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Los peligros de los cohetes descontrolados: China se niega a implementar medidas de seguridad

Pekín alega que es muy improbable que caigan sobre espacio habitado. En 2020 varios componentes de una nave cayeron en Costa de Marfil.

Pekín alega que es muy improbable que caigan sobre espacio habitado. En 2020 varios componentes de una nave cayeron en Costa de Marfil.
Despegue del cohete chino Long March 5B. | Imagen de vídeo

Centenares de vuelos cancelados, ejércitos de todo el mundo pendientes y agencias espaciales haciendo cálculos contrarreloj para tratar de descifrar dónde caerían los restos del cohete chino que finalmente se hundieron en algún lugar del océano Pacífico. Es el resumen de las horas de tensión vividas el viernes después de que Pekín avisara de que uno de sus cohetes iba a reingresar en la atmósfera sin control alguno.

La vuelta a la Tierra del cohete convertido ya en chatarra espacial era el último paso de una misión que comenzó el lunes. Ese día, el régimen chino lanzó al espacio el cohete Long March 5B con un laboratorio científico en su interior. Un laboratorio que ahora forma parte de la estación espacial que China lleva años construyendo y a la que ha llamado Tiangong. Una vez completada la misión, el cohete debía regresar a la Tierra pero China, en este caso, no hizo nada para que cayera de manera controlada.

Lo peor es que no fue un olvido. Fue algo premeditado. China, deliberadamente, no planifica los reingresos de estos aparatos a la atmósfera, algo muy criticado tanto por la NASA como por la ESA, la Agencia Espacial Europea, que sí cuentan con políticas específicas. Ningún cohete estadounidense o europeo puede ser lanzado al espacio sin saber después dónde caerá.

El argumento que utiliza China para negarse a implementar políticas de reingreso es que no están obligados por la legislación internacional y que sus cohetes están construidos con una tecnología especial que hace que sus componentes se quemen cuando entran en contacto con la atmósfera y que, por tanto, la probabilidad de que caiga un trozo de sus cohetes en un espacio habitado de la Tierra es muy remota.

Sin embargo, improbable no significa imposible y en alguna ocasión anterior Pekín ha estado a punto de causar una catástrofe. En 2020 varios componentes de un cohete similar cayeron en Costa de Marfil, África. No causaron daños ni personales ni materiales pero asustaron a poblaciones como Mahounou donde cayó un trozo de unos doce metros de largo.

En julio de este mismo año, otro cohete similar al del viernes también puso en vilo a buena parte del mundo. En esa ocasión cayó en el océano Índico.

No es, por tanto, la primera vez que ocurre y todo parece indicar que no será la última porque Pekín todavía no ha terminado de construir su estación espacial. En mayo del año pasado ya avisó de que tenía planeado lanzar 10 misiones más para completarla.

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