reclamó que reconociera el fraude masivo de las últimas elecciones y aceptara los resultados de las elecciones y recordara cuál es "la voluntad del pueblo venezolano". "María Corina Machado y la oposición venezolana han encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar", dijo.

También lamentó que el régimen ha convertido Venezuela "en un Estado brutal y autoritario sumido en una profunda crisis humanitaria y económica" mientras una "pequeña élite en la cúspide, protegida por el poder, las armas y la impunidad, se enriquece". Mencionó el enorme éxodo de venezolanos, "una cuarta parte de la población" y el sufrimiento de quienes han sido "encerrados en celdas oscuras". "Mientras estamos aquí sentados en el Ayuntamiento de Oslo hay personas inocentes que no pueden oír los discursos de hoy, sólo los gritos de los presos que están siendo torturados".

"En pocas horas" en Oslo

Mientras, la hija de María Corina, visiblemente emocionada, pronunció un largo discurso, convertida en la voz de su madre, para expresar la "gran gratitud de mi familia y del país entero" a este "reconocimiento de la lucha en todo el mundo". Su madre, apuntó, "no ha sido capaz de estar en la ceremonia, pero con toda nuestra alegría podremos abrazarla aquí, en Oslo, en pocas horas, tras 16 meses". "Mi madre nunca incumple una promesa", afirmó.

"Ella quiere vivir en una Venezuela libre y nunca se rendirá", dijo Ana Corina Sosa que prometió que su madre "volverá a Venezuela muy pronto". Ella, enfatizó, "ha unido a millones de venezolanos, con un esfuerzo extraordinario que ustedes honran".

La hija de María Corina dijo de su país que podría ser "aquello que quisiera" y rememoró los años en que muchos "acudieron a Venezuela para encontrar refugio buscando la paz". "Construimos una democracia que se convirtió en la más estable de Latinoamérica (...), pero incluso la democracia más fuerte se debilita cuando los ciudadanos se olvidan de que la libertad no es algo que tengamos que esperar, es algo que construimos".

Ana Corina avisó de cómo el régimen se asentó creando " incentivos perversos", dándole un poder sobre la sociedad basado "en privilegios y corrupción". Y alertó de cómo su "generación asumió que la libertad era tan permanente como la Tierra, como el aire que respiramos". "Apreciábamos nuestros derechos pero olvidábamos nuestras obligaciones", dijo.

También habló de la "fragilidad de las instituciones" al narrar cómo el chavismo acabó controlándolo todo: "El régimen desmanteló nuestra democracia, violando la Constitución, falsificando nuestra historia, corrompiendo el Ejército, juzgando a jueces independientes, castigando a la prensa...".

En nombre de su madre, Ana Corina habló de las "recompensas" del régimen a seleccionados por su obediencia, con "lavadoras y refrigeradores" entregados en televisión, como "espectáculo". Y en paralelo, de cómo la tiranía chavista llevó al país a un "derrumbe" económico, en medio de una "corrupción obscena" y un "saqueo histórico", con el petróleo convertido en arma para comprar lealtades en el exterior y con "grupos criminales y terroristas" fusionados con el Estado.

"Todas las alegrías sencillas serán nuestras"

Citó también la estrategia "deliberada" de dividir a la sociedad por ideología, clase social o raza: "Nos asfixiaron, nos hicieron prisioneros, nos asesinaron, nos obligaron al exilio".

Frente a ello, Ana Corina, en nombre de su madre, evocó el camino de lucha, "intentándolo todo", de la oposición. Y auguró la libertad para su país: "La paz es en última instancia un acto de amor. Este amor ya ha puesto en marcha nuestro futuro. "Venezuela volverá a respirar", afirmó. "Todas las alegrías sencillas que el mundo da por sentadas serán nuestras", dijo la hija de María Corina, que afirmó que el mundo "pronto presenciará uno de los momentos más conmovedores de nuestro tiempo: el regreso de nuestros seres queridos a casa" para alcanzar "la vida luminosa que nos espera".

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